Cortesía de Jairo, experto barista. |
En la
última década se están multiplicando los estudios científicos que revelan una
asociación inversa entre el consumo
regular de café y el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, que, además, es
dosis dependiente, esto es, cuanto mayor es el consumo de café menor es el
riesgo de cáncer hepático.
Importancia del cáncer de hígado
El cáncer de hígado es uno de los tumores malignos más
prevalentes, pues es el quinto que más frecuentemente se diagnostica en varones
y el segundo que causa más muertes a nivel mundial. En las damas, es el séptimo
cáncer más diagnosticado y el sexto como causa de mortalidad. En España, cada
año lo desarrollan 3000 varones y 1300 mujeres (casos nuevos), lo que viene a
significar una tasa de incidencia de unos 10 casos por cada 100.000 varones y
2,5 por cada 100.000 mujeres, similar a la tasa de Francia.
La importancia y
relevancia de este cáncer determinó que la campaña de salud pública del 2013,
promovida por Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), representada en
España por la Fundación Española del aparato Digestivo (FEAD), se dedicara a la
prevención, sensibilización, diagnóstico y tratamiento del cáncer de hígado.
Precisamente, el día 29 de mayo del 2013, Día Mundial de la Salud Digestiva,
“se estableció como objetivo ofrecer recomendaciones a la población y a los
pacientes para la prevención y el tratamiento del cáncer de hígado”, según explicó
el doctor Enrique Domínguez Muñoz, presidente de la FEAD.
Los expertos de
la Fundación Española del Aparato Digestivo recomiendan principalmente dos
tipos de medidas preventivas: control de los factores de riesgo de cáncer
hepático y la promoción de programas de detección precoz.
La Sociedad
Española de Oncología Médica (SEOM) ofrece una nítida y entendible información
sobre los diversos aspectos de este tumor. Me voy a basar en ella para explicar
las causas y la prevención de este tumor maligno.
Factores de riesgo de cáncer hepático
El tumor primario hepático más frecuente es el
denominado hepatocarcinoma (80 a 90% del total), seguido a gran distancia por
otros tipos histológicos (colangiocarcinoma, angiosarcoma y el hepatoblastoma).
Por otra parte, el hígado y el pulmón son los órganos que más frecuentemente
sirven de asiento de metástasis de tumores primarios de otras localizaciones.
La causa más frecuente de hepatocarcinoma
es la cirrosis, pues entre el 60
al 90% de estos tumores malignos se desarrollan sobre hígados cirróticos. Las
causas fundamentales de cirrosis en España son el alcohol, el virus de la
hepatitis C y el virus de la hepatitis B.
Otras
causas menos frecuentes son unas toxinas derivadas de un hongo (aflatoxinas),
capaz de contaminar ciertos alimentos ( nueces y cacahuetes, por ejemplo); el
acúmulo excesivo de hierro en el hígado (hemocromatosis); y el polvo de cloruro
de vinilo (suele causar angiosarcomas).
En España, el Alcoholismo o Trastorno por Consumo de Alcohol es responsable de
un 40 a un 50% de los casos de cirrosis. Por otra parte, el alcohol empeora la
función del hígado en pacientes con enfermedades hepáticas de otra naturaleza.
Son bastantes los estudios científicos que han demostrado que la supresión del
alcohol por parte de las personas con cirrosis etílica comporta una relevante
mejoría de su función hepática, aunque no desaparezca absolutamente el riesgo de
desarrollar cáncer.
Las infecciones crónicas por el virus de la
hepatitis B y por el virus de la hepatitis C, ambas causantes de cirrosis, son
dos factores causales de primer orden de cáncer de hígado. Es más, las personas
portadoras del virus de la hepatitis B tienen un riesgo aproximadamente 100
veces superior al de la población general de desarrollar hepatocarcinoma.
En España,
se ha observado en los últimos años una reducción notable de la hepatitis B, a
consecuencia de la efectividad de la vacuna, establecida obligatoriamente en el
calendario vacunal. Por consiguiente, también están reduciéndose las cirrosis y
cánceres de hígado dependientes de ella.
Las áreas de alta
incidencia de hepatocarcinoma corresponden
al sudeste asiático y al África subsahariana, donde el factor de riesgo
fundamental es la infección por el virus de la hepatitis B, seguido por la
exposición a la aflatoxina B1. En cambio, en Europa y América la cirrosis
etílica es la causa más frecuente de cáncer hepático, dado que hasta el 15% de
las personas con esta hepatopatía
crónica pueden sufrir una transformación maligna de su hígado.
La diabetes
también es un factor de riesgo asociado al desarrollo de este tumor maligno. El
tabaco aumenta el riesgo, mientras que el consumo de café lo reduce sensiblemente.
Prevención
Prevención primaria
Las medidas de prevención primaria pretenden evitar que aparezca la enfermedad, esto es, nuevos casos de cáncer de hígado (tasa de incidencia).
Los expertos de la FEAD, al igual que los de
la SEOM, recomiendan dos medidas básicas
de prevención del hepatocarcinoma:
1) El
control eficaz de los factores de riesgo,
para lo cual se aconsejan las siguientes medidas:
·
La promoción de campañas de sensibilización y
prevención del alcoholismo, sobre todo entre los jóvenes. Obviamente si ya
padecen el Trastorno por Consumo de Alcohol será preciso establecer buenas estrategias
de desintoxicación, de deshabituación y, en definitiva, de plena rehabilitación
de estos pacientes.
·
También se recomienda concienciar a la gente
sobre las vías de transmisión de la hepatitis vírica (especialmente la C). Se
debe insistir en el uso del preservativo en las relaciones sexuales siempre que
se desconozca si la pareja es monógama o si puede padecer hepatitis.
·
Por
supuesto, habrá que seguir vacunando a toda la población frente a la hepatitis
B.
·
El
actual tratamiento de la hepatitis C, muy efectivo, está contribuyendo
decisivamente a reducir sus temibles complicaciones: cáncer de hígado y
cirrosis.
·
Habrá que
luchar contra la adicción a drogas por vía parenteral. En caso de uso de
jeringas, deberán emplear las desechables, que, además, no deben compartir con
nadie.
Como ya sabemos, estas son medidas de prevención primaria (reducimos los casos nuevos y, por ello, la incidencia).
Prevención secundaria: diagnóstico precoz y tratamiento inmediato
2) Resulta crucial la promoción de programas de detección precoz de cáncer de hígado en los pacientes
incluidos en grupos de riesgo. Se trata de aplicar medidas de prevención
secundaria, esto es, de diagnóstico precoz y tratamiento curativo. Con ellas
podríamos alcanzar supervivencias a los cinco años de hasta un 70%. Es una
lástima que no se apliquen correctamente, a tenor de la baja proporción de
diagnósticos precoces en nuestro país: el 10%. La medida diagnóstica más
efectiva y precoz en grupos de riesgo es la práctica de una ecografía semestral. Las guías europeas del 2012 y sucesivas (Asociación Europea para el Estudio del
Hígado) recomiendan practicar esta técnica de imagen a los siguientes
pacientes:
1)
Los que sufren cirrosis hepática por cualquier
causa.
2)
Tienen hepatitis B activa y antecedentes
familiares de cáncer de hígado.
3)
Padecen hepatitis C crónica y daño hepático avanzado.
Es bueno mencionar que la realización del test
sanguíneo para la determinación del marcador tumoral hepático,
alfa-fetoproteína, no sólo no aumenta la capacidad de detección de la
ecografía, sino que puede aumentar el número de falsos diagnósticos.
¿El café es capaz de reducir el riesgo de
cáncer de hígado?
El análisis
de estudios epidemiológicos de calidad
contrastada que versan sobre este tema permite colegir que el consumo de esta
popular bebida reduce significativamente el riesgo de desarrollar este temible
tumor maligno. Veámoslos.
REVISIONES Y METAANÁLISIS DE ESTUDIOS OBSERVACIONALES
a) Revisiones y metaanálisis pioneras (2007)
Bravi y colegas
publicaron en 2007 en Hepatology una revisión exhaustiva de 10 trabajos o
estudios epidemiológicos que evaluaron la asociación entre el hepatocarcinoma y
el consumo de café1.
Concretamente, analizaron 6
estudios de casos y controles del sur de
Europa y de Japón, que incluyeron 1551 casos de cáncer hepático, y cuatro
estudios de cohortes de Japón, donde diagnosticaron 709 casos de hepatocarcinoma. Los autores observaron una reducción del 40% del riesgo de este tumor
maligno entre los consumidores de café comparados con los nunca consumidores,
con resultados similares en los estudios retrospectivos (casos y controles) y en
los prospectivos (cohortes). Más aún, el
aparente efecto favorable del café se encontró tanto en los estudios del sur de
Europa, donde el café se consume ampliamente, como en Japón, donde el consumo
es menos frecuente. Además, vieron que con cada taza de café el riesgo de
cáncer hepático se reducía de un 23 a un 25% (RR de 0,77 y 0,75,
respectivamente).
También en el año
2007 Larsson y WolK publicaron otro meta-análisis sobre el mismo tema en Gastroenterology . 2 Los investigadores
escandinavos analizaron cuatro estudios de cohortes y cinco estudios de casos y
controles, publicados en los 10 años previos, con el propósito de comprobar si el
consumo de café reducía el riesgo de cáncer primario del hígado. En total
analizaron 2260 casos y 239146 personas sin hepatocarcinoma. Observaron que el consumo de más de dos tazas de café
al día se asociaba con una reducción del riesgo de desarrollar cáncer de hígado
del 43% (RR, 0,57).
b) Metaanálisis de autoría italiana (2013)
El
grupo italiano de la doctora Francesca
Gravi vuelve a la carga en el año
2013 para publicar otro meta-análisis
sobre el mismo tema3, en el curso del cual
analizaron artículos originales publicados en inglés desde 1966 hasta el 2012.
Los 16 estudios analizados (8 casos y controles y 8 estudios de cohortes)
incluyeron 3135 casos de hepatocarcinoma.
Las conclusiones fueron las mismas que en estudios previos: el consumo de café se asoció con una reducción
del 40% del riesgo de hepatocarcinoma (RR: 0,60), frente al no consumo.
También vieron que el riesgo se reducía un 20% por cada taza de café adicional
al día (RR: 0,80).
c) Metaanálisis chino con poblaciones europeas y asiáticas (2013)
También en el año 2013 se publicó otro meta-análisis en Gastroenterology4 por Li-Xuan Sang y colegas, los cuales analizaron trabajos publicados
en Asia (Japón, China y Hong Kong) y en Europa (Finlandia, Grecia e Italia)
sobre consumo de café y riesgo de cáncer de hígado. De los 226 artículos
revisados sólo 16 cumplían con los estrictos criterios de inclusión: 7 estudios
prospectivos (cohortes) y 9 estudios de
casos y controles (retrospectivos). Los
resultados fueron concluyentes: reducción del 50% en el riesgo de hepatocarcinoma entre
los grandes consumidores de café (tres o más tazas) comparado con los que no lo
probaban.
d) Estudio prospectivo con poblaciones de EEUU (enero 2015)
Hasta ahora no se habían publicado estudios
epidemiológicos con poblaciones diferentes a las asiáticas y europeas. Ha habido que esperar hasta enero del año
2015 para leer los resultados de un estudio efectuado en poblaciones de EEUU.
Veámoslo.
Unos meses antes, en
abril del 2014, se presentó un estudio prospectivo5 sobre este tema, en el curso de la reunión anual de
la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (American Association for Cancer Research). Los investigadores reclutaron a norteamericanos
de diversas procedencias (afro-americanos, hawaianos nativos,
japoneses-americanos, latinos y anglosajones) para constituir los 162.022
hombres y mujeres del Estudio de Cohorte Multiétnico. A todos los participantes
se les entrevistó para conocer su consumo de café y otros factores dietéticos y
de estilo de vida. Tras 18 años de seguimiento diagnosticaron 451 casos de
hepatocarcinoma. Los resultados también
demostraron que altos niveles de consumo regular de café se asociaba con una
reducción del riesgo de cáncer hepático. De suerte que las personas que bebían
de dos a tres tazas de café al día tenían un 38% menos de riesgo de hepatocarcinoma con respecto a las que no
bebían café o su consumo era bajo (6 o menos tazas a la semana). Además, el efecto
era dosis dependiente, pues las personas que bebían 4 o más tazas de café al día de forma regular se
beneficiaban de una mayor reducción del citado riesgo: un 42% menor. Este estudio fue publicado posteriormente, enero del 2015, en Gastroenterology 6.
d) Metaanálisis dosis respuesta de estudios prospectivos (2016)
En
diciembre del 2016, investigadores chinos efectuaron un meritorio metaanálisis de
estudios prospectivos (más rigurosos que los de casos y controles) de
poblaciones de diferentes orígenes geográficos (norteamericanas, asiáticas y
europeas) con resultados concordantes con los de estudios previos, dado que
volvieron a constatar una asociación entre el consumo regular de café y una
reducción significativa del riesgo de cáncer de hígado: 46% de disminución (RR:
0,54; IC del 95%: 0,44–0,67, I2 = 38,0%) entre los grandes bebedores con respecto
a los no bebedores. 6
Tales resultados fueron igual de boyantes en
hombres y mujeres, aunque no fue igual en cada región geográfica, pues los que
presentaron los menores riesgos relativos fueron los europeos, con una
reducción del 63% (RR: 0,37; IC del 95%: 0,25–0,54), seguidos de los asiáticos,
con un 50% de reducción del riesgo (RR: 0,50: IC 95: 0,38-0,66) y los norteamericanos,
con un 25% de disminución del citado riesgo.
También observaron una relación dosis-respuesta lineal significativa entre el consumo de café y el riesgo de cáncer de hígado (p = 0,36).
Cuando controlaron otras variables que pudieran influir en los resultados, o sea en el riesgo de cáncer de hígado (variables de confusión), comprobaron que los resultados no fueron modificados significativamente por los antecedentes de enfermedades hepáticas, los antecedentes de diabetes, el índice de Masa Corporal (IMC), la educación o el consumo de té.
Además, los resultados fueron muy sólidos (según
el análisis de sensibilidad), sin sesgos de publicación.
e) Nuevo metaanálisis dosis-respuesta de
estudios prospectivos, autoría italiana (2017)
La doctora Francesca Gravi siguió
mostrando su interés por analizar la asociación inversa, dosis-dependiente,
entre el consumo regular de café y el cáncer de hígado con otro nuevo
metaanálisis de estudios prospectivos, publicado en septiembre del 2017 (European Journal of Cancer Prevention), también con resultados fructíferos para
los amantes del café.7
Así, Gravi y colegas tras comparar el consumo regular de café, tanto
bajo como alto, con el consumo nulo u ocasional, observaron, en los doce
estudios prospectivos analizados, una significativa reducción del riesgo de
cáncer de hígado (3414 casos) entre los consumidores habituales de café: 22%
para los consumidores ligeros y 50% de disminución del riesgo para los grandes consumidores
(RR: 0,50; IC 95% entre 0,43 y 0,58).
Además, apreciaron una reducción del 15%
por cada taza adicional consumida.
f) Espaldarazo de la Agencia Internacional
para la Investigación del Cáncer (IARC) y el Fondo Mundial para la
Investigación del Cáncer (WCRF). 2018
Etas prestigiosas entidades, dependientes de
la OMS, analizando metaanálisis
dosis-respuesta del Proyecto de Actualización Continua (CUP) de estudios de
cohortes sobre el consumo de café y el riesgo de cáncer, revelaron una
asociación convincente entre el consumo regular de café y una reducción del
riesgo de cáncer de hígado y de cáncer de endometrio. Además, la evidencia se
consideró sugestiva para el riesgo de cánceres de boca, faringe y laringe, así
como de cáncer de piel. 8,9
g) Consumo de café y riesgo
de cáncer de hígado en Japón: un metaanálisis de seis estudios de cohortes
prospectivos (2019)
En
febrero del 2019 se publicó un riguroso metaanálisis de 6 estudios prospectivos
de autoría japonesa, al igual que los integrantes de las cohortes, que confirmó
resultados de estudios anteriores: 50% de reducción del riesgo de cáncer de
hígado (881 casos) entre los mayores bebedores de café, con respecto a los no
bebedores (Riesgo Relativo: 0,50; IC 95: 0,38–0,66, p < 0,001).10
En su análisis (modelo de efectos
aleatorios) no apreciaron sesgos (errores sistemáticos) de publicación.
h) Revisión general (umbrela) de metaanálisis
de estudios observacionales (2020)
En marzo del 2020 se publicó una revisión general de metaanálisis de estudios observacionales ( PubMed, Embase, Web of Science y la base de datos Cochrane) efectuados con el propósito de valorar asociaciones entre el consumo de café y cánceres diversos, que confirmó las conclusiones de la OMS del 2018: sólida evidencia de una asociación inversa dosis-respuesta entre el consumo de café y los cánceres de endometrio e hígado.11
El 22 de junio del
2021 se publicó un estudio prospectivo británico (UK Biobank) cuyos resultados
siguieron constatando el gran efecto protector hepático exhibido por el café.12
Así, tras seguir a 494 585 participantes,
durante 17 años, apreciaron una asociación entre el consumo de café (con
cafeína, descafeinado, instantáneo y en grano) y una reducción del riesgo de
sufrir enfermedades hepáticas crónicas (21%), incluida hígado graso o
esteatosis hepática (20%), así como del protagonista de este tema, el cáncer de
hígado, con una reducción del 20% por parte de los bebedores de café, con
respecto a los no bebedores.
Además, se observó una reducción de la
mortalidad por enfermedades hepáticas crónicas: 49% ((HR 0.51, 95 % IC 0,39-0,67).
i) Revisión general (umbrella) de la evidencia (metaanálisis de estudios observacionales) que asocia
la dieta y el riesgo de cáncer en 11 sitios anatómicos (julio 2021)
Un mes más tarde, el 28 de julio del
2021, investigadores de varios países (Grecia, Reino Unido y EEUU) efectuaron una
revisión global de metanálisis de estudios observacionales para evaluar la
fuerza y la validez de la evidencia de la asociación entre la ingesta de
alimentos/nutrientes y el riesgo de desarrollar o morir a causa de 11 cánceres
primarios.13
¿Qué fue lo que descubrieron?
Pues que entre las escasas asociaciones
individuales de alimentos/nutrientes y cáncer
respaldadas por pruebas metaanalíticas sólidas o muy sugerentes destaca
la asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de cáncer de hígado
y de carcinoma de piel (basocelular).
Otro notable respaldo al potencial efecto
preventivo de cáncer de hígado exhibido por el café. Digo potencial por
prudencia, aunque empiezan a acumularse las evidencias que apuntan hacia una
verdadera relación causal.
En esta extraordinaria investigación revelaron
otras dos asociaciones sólidas o muy sugerentes: la del consumo de alcohol con
un incremento del riesgo de varios cánceres (mama postmenopáusico, colorrectal,
esofágico, de cabeza y cuello y de hígado) y la del consumo de productos
lácteos, leche, calcio y cereales integrales y una disminución del riesgo de cáncer
colorrectal.
Hipótesis que intentan explicar el efecto protector hepático del café
Hasta
ahora hemos visto un número significativo de análisis exhaustivos de trabajos
previamente publicados (meta-análisis) y varios prospectivos originales que
llegan a la misma conclusión: el consumo regular de café se asocia con un
riesgo reducido de cáncer de hígado, que oscila del 40 al 50%.
Aunque desconocemos el mecanismo íntimo
del potencial efecto preventivo de cáncer de hígado ejercido por el café, vamos
a referir brevemente las hipótesis más plausibles.
Los diterpenos del café, cafestol y Kahweol muestran efectos
anticancerígenos, incluso frente a un reconocido carcinógeno hepático, la
aflatoxina B1. Por otra parte, estos compuestos inhiben los efectos de otros
carcinógenos generales, como los temibles hidrocarburos aromáticos policíclicos
(3-4 benzopireno).14-16
Varios estudios han indicado que la cafeína
puede prevenir el daño oxidativo del DNA, merced a que posee notables
propiedades antioxidantes.17 Incluso
en un experimento la cafeína redujo la incidencia de cáncer hepático inducido
químicamente en ratas. 18
Por otra parte, en el grano verde existen flavonoides,
como la quercetina y, sobre todo, polifenoles como el ácido clorogénico que
exhiben notables efectos antioxidantes. 19
Además, durante el
tueste se producen una serie de compuestos (melanoidinas, fenilindanos y
pirocatecol) que exhiben aún mayor potencia antioxidante que la dependiente del
ácido clorogénico del grano verde.
Así, durante el 2020, se publicaron dos
excelentes estudios que demostraron que tales productos (sobre todo, el
pirocatecol), tras un estrés celular inicial, activan sistemas de transcripción
(factor eritroide nuclear dos), que contribuyen a incrementar la producción
celular de sistemas enzimáticos antioxidantes, de efectos antiinflamatorios y
reparadores de anomalías del ADN.20,21
Este aparente efecto protector de la
integridad de nuestro material genético exhibido por el café, crucial para
evitar mutaciones malignas, se ha constatado en, al menos, tres estudios
experimentales, en los que se ha apreciado cómo tras su consumo agudo ( a las
pocas horas) o prolongado (tras un mes), se reduce el número total de roturas
espontáneas del ADN con respecto a los del grupo control.22,23
En fin, concluimos este artículo con la idea de que beber varias tazas de café al día es muy posible que nos proteja frente al temible cáncer hepático. No deja de ser un buen acicate para que a los que les gusta esta bebida sigan tomándola con deleite y para los que no la beban habitualmente empiecen a considerarlo.
Dr.
Félix Martín Santos
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Félix da gusto conocer los beneficios que encierra el café, sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, su protección del ADN, y la asociación inversa entre consumo de café y reducción del riesgo de contraer cáncer de hígado. Como suele ser habitual en tus artículos todo ello fundamentado en conocimientos científicos actuales, en estudios europeos, asiáticos y estadounidenses. Gracias por exponer con tanta claridad y sabiduría tus conocimientos y por invitarnos a consumir un buen café con la seguridad de que beneficia nuestra salud.
ResponderEliminarMuchas gracias, Inmaculada por tu valoración. Efectivamente, las evidencias científicas actuales están revelando cuán saludable es el café cuando se consume regularmente. Si, además, es café de especialidad, bien tostado y óptimamente preparado (mejor por baristas) aunaremos salud y exquisitez.
EliminarMuchas gracias Félix por regalarnos un artículo tan interesante y actual. Muy positiva tu información sobre: los factores de riesgo del cáncer hepático, la prevención primaria y el diagnóstico precoz. Muy halagüeño es tomar unas tazas de café para reducir el riesgo de cáncer de hígado, sabiendo que esta bebida saludable nos aporta cafestol como molécula de diterpeno, cafeína como alcaloide hidrosoluble etc. Por algo el café es una de las bebidas más consumidas del mundo, después del café.
ResponderEliminarMuchas gracias María Jesús por leer y comentar este contenido ( entrada del blog). Parece evidente que el consumo regular de café exhibe un alto potencial preventivo de cáncer de hígado, aunque si realmente queremos prevenir el riesgo de cáncer de hígado más vale que evitemos y tratemos sus principales causas: elTrastorno por Consumo de Alcohol y la infección por los virus de la hepatitis B (con vacuna efectiva) y de la hepatitis C (desde el 2015 tenemos un tratamiento muy efectivo que logra erradicar el virus y, por ende, evitar sus temibles complicaciones: hepatitis crónica, cirrosis hepática y cáncer de hígado). Si, además, bebemos café regularmente, mayor protección hepática.
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