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viernes, 1 de julio de 2022

ASOCIACIÓN ENTRE EL CONSUMO REGULAR DE CAFÉ Y UNA REDUCCIÓN DE LAS TASAS DE MORTALIDAD TOTAL Y ESPECÍFICA POR CAUSAS (Primera parte)

Alfonso Aguado, maestro barista, preparando café con la V60.

 

   La asociación entre el consumo regular de café y las tasas de mortalidad total y específica por las principales causas de enfermar y morir es de tipo inverso, esto es, cuanto mayor es la ingesta de esta bebida universal menores son las tasas de mortalidad citadas. Esta rotunda afirmación está avalada por una  reciente serie de estudios epidemiológicos observacionales de tipo prospectivo (cohortes), efectuados en gran parte del mundo: EEUU, Europa y Asia. Además,  tales investigaciones están mostrando que los mayores beneficios se obtienen con un consumo diario de cuatro a cinco tazas de café.


 

              Estudio pionero de gran rigor científico

  A pesar de que el café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, hasta hace muy poco desconocíamos que el consumo regular de esta bebida universal se asocia a una reducción tanto de la tasa global de muerte cuanto de la específica por las principales causas de enfermar y morir en los países desarrollados.

    Aunque ya se disponía de algún estudio epidemiológico que había valorado tal asociación, fue un extraordinario estudio norteamericano el que reveló los datos más concluyentes, el  Estudio de Dieta y Salud (AARP Diet and Health Study), llevado a cabo por miembros del Instituto Nacional de Estados Unidos (NHS), publicado en mayo del 2012 en New England Journal of Medicine, la revista médica de mayor impacto en el mundo.1

   Se trata de un estudio observacional prospectivo en el que evaluaron, en una gran muestra de personas (229.119 hombres y 173.141 mujeres), la posible asociación entre el consumo de café y la mortalidad, con resultados francamente esperanzadores para los consumidores habituales de esta popular bebida.

    Efectivamente, tras aplicar el correspondiente aparato estadístico (regresión de Cox con control de los principales factores de confusión),  observaron, a la conclusión de los 13 años de seguimiento (entre 1995 y 2008), una significativa asociación inversa entre el consumo de café y la mortalidad, esto es, a mayor consumo de café apreciaron reducciones mayores del riesgo de muerte.

    Así, en varones se apreció que la reducción del riesgo de muerte osciló desde un 6% para los bebedores de una taza diaria hasta un 12% para los que consumieron cuatro a cinco tazas al día (HR: 0,88; IC 95% de 0,84 a 0,93), pasando por el 10% de reducción en los bebedores de dos a tres tazas. Los que bebieron diariamente seis o más tazas de café también se beneficiaron de un 10% de  reducción del riesgo de muerte, cuando eran comparados con los  nunca bebedores.

   Las mujeres que consumían diariamente café experimentaron similares reducciones del riesgo de muerte cuando se las comparaba con las que no lo bebían, que oscilaron entre un 5% de disminución para las que sólo bebían una taza diaria hasta un 16% de descenso de muerte entre las que consumían 4 o 5 tazas al día (HR:  0,84; IC entre 0,79 y 0,90), bajando a un 15% entre las que bebían seis o más tazas diarias.

    En definitiva, la reducción del riesgo de muerte global  entre los bebedores de cuatro a cinco tazas de café al día fue de un 12 % en varones y un 16% en mujeres.

   Además, este estudio permitió observar, que los que bebían más café también fumaban más, bebían más alcohol practicaban menos actividad física aeróbica, comían más carnes rojas y menos frutas y verduras. Es decir, se comprobó una asociación entre la ingesta de café y estilos de vida poco saludables, Pues bien, a pesar de ello, la reducción de la tasa total de muerte exhibida por el café se observó en prácticamente todas las personas que seguían  esos nefandos estilos de vida menos en las expuestas a uno: el tabaquismo, la primera causa de muerte evitable. Por ello, la mejor inversión en salud para un fumador activo es dejar de fumar.

    En este estudio epidemiológico también se observó una reducción de la tasa específica de muerte por una serie de enfermedades: cardiovasculares, respiratorias, infartos cerebrales, diabetes, infecciones, lesiones y accidentes. Sin embargo, no se apreció una disminución de la tasa de muerte por tumores malignos.

  Finalmente, este trabajo prospectivo mostró similares reducciones del riesgo de muerte entre los bebedores de café descafeinado.


 

          Revisión sistemática y metaanálisis de estudios previos

    Dos años más tarde, en abril del 2014, se publicó en una revista de prestigio (British Journal of Nutrition) una revisión exhaustiva y un  metaanalisis de todos los estudios epidemiológicos de cohorte (prospectivos), 2  publicados hasta junio del 2013, que valoraron el consumo regular de café y la mortalidad total, en el que también incluyeron el estudio anteriormente descrito.

   Los autores del trabajo,  Youjin Je, (Universidad de Kyung Hee, de Seul) y Edward Giovannucci, (Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, Boston),  evaluaron un gran número de casos de muerte (129.538 ) acaecidos en un colectivo de casi un millón de personas (973.904) ,  pertenecientes a los veinte estudios prospectivos que fueron elegidos, tras superar los rigurosos criterios de selección.

   Sus resultados también fueron favorables para los consumidores de café, dado que observaron una reducción del 14% del riesgo de muerte total (RR: 0,86; IC entre 0,80 y 0,92)  entre las personas que bebían más café  (5 a 6 tazas diarias) con respecto a los que no consumían nada o muy poco ( menos de una taza al día).

   En este metaanálisis llamó la atención que la reducción del riesgo de muerte fue similar entre los que consumieron de dos a cuatro tazas diarias que entre los consumidores de cinco a nueve tazas al día.

   La reducción del citado riesgo de muerte fue similar en hombres y mujeres: 19% y 16%, respectivamente.

   Por regiones geográficas, la reducción del riesgo de muerte resultó ser mayor para los ocho estudios europeos y para los tres estudios japoneses ( 22%  y 18%, respectivamente), que para los nueve estudios de USA  ( 12%  de reducción).

    En esta exhaustiva revisión de estudios epidemiológicos previos sólo se valoró la asociación entre el consumo regular de café y la mortalidad total. En consecuencia, no se consideró la posible asociación entre el consumo de café y la mortalidad específica por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, ictus, cánceres u otras enfermedades.


      Estudio prospectivo de cohorte en población japonesa: Valoración de la asociación entre el consumo de café y la mortalidad total y por enfermedad específica

   En mayo del 2015 se publicó en The American Journal of Clinical Nutrition ,  revista oficial de la Asociación Americana de Nutrición, un gran estudio prospectivo japonés, cuyo principal objetivo fue estudiar la asociación entre el consumo habitual de café y la mortalidad tanto la total (por todas las causas) cuanto la específica por enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorias, cáncer, lesiones y otras causas de muerte.4

   Los autores del estudio, pertenecientes a centros dependientes de las Universidades de Tokio y de Osaka, estudiaron una muestra de 90.917 japoneses, inicialmente sanos, de 40 a 69 años,  durante un periodo de seguimiento de 17,8 años, al cabo de los cuales fallecieron 12.874 personas.

   Tras aplicar el correspondiente método estadístico (regresión proporcional de Cox y estricto control de variables de confusión), comprobaron una asociación inversa entre el consumo regular de café y la mortalidad total, tanto en hombres como en mujeres, dado que la reducción del riesgo era mayor a medida que aumentaba el consumo hasta conseguir el beneficio máximo con 3-4 tazas de café al día : 24% de disminución del riesgo de muerte por todas las causas ( 0,76; IC 95% entre 0,70 y 0,83), cuando se los comparaba con los nunca bebedores de café.

    Un consumo superior a 5 tazas de café al día también se acompañó de una reducción del riesgo de mortalidad total, aunque en menor proporción, 15%, similar a la observada con los bebedores de 1 a 2 tazas diarias.

    En cuanto a la posible asociación del café con enfermedades específicas, este estudio japonés reveló una significativa reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias  y cerebrovasculares , que también alcanzó el máximo con ingestas diarias de 3-4 tazas de café:  36% , 40% y 43%, respectivamente.

     ¿Por qué se observa tan notable reducción del riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, respiratorias e ictus?

     Los investigadores de este gran estudio epidemiológico establecen hipótesis para intentar explicar la gran reducción del riesgo de muerte específico por enfermedades cardiovasculares (Infarto agudo de miocardio, angina inestable, muerte súbita por arritmias…), respiratorias y cerebrovasculares (ictus), en relación con el consumo regular de café.

    Dado que tanto las enfermedades cardiovasculares como las cerebrovasculares se deben al desarrollo acentuado y progresivo de inflamación en la íntima de las arterias (endotelio), responsable, a su vez, de la arteriosclerosis que acaba con la obstrucción de arterias coronarias y cerebrales, respectivamente,  todo aquello que reduzca la inflamación del lecho arterial y que mejore la función y reparación del endotelio arterial tiene grandes posibilidades de frenar o, incluso, revertir la tan temida arteriosclerosis. Pues bien, el ácido clorogénico contenido en el café  es un compuesto fenólico con gran potencia antioxidante y antiinflamatoria, además de reducir el riesgo de hipertensión arterial 5 y de hiperglucemia (reduce la absorción de la glucosa) 6,7, dos reconocidos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

     Por otra parte, hay estudios que han revelado que la cafeína del café mejora la función endotelial, activando la síntesis del beneficioso óxido nítrico, 8 y promoviendo la reparación endotelial9.

  Con respecto a la reducción del riesgo de muerte por enfermedades neumológicas, también abogan a favor del efecto antiinflamatorio del ácído clorogénico 10, dado que la inflamación es el hecho patogénico fundamental de estos procesos.


 


   Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard: Asociación del consumo de café con la mortalidad total y la específica por causas en tres grandes estudios de cohorte prospectivos

  En diciembre del 2015 se publicó en una revista médica de gran prestigio (Circulation) un nuevo estudio epidemiológico de carácter prospectivo que valoró la asociación entre el consumo de café (total, con cafeína y descafeinado) y la mortalidad total y por causa específica en tres grandes muestras de personas: 74.890 enfermeras del famoso Estudio de Salud de Enfermeras (NHS: Nurses’ Health Study), 93.054 enfermeras del segundo Estudio de Salud de Enfermeras ( NHS II), y los 40.557 varones del Estudio de Seguimiento de Profesionales de Salud (HPFS: Health Professionals Follow-up).11

   El intervalo de seguimiento de estas tres grandes muestras fue muy notable, pues la primera cohorte de enfermeras se reclutó en 1976 (mujeres de 30 a 55 años procedentes de 11 estados de USA); la segunda cohorte de estas profesionales (NHS II) empezó a andar en 1989 (enfermeras de 25 a 42 años), en tanto que la cohorte de varones, proveedores de salud, empezó a funcionar en 1986.   

    El consumo de café fue evaluado mediante cuestionario de frecuencia de alimentos, una vez, al inicio del estudio y, luego, periódicamente a lo largo del seguimiento (cada cuatro años).

  Los investigadores, miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, comprobaron, tras emplear un impecable aparato estadístico (regresión proporcional de Cox, control de variables de confusión, análisis de sensibilidad, entre otros), que los resultados eran diferentes según se controlara o no el tabaquismo. Así, cuando esta variable se incluía, esto es, cuando se hacía el cálculo sin excluir a los fumadores, se observaba una asociación no lineal entre el consumo de café (con cafeína, descafeinado y total) y la mortalidad, dado que el consumo de 1 a 5 tazas de café al día se asociaba con una reducción similar del riesgo de muerte, mientras que, en cambio, el consumo superior a 5 tazas diarias no se asociaba con el riesgo de muerte.

   Sin embargo, cuando se excluían a los fumadores, se observaba que los nunca fumadores que bebían café con respecto a los no bebedores del mismo se beneficiaban con una reducción lineal (dosis-respuesta) del riesgo de muerte, o sea, a mayor consumo de café menor mortalidad. Así, los que bebían una taza al día se beneficiaban con una reducción del 6% en la tasa de muerte, los que ingerían de 1,1 a 3 tazas diarias experimentaban una reducción del 8%, los que consumían de 3,1 a 5 tazas de café al día eran los que más se beneficiaban, pues la reducción del riesgo de muerte total alcanzaba un porcentaje del 15% (HR: 0,85; IC  0,79-0,92).

Además, los que bebían más de 5 tazas diarias de café también veían reducido el riesgo de muerte global, un 12%.

   Este hecho diferenciador, lo atribuyen a que usualmente los que beben más café, por ejemplo más de 5 tazas diarias, también fuman más. De esta forma, el tabaco tiende a aminorar el efecto protector del café. Por el mismo motivo, estos investigadores observaron un aumento del riesgo de muerte por cáncer de pulmón y por enfermedades respiratorias en el colectivo global, en el que se incluye a fumadores.

    Sin embargo, cuando sólo se estudia a los nunca fumadores, el consumo de café no se asocia a un aumento del riesgo de muerte por estas enfermedades neumológicas, cuando se les compara con los no bebedores de café.

   Con respecto a la asociación entre el citado consumo de café y la mortalidad específica por causa, en este estudio se observó una significativa reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, neurológicas, diabetes tipo II, ictus y por suicidio, con respecto a las enfermeras y profesionales de salud (varones) que no bebían café.

    Finalmente, los beneficios se obtienen igualmente con el consumo de café con cafeína o sin ella (descafeinado).


Instituto Nacional del Cáncer de EEUU: Asociación entre el consumo de café y la mortalidad total y especifica

   El 15 de diciembre del 2015 se publicó en una revista de epidemiología de calidad contrastada (American Journal of Epidemiology) un gran estudio prospectivo liderado por Erikka Loftfield , 12 perteneciente al departamento de Epidemiología Oncológica y Genética (sección de Epidemiología Nutricional) del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, cuyo objetivo fundamental fue, de nuevo, evaluar una posible asociación entre el consumo regular de café con cafeína, descafeinado e, incluso, aditivos con café  y la mortalidad total y específica por causas. Para ello, controlaron durante 9 años a  90.317 adultos norteamericanos ( screening de cáncer de ovario, colon y recto, pulmón y próstata), inicialmente sanos, falleciendo, durante el periodo de seguimiento, 8178 individuos.

  Tras aplicar, como siempre en estos estudios, un riguroso método estadístico (regresión proporcional de Cox, con estricto control de múltiples variables de confusión), observaron que los bebedores habituales de café, comparados con los no lo bebían, se beneficiaban de una significativa reducción de la mortalidad, que también resultó lineal y dosis dependiente, pues osciló desde un 6%, en los bebedores de sólo una taza al día, hasta un 21%, en los que bebían de cuatro a cinco tazas diarias, pasando por un 18% de reducción, en los que consumían de dos a tres tazas al día. Además, los que bebían 6 o más tazas al día también experimentaban una sensible disminución del riesgo de muerte: un 16% (HR: 0,84, IC 95% 0,75 a 0,95).

    En este estudio vuelven a apreciarse resultados favorables para los amantes del café, incluso en los que lo beben sin cafeína o en ciertos aditivos que lo contienen (productos lácteos, ciertas cremas sin leche, preparados con miel, azúcar o edulcorantes).

  En cuanto a la asociación con enfermedades específicas, este estudio revela una asociación inversa del café con muertes por enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, diabetes, neumonías y gripe y autolesiones (suicidio o no). Sin embargo, como en otros estudios, no se observa una reducción de la mortalidad global por cánceres, que ellos atribuyen, en parte, al escaso seguimiento (9 años), porque, aseguran, el café reduce inequívocamente el riesgo de algunos tumores malignos prevalentes, como los cánceres de hígado y de endometrio.

 En su meditada discusión, al final del artículo, arguyen que el consumo regular de café puede reducir el riesgo de muerte porque se asocia a una reducción de la inflamación, mejora la función pulmonar, aumenta la sensibilidad de la insulina y reduce la depresión mental.


  Asociación entre el consumo de café y la mortalidad total y específica por causa entre poblaciones no blancas del estudio de cohorte multiétnico (EEUU)

    Como el anterior estudio se había efectuado casi exclusivamente en población blanca (de origen predominantemente anglosajón) de colectivos de cierto nivel educativo como el constituido por las enfermeras y por los profesionales de salud del sexo masculino (veterinarios, odontólogos, podólogos, fisioterapeutas, etc), surgen lícitas dudas a la hora de  generalizar los resultados a poblaciones de otras etnias y nivel cultural.

    El posible sesgo del anterior estudio, intentó subsanarse mediante la investigación publicada el 11 de julio del 2017 en Annals of Internal Medicine,13  efectuada  con una  Cohorte Multiétnica, constituida por 185.855 personas de orígenes distintos: afroamericanos, nativos de Hawái, americanos de origen japonés, latinos (iberoamericanos) y blancos, que se reclutaron entre 1993 y 1996.

   Obviamente, el objetivo fue examinar la asociación entre el consumo de café y el riesgo de muerte total y específico por causa en la citada población.

 Pues bien, tras un periodo de seguimiento de 19 años (de 1993 al 2012) se observó, tras aplicar el correspondiente método estadístico (regresión proporcional de Cox y estricto control de todas las variables de confusión, con el tabaquismo a la cabeza), que los consumidores habituales de café, con respecto a los que nunca lo consumen, se beneficiaban con una significativa reducción del riesgo de muerte total, de carácter lineal, que osciló entre un 12% entre los que bebían una taza al día, hasta el 18% de los que bebían diariamente de dos a tres tazas (HR: 0,82; IC  0,79 a 0,86). Los que bebían más de cuatro tazas al día también experimentaron una reducción del 18% de la tasa de muerte total.

    En cuanto a la mortalidad específica por causa, se comprobó que los bebedores de café, con respecto a los no bebedores, tenían menores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, ictus, diabetes, enfermedad renal y cáncer.

   Estos resultados boyantes se observaron en todas las etnias participantes menos en una: los nativos de Hawái.

    Finalmente, los resultados fueron similares entre los que consumían café con cafeína o sin ella.


   


     Consumo de café y mortalidad en 10 países europeos: Un estudio de cohorte multinacional

        Este es el título del artículo publicado el mismo día, 11 de julio del 2017, y en la misma revista que el estudio precedente, Annals of Internal Medicine. Se trata de un estudio prospectivo europeo ( European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition: EPIC), efectuado con una muestra de algo más de medio millón de personas (521.330), pertenecientes a 10 países europeos, incluyendo España. Durante el seguimiento de los participantes, que no fue precisamente corto, 16 años, dio tiempo a contabilizar 41.693 fallecimientos.14

  En este trabajo no sólo examinaron la posible asociación entre el consumo de café y la mortalidad total y por causa específica sino también, en un subgrupo de pacientes, analizaron una serie de marcadores biológicos en el suero, a fin de evaluar la función hepática, la inflamación y el metabolismo.

  El volumen de café consumido por los ciudadanos de estas diez naciones europeas fue variable, siendo Italia el país donde consumen menos café (media: 91 ml/día, los hombres; 93 ml /día, las mujeres) en tanto que Dinamarca registra los mayores consumos ( media: 900 ml/día, tanto hombres como mujeres).

  También en este estudio se ha comprobado que los bebedores de café, a diferencia de los que no lo beben, suelen ser más jóvenes, fuman más, consumen más carnes rojas y procesadas, beben más alcohol, y comen menos frutas y verduras.

   Tras el correspondiente análisis estadístico (modelos multivariables de la regresión de cox y estricto control de variables de confusión),  se apreció un hecho muy repetido en este contenido: una sensible reducción del riesgo de mortalidad total entre los consumidores regulares de café, cuando eran comparados con los que nunca lo bebían.

   Concretando, diremos que los varones que bebían tres o más tazas de café al día (cuartil más alto), con respecto a los no bebedores, experimentaban reducciones de un 18% del riesgo de muerte por todas las causas (HR: 0,82; IC 95%; 0,76 a 0,89), mientras que las mujeres que bebían similares cantidades experimentaban una reducción del 8% de la mortalidad total (HR: 0,92; IC 95%, 0,87 a 0,98), con respecto a las no consumidoras.

Estos investigadores también observaron que los bebedores de café descafeinado se beneficiaban de similares reducciones de la mortalidad que los bebedores de café sin eliminar la cafeína.



           ¿Cómo fue la asociación entre el café y la mortalidad por causa específica de este estudio europeo? 

   Se observó una intensa asociación inversa entre el consumo regular de café y la mortalidad por enfermedades digestivas (a más consumo menos mortalidad), sobre todo, en hombres, dado que los mayores consumidores (tres o más tazas al día), con respecto a los que no lo ingerían, veían reducido el riesgo de muerte en un porcentaje del 59%. Aunque las mujeres que consumían más café también se beneficiaron de notables reducciones del riesgo de muerte por enfermedades digestivas: 40%.

     En este estudio se observó  que algo más de una tercera parte de las muertes por procesos digestivos correspondieron a enfermedades del hígado, sobre todo, cirrosis. Pues bien, el consumo regular de café se asocia a una intensa reducción del riesgo de muerte por enfermedades hepáticas (80%), lo que no se aprecia con el resto de enfermedades digestivas.

     La enfermedad más agraciada por el café es la  cirrosis, tanto la etílica como la de otro origen, incluyendo hígado graso: 79% de reducción del riesgo de muerte (HR: 0,21; IC 95%, 013 a 0,34).

    El consumo habitual de café también se asoció inversamente con la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, especialmente en las mujeres, que se beneficiaron de una significativa reducción del riesgo de muerte por ictus: 30 % (HR: 0,70; IC 95% 0,55 a 0,90).

    En cuanto a la mortalidad global por cánceres, el café no reveló reducciones significativas. Aunque sí observaron una sensible reducción del riesgo de cáncer de hígado, tanto en hombres como en mujeres.

    En este estudio llamó la atención una reducción del riesgo de muerte por cáncer de pulmón por parte de los mayores consumidores de café, cuando se los comparaba con los no bebedores.

               ¿Qué observaron en el subgrupo de participantes nunca fumadores?

      Como era de esperar, los nunca fumadores que bebían más volúmenes de café experimentaban mayores reducciones de la mortalidad total.

     Cuando lo que se analizaba era la mortalidad específica, los grandes bebedores de café que nunca habían fumado también experimentaron significativas reducciones del riesgo de muerte global por cáncer, además de relevantes reducciones del riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, digestivas y respiratorias.

          ¿Cómo afectó el consumo regular de café a los marcadores biológicos?

    Pues, comparados con los no bebedores de café o con muy bajo consumo, los que lo consumían en mayores cantidades (tres o más tazas diarias), tenían menos concentraciones plasmáticas de enzimas indicativas de daño hepático (GOT, GPT, GGT, fosfatasa alcalina) y mayores niveles de albúmina (proteína sintetizada en el hígado).

     Además, en las mujeres, a diferencia de los varones, el mayor consumo de café se asoció con una mayor reducción de la Proteína C Reactiva (PCR), un marcador inespecífico de inflamación, y de altos niveles del vulgarmente llamado colesterol bueno, esto es, el HDL-colesterol, que se asocia a una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

    En hombres, en cambio, la ingesta habitual de café se asoció con una sensible reducción del riesgo de muerte por suicidio.

    Los autores concluyen el estudio diciendo lo siguiente: “ Nuestros resultados sugieren que el mayor consumo de café se asocia a  un menor riesgo de muerte por varias causas, especialmente por enfermedades digestivas y cardiovasculares. La consistencia y similitud de los resultados de este estudio europeo con los obtenidos en otros estudios de cohorte, efectuados en diversas partes del mundo, así como los favorables datos observados en los biomarcadores biológicos, indicando que los bebedores de café tienen una mejor función hepática y menor carga de inflamación que los que nunca lo consumen o lo beben esporádicamente, soportan la hipótesis de que el café puede conferir saludables beneficios. Dado que su consumo es un estilo de vida modificable, sus potenciales beneficios clínicos deben ser encarecidamente considerados.”

 Asociación entre el consumo de café y la mortalidad en una gran cohorte británica (UK Biobank)

   Este estudio prospectivo, publicado en agosto de este año en JAMA Internal Medicine, ha tenido el gran mérito de ser el primero en tener en cuenta las variantes genéticas (polimorfismos genéticos) responsables de una mayor o menor metabolización hepática de la cafeína.

   La muestra de personas evaluada fue muy notable, casi medio millón (498 134 ), seguidas durante  10 años, al cabo de los cuales se llegó a conclusiones similares: una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la tasa de muerte por todas las causa, que osciló desde un 8% en los bebedores de una taza diaria hasta un 16% en los que bebían  6 a 7 tazas diarias. Además, los grandes consumidores de café, 8 o más tazas diarias, también se beneficiaron con una reducción significativa de la tasa de muerte: un 14%. Por otra parte, estos boyantes resultados no se alteraron en las personas que metabolizaban la cafeína más lenta o más rápidamente. Finalmente, los bebedores de café descafeinado se beneficiaron de igual forma.15

   “Nuestros hallazgos sugieren que otros compuestos del café, diferentes a la cafeína, representan un papel capital en la reducción de la tasa de muerte observada con su consumo habitual, pues se obtienen resultados similares con café descafeinado. Además, permiten afirmar con cierta seguridad que el café debe formar parte de cualquier dieta saludable”, concluyen los autores.

  

Consumo de café y mortalidad total en una cohorte mediterránea

   El 23 de noviembre del 2018 se publicó en una revista especializada en el tema (The American Journal of Clinical Nutrition ) un excelente estudio prospectivo de autoría española, “El Seguimiento Universidad de Navarra (SUN)”.

    Los responsables del mismo, Adela M. Navarro y colegas, investigadores del CIBEROBN, adscritos al grupo de medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, también observaron una mayor longevidad entre los bebedores regulares de café, tras estudiar a 20. 000 voluntarios, graduados universitarios de toda España, durante 10 años.

 En esencia, apreciaron una reducción del 22% en la tasa de muerte por todas las causas entre los consumidores de 2 tazas diarias de café. Aunque los más gratificados fueron  los que tenían 55 o más años: 34%  de disminución (HR: 0.67; 95% CI: 0.52, 0.86). 16

  Estos favorables resultados se obtuvieron tanto bebiendo café con cafeína como con descafeinado, incluso con el soluble.


     Para no alargar mucho más esta entrada, analizaré en la siguiente el aluvión de estudios epidemiológicos publicados en los últimos años (sobre todo, en el 2021) que han seguido constatando una asociación inversa entre el consumo de café y la mortalidad total y específica.


Brindemos con café de especialidad infusionado con la Chemex 

   En fin, concluyamos el tema brindando a la salud de todos con una copa de café de especialidad infusionado con la Chemex. Sí, deseo que, durante este año, tanto la salud como la escurridiza felicidad os acompañen fielmente. Un fuerte abrazo.

                               

                                                                 Dr. Félix Martín Santos

 

Fuentes bibliográficas:

1.      Freedman ND, Park Y, Abnet CC, Hollenbeck AR, Sinha R.  Association of coffee drinking with total and cause-specific mortality. N Engl J Med2012;366:1891–904.

2.      Je Y, Giovannucci E. Coffee consumption and total mortality: a meta-analysis of twenty prospective cohort studies. Br J Nutr 2014;111:1162–73.

3.      Am J Clin Nutr. 2015 May;101(5):1029-37. doi: 10.3945/ajcn.114.104273. Epub 2015 Mar 11.

4.      Association of coffee intake with total and cause-specific mortality in a Japanese population: the Japan Public Health Center-based Prospective Study.

Saito EInoue MSawada NShimazu TYamaji TIwasaki MSasazuki SNoda M1Iso HTsugane S.

5.      Yamaguchi T, Chikama A, Mori K, Watanabe T, Shioya Y, Katsuragi Y, Tokimitsu I. Hydroxyhydroquinone-free coffee: a double-blind, randomized controlled dose-response study of blood pressure. Nutr Metab Cardiovasc Dis 2008;18:408–14.

6.        Johnston KL, Clifford MN, Morgan LM. Coffee acutely modifies gastrointestinal hormone secretion and glucose tolerance in humans: glycemic effects of chlorogenic acid and caffeine. Am J Clin Nutr2003;78:728–33.

 

       7.    van Dam RM, Hu FB. Coffee consumption and risk of type 2 diabetes: a systematic  

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        8. Zucchi R, Ronca-Testoni S.  The sarcoplasmic reticulum Ca2+ channel/ryanodine

             receptor: modulation by endogenous effectors, drugs and disease states. Pharmacol

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    9.pyridopoulos I, Fichtlscherer S, Popp R, Toennes SW, Fisslthaler B,Trepels T, Zernecke A, Liehn EA, Weber C, Zeiher A. Caffeine enhances endothelial repair by an AMPK-dependent   mechanism. Arterioscler Thromb Vasc Biol 2008;28:1967–74.

10. Andersen LF, Jacobs DR, Carlsen MH,  Blomhoff R. Consumption of coffee is associated with reduced risk of death attributed to inflammatory and cardiovascular diseases in the Iowa Women's Health Study. Am J Clin Nutr2006;83:1039–46

 

 11. Circulation. 2015 Dec 15;132(24):2305-15. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.115.017341.     Epub 2015 Nov 16. Association of Coffee Consumption With Total and Cause-Specific Mortality in 3 Large Prospective Cohorts. Ding MSatija ABhupathiraju SNHu YSun QHan JLopez-Garcia EWillett Wvan Dam RM1Hu FB

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13.  Association of coffee consumption with total and cause-specific mortality among nonwhite populations.  Annals of Internal Medicine. 11 July 2017.

14. Ann Intern Med. 2017 Jul 11. doi: 10.7326/M16-2945. Coffee Drinking and Mortality in 10 European Countries: A Multinational Cohort Study.

Gunter MJMurphy NCross AJDossus LDartois LFagherazzi GKaaks RKühn TBoeing HAleksandrova KTjønneland AOlsen AOvervad KLarsen SCRedondo Cornejo MLAgudo ASánchez Pérez MJAltzibar JMNavarro CArdanaz EKhaw KTButterworth ABradbury KETrichopoulou ALagiou PTrichopoulos DPalli DGrioni SVineis PPanico STumino RBueno-de-Mesquita BSiersema PLeenders MBeulens JWJUiterwaal CUWallström PNilsson LMLandberg RWeiderpass ESkeie GBraaten TBrennan PLicaj IMuller DCSinha RWareham NRiboli E

15.Association of Coffee Drinking With Mortality by Genetic Variation in Caffeine MetabolismFindings From the UK Biobank

Erikka Loftfield, PhDMarilyn C. Cornelis, PhDNeil Caporaso, MD; et alKai Yu, PhDRashmi Sinha, PhDNeal Freedman, PhD. JAMA Intern Med. 2018;178(8):1086-1097. doi:10.1001/jamainternmed.2018.2425

16. Coffee consumption and total mortality in a Mediterranean prospective cohort

Adela M Navarro Miguel Á Martinez-Gonzalez Alfredo Gea Giuseppe Grosso José M Martín-Moreno Esther Lopez-Garcia Nerea Martin-Calvo Estefanía Toledo

The American Journal of Clinical Nutrition, Volume 108, Issue 5, 1 November 2018, Pages 1113–1120. 23 November 2018


ASOCIACIÓN ENTRE EL CONSUMO REGULAR DE CAFÉ Y UNA REDUCCION DE LAS TASAS DE MORTALIDAD TOTAL Y ESPECÍFICA POR CAUSAS (Segunda parte)

 

Cortesía Adrián Fernández, maestro barista, con una copa de café recién infusionado

               Consumo regular de café: Reducción tasas de mortalidad total y específica

   A la luz de los conocimientos científicos actuales, el consumo regular de café se asocia con una reducción tanto de la tasa total de muerte cuanto de la tasa especifica de mortalidad por las principales causas de enfermar y morir en el mundo: cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, digestivas, metabólicas, cirrosis, diabetes, entre otras.

   Esta contundente afirmación se nutre de los hallazgos de numerosos estudios observacionales prospectivos publicados en revistas de prestigio por grupos de investigadores procedentes de casi todos los continentes (Europa, Asia, América, Oceanía).

    En las siguientes líneas voy a resumir los resultados de una parte de los principales artículos científicos internacionales, publicados en los últimos dos años, sobre todo, durante el 2021, que han constatado este hecho: asociación inversa entre el consumo habitual de café y la mortalidad total y específica.

  Digo últimos 2 años porque los de los años anteriores los analizamos exhaustivamente en la entrada anterior. Se trata de ilustrar con estudios fidedignos, muy recientes, lo anteriormente mencionado. Como veréis, en todo momento menciono las fuentes bibliográficas, que plasmo al final de este contenido, pues se trata de informar rigurosamente, huyendo de la especulación y de la palabrería vacua y engañosa, que tanto mal ha hecho y hace, alimentando dogmas y prejuicios sobre éste y otros temas.

   

                                  Estudio prospectivo italiano (febrero 2021)

   Empecemos con un estudio prospectivo, publicado en febrero del 2021 en una revista de prestigio (The Journal of Nutrition), en el que se observó, tras estudiar a 20.487 italianos (hombres y mujeres, de 35 a 94 años), durante 8 años, una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la tasa de muerte por todas las causas, especialmente por enfermedades cardiovasculares: 28% con 3 a 4 espressos diarios, con respecto a los no bebedores y a los que consumen menos de una taza diaria (espresso).1

    

                                     Estudio prospectivo japonés (marzo 2021)

      El siguiente artículo que selecciono se publicó un mes más tarde, en marzo del 2021 (Stroke), también con resultados fructíferos para los amantes del café.

      Se trata de otro estudio prospectivo, en el que se valoró una muestra muy representativa, 46.213 japoneses, de 40 a 79 años de edad (478 supervivientes de ictus, 1214 supervivientes de infarto agudo de miocardio y 44.521 sin historia previa de infarto de miocardio ni ictus),  durante 8 años, al cabo de los cuales se apreció una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la mortalidad por todas las causas,  tanto en las personas sin antecedentes de infartos de miocardio ni ictus (14%, con 1 taza café/dia; 18%, con  ≥2 tazas al día) como en los supervivientes de infarto agudo de miocardio (39% de disminución mortalidad total en bebedores de ≥2 tazas diarias de café), con respecto a los no bebedores de café.2

                                

                                      Estudio prospectivo español (abril 2021)

    Un mes más tarde, en abril 2021, se publicó otro estudio prospectivo (Nutrients), el Estudio de Nutrición de Valencia (España), en el que tras controlar y seguir a 1.567 participantes, de 20 o más años de edad, durante 18 años, vuelven a revelar una asociación inversa entre el consumo de café y la mortalidad por todas las causas, así como por cáncer.3

  Efectivamente, en comparación con el no consumo, el consumo de café de una o menos tazas por día se asoció con una reducción del 27% en la mortalidad por todas las causas, y el consumo de más de una taza / día (rango 2-6.5 tazas / día) se asoció con una reducción del 44% en la mortalidad por todas las causas. Además, el consumo de más de una taza de café al día también se asoció con una reducción del 59% en la mortalidad por cáncer después de 18 años de seguimiento.


                                   Estudio prospectivo de Corea del Sur (abril 2021)

   También en abril del 2021 se publicó otro estudio prospectivo (Science) con resultados similares a los anteriores. En este caso, se trata de una población de Corea del Sur, constituida por 173.209 personas, evaluadas durante 9 años, tras los cuales apreciaron cómo los que consumieron más de tres tazas diarias de café se beneficiaron con un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas: 21% (HR: 0,79: Intervalo de confianza al 95%: 0,66 a 0,95). Además, el consumo de tres tazas diarias se asoció con una reducción de la tasa de muerte por procesos cardiovasculares: 38%.4

    

    Revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta: café y reducción mortalidad en diabéticos (mayo 2021)

       Prosigamos. Ahora, valorando el consumo de café en una población muy vulnerable, de gran riesgo cardiovascular, la constituida por diabéticos. Veámoslo, pues.

   Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta de estudios observacionales longitudinales internacionales que han evaluado la asociación entre el consumo de café y la mortalidad en diabéticos, publicada en mayo del 2021 (Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases).5

   Pues bien, tras aplicar un riguroso aparato estadístico, como en todos estos estudios, comprobaron que el consumo regular de café, 4 tazas diarias, por parte de personas con diabetes tipo 2, se asociaba con una significativa reducción de las tasas de muerte: por todas las causas, un 21% (HR: 0.79; IC 95%: 0.72 a 0.87; n = 10 estudios); un 32% por coronariopatías (infarto agudo de miocardio, angina de pecho...); un 40% de disminución de la tasa de mortalidad cardiovascular, con respecto a los diabéticos no bebedores de café.


   Estudio prospectivo Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y Singapur (septiembre 2021)


   Saltemos ahora a septiembre del 2021, para referir la cosecha de otro estudio asiático, el correspondiente a un Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y Singapur, que incluyeron a 248.050 hombres y a 280.454 mujeres, pertenecientes a 12 estudios prospectivos. ¿Qué fue lo que descubrieron? Pues que los hombres y mujeres que bebían, al menos, 5 tazas diarias de café tenían un menor riesgo de muerte por todas las causas: 24% y un 28%, respectivamente. Igualmente, apreciaron asociaciones inversas entre el consumo de café y la mortalidad específica por enfermedad cardiovascular y por cáncer.6 Nada que a estas alturas no sepamos ya.


     Estudio prospectivo europeo: consumo de café asociado con menor mortalidad y mejor estructura y función del corazón (octubre 2021)


    El siguiente artículo que elijo se publicó el 14 de octubre del 2021 en la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología (European Heart Journal).7 Me parece especialmente interesante. Veamos por qué.

   Los autores, investigadores británicos y búlgaros, tras evaluar a 468.629 individuos de la cohorte BIOBANK del Reino Unido (edad media 56,2 ± 8,1 años, 44,2% varones), durante 11 años de seguimiento, observaron que el consumo de 1 a 3 tazas de café al día se asociaba con una reducción de la mortalidad total (12%), mortalidad cardiovascular (17%) y de la incidencia de ictus (21%), con respecto a los no bebedores.

   Además, el estudio del corazón de 30.650 participantes, mediante resonancia magnética, reveló mejor estructura y función cardiaca en los bebedores de café de 0,5 a 3 tazas diarias y en los que bebían más de 3 tazas al día versus no bebedores de café.

    Como habéis apreciado, en este estudio no sólo estudiaron a un número notable de personas (casi medio millón), durante un tiempo relevante (11 años), sino que, además, evaluaron en un grupo importante de los mismos (30.065) la estructura y función de su corazón con un método diagnóstico fiable, la resonancia magnética, con magníficos resultados, dado que los bebedores de café tenían un corazón más saludable, lo que concuerda con otros estudios que han mostrado como el consumo regular de café se asocia a una reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca, uno de los más relevantes publicado recientemente, en abril del 2021 (Nutrients).

  Mucho podríamos hablar y escribir sobre el gran efecto cardiovascular exhibido por el café, incluidos efectos antihipertensivos y antiarrítmicos, según lo constatado en rigurosos estudios científicos. Aunque esos temas y otros muchos, verdaderas bondades del café, los dejaremos para otros artículos o contenidos de esta columna, que ahora se estrena.


              Otro estudio prospectivo de Corea de Sur (noviembre 2021)

      Otro estudio asiático se publicó el 15 de noviembre del 2021 (International Journal of Food Sciences and Nutrition).8

  Se trata de dos cohortes de Corea del Sur, que incluyen a 192.222 participantes, donde se vuelve a constatar como el consumo regular de café se asocia con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas: 16% [HR (IC del 95%) = 0,84 (0,77-0,92), para ≥3 tazas / día de consumo de café en comparación con los no bebedores. También observan reducción de las muertes cardiovasculares, respiratorias y diabetes.


    Valoración de la asociación entre el consumo de café con azúcar, sin azúcar y con edulcorantes y la mortalidad total, por procesos cardiovasculares y por cáncer (mayo 2022)

      Para no aburrir al personal, voy a concluir el recorrido por esta serie de estudios prospectivos, que han revelado una asociación inversa entre el consumo regular de café y la mortalidad total y específica, con un estudio prospectivo, publicado muy recientemente, el 31 de mayo del 2022 (Annals of Internal Medecine), ciertamente original, pues, por primera vez, valoran una gran variable: el azúcar o edulcorantes añadidos al café. (9)

Así, tras seguir a 171 616 participantes (edad media, 55,6 años [SD, 7,9]), durante 7 años, observan una asociación entre diversos consumos de café sin añadir azúcar (>0 a 1,5, >1,5 a 2,5, >2,5 a 3,5, >3,5 a 4,5 y >4,5 tazas/día) y significativas reducciones de las tasas de mortalidad total, que oscilan de un 16% (>1,5 a 2,5 tazas/día) hasta un 29% (de 2,5 a 4,5 tazas diarias), pasando por un 23% (con más de 4,5 tazas diarias).

También apreciaron una significativa reducción de las tasas de mortalidad por procesos cardiovasculares y por cáncer asociada al consumo de café sin azúcar.

Cuando evaluaron el consumo de café con azúcar también apreciaron que se asociaba con una reducción de la mortalidad total, cardiovascular y por cáncer, pero sólo fue estadísticamente significativa con consumos de 1,5 a 3,5 tazas diaria (31% a 28% respectivamente).

Sin embargo, no constataron tal boyante asociación con el consumo de café endulzado artificialmente.

A mi entender, es tal la riqueza en micronutrientes saludables del café que sus efectos saludables no se pierden al añadir azúcar al café (espero que sea poca cantidad), aunque sí cuando se añaden ultraprocesados como los edulcorantes artificiales.


               ¿Cuál es la cantidad de cafés diarios que más reduce la mortalidad?

    Pues después de analizar gran parte de los estudios científicos publicados en la última década que han valorado este aspecto, diré que 3 a 5 tazas diarias es la cantidad de café que en mayor grado reduce la tasa de muerte por todas las causas. De un 11% a un 28%, según el estudio.

   Aunque también es cierto que la reducción de la mortalidad empieza a verse a partir de una dosis diaria (un 8%).


            ¿Se observa lo mismo con café descafeinado?

       Excepto el gran efecto neuroprotector del café, que sólo se aprecia con café integro, con cafeína, la mayor parte del resto de efectos saludables se aprecian también con café descafeinado, aunque en algunos procesos o enfermedades, en menor grado.


              ¿Con qué tipos de cafés se aprecian resultados tan saludables?

     En la mayor parte de los estudios no especifican la especie de café utilizada (arabica o canephora/robusta), ni la forma de prepararlo (con cafeteras de filtro, como la Chemex o la V60, con “cafeteras convencionales”…) ni la cantidad por taza (por ejemplo, un espresso tiene, usualmente, 8 gramos de café en 30 ml de agua a 90-92 grados centígrados), ni la calidad del mismo, aunque no creo que ningún estudio se haya hecho valorando sólo cafés de especialidad, pues, en tal caso, no sólo las características organolépticas de aroma y sabor son muy superiores al resto, sino posiblemente sus efectos saludables, por poseer más antioxidantes.


                ¿A qué pueden atribuirse los efectos saludables del café?

     De entrada, quiero dejar muy claro que el café no es sólo cafeína, pues es muy rico en polifenoles, flavonoles, diterpenos, de gran potencia antioxidante, como la trigonelina, que durante el tueste se transforma en una vitamina, la niacina, prebióticos, como los arabinogalactanos que incrementan la síntesis de beneficiosas bacterias intestinales.

    No olvidemos que envejecemos porque nos oxidamos.  Aprovecho este momento para decir que la cafeína, además de su reconocido efecto antagonista de los receptores de adenosina A 2, también ejerce efectos antioxidantes, aunque son los polifenoles del café los responsables del gran efecto antioxidante del mismo.

    Así, según un estudio publicado en 2006 en la revista oficial de la Sociedad Americana de Nutrición (American Journal of Clinical Nutrition), entre los 50 alimentos más ricos en antioxidantes, el café ocupa el sexto lugar, por su gran riqueza en ácido clorogénico del grano verde (5 cafeoilquínico). Además, algo que no tantos saben, es que durante el tueste se producen una serie de compuestos (melanoidinas, fenilindanos y pirocatecol) que exhiben aún mayor potencia antioxidante que la dependiente del ácido clorogénico del grano verde.9

  Incluso, durante el 2020, se publicaron dos excelentes estudios que demostraron que tales productos (sobre todo, el pirocatecol), tras un estrés celular inicial, activan sistemas de transcripción (factor eritroide nuclear dos), que contribuyen a incrementar la producción celular de sistemas enzimáticos antioxidantes, de efectos antiinflamatorios y reparadores de anomalías del ADN. 10, 11

   ¡Ojo! Estamos hablando de que el café puede proteger nuestro material genético, como se ha apreciado en, al menos, tres estudios experimentales, mostrando que, tras su consumo agudo ( a las pocas horas) o prolongado (tras un mes), se reduce el número total de roturas espontáneas del ADN con respecto a los del grupo control.12-14

    En otros estudios, se ha observado como el consumo regular de café se ha asociado con una cierta capacidad para frenar el acortamiento acelerado de los extremos de los cromosomas (telómeros).15,16

¿Sabéis lo que pueden significar estos estudios? Pues que el consumo de café puede afectar favorablemente a nuestro reloj biológico, haciendo que nuestra edad biológica sea menor que la cronológica, casi parecido a lo que inequívocamente hacen el ejercicio físico regular y una dieta saludable como la Dieta Mediterránea, todo lo contrario de lo que promueven el tabaco, la obesidad o el estrés.

   Tampoco quiero soslayar otra vía que podría explicar parte de los efectos saludables del café: el aumento de la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal (billones de microorganismos), con predominio de las bacterias y levaduras de efectos antinflamatorios con respecto a las que ejercen efectos proinflamatorios, cuidando así el eje intestino-cerebro el eje intestino-corazón. 17,18

                       

                                      Cambio de paradigma

  De esta forma, empezamos a ver una transición en la valoración de esta bebida universal, pues, si antes se destilaba un profundo dogmatismo, al considerarla como poco saludable, que se heredaba de una generación a otra, no sólo de profanos sino también de profesionales sanitarios, ahora, desde hace poco más de una década,  la evidencia científica está demostrando que el consumo regular de café es uno de los estilos de vida más saludables que existen, prácticamente al nivel de la práctica regular de ejercicio físico, aeróbico y de fuerza, y de una dieta saludable, a base de productos frescos y de temporada, con predominio de fruta, verdura, pescado, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, entre otros saludables alimentos.


        Mimemos, admiremos y promocionemos a los caficultores y a los baristas

   Pero sería muy aconsejable que el café fuera de gran calidad, con una caficultura esmerada que, a poder ser, alumbrara cafés de más de 80 puntos en la escala de cata internacional, o sea, cafés de especialidad, que, luego, deben tostarse óptimamente para que en los domicilios o en las cafeterías de todo el mundo sean preparados con técnica barista o, mejor, por baristas, extraordinarios profesionales, con profundo conocimiento de cata, tueste (muchos son magníficos tostadores), con gran dominio de las diversas técnicas de preparación del café, además de ejercer, muchos de ellos, de auténticos embajadores del café.

  Os confieso que suelo considerar a los baristas como proveedores de salud, pues con su  óptima forma de preparar el café hace que fructifiquen más fácilmente sus grandes efectos saludables.

   Personalmente, cuando diariamente preparo cafés de especialidad con la Chemex o la V60, al llegar a la preinfusión, momento en que parecen expandirse los gases del café, evoco emocionadamente a todos los caficultores del mundo, que con su esfuerzo y denuedo, a lo largo de todo el año, consiguen tan buenas cosechas. Luego, tras molerlo y prepararlo, huelo intensamente su aroma, relajándome verdaderamente, constatando lo publicado en un reciente artículo científico experimental, que reveló como el aroma del café reduce el nivel de estrés, con descenso del cortisol plasmático, disminución de la frecuencia cardiaca y mejor puntuación en una escala analógica visual, que valora el grado de ansiedad, con respecto a los que huelen otros aromas u olores.(20)

   A continuación, en boca, me gustan los cafés afrutados, con los que percibo bien la acidez del ácido cítrico y del ácido málico del café, para, inmediatamente después, notar un cuerpo sedoso y, finalmente, un postgusto prolongado, con sabores muy diversos, tantos como sus orígenes y cosechas: a frutos del bosque (grosellas, arándanos, moras, fresas y frambuesas), a frutos secos (avellanas, nueces o almendras, por ejemplo), a canela, a cacao, a miel…

  En fin, a mi entender, el consumo regular de café ocupa un escalón del pódium de los tres estilos de vida más saludables que existen, junto a los ya citados, actividad física regular (probablemente, el más saludable), y una dieta saludable, a base de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea o similar. Todos aquellos que se adhieran a tales estilos de vida se beneficiarán con un aumento de su esperanza de vida en buena salud y, tal vez, la esquiva felicidad les sea más fiel.


                                                             Dr. Félix Martín Santos

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Bibliografía:

1.      Daily Coffee Drinking Is Associated with Lower Risks of Cardiovascular and Total Mortality in a General Italian Population: Results from the Moli-sani Study. Emilia Ruggiero, Augusto Di Castelnuovo, Simona Costanzo, Mariarosaria Persichillo, Amalia De Curtis, Chiara Cerletti, Maria Benedetta Donati, Giovanni de Gaetano, Licia Iacoviello, Marialaura Bonaccio, for the Moli-sani Study Investigators. The Journal of Nutrition, Volume 151, Issue 2, February 2021, Pages 395–404, https://doi.org/10.1093/jn/nxaa365.

2.      Green Tea and Coffee Consumption and All-Cause Mortality Among Persons With and Without Stroke or Myocardial Infarction. Masayuki Teramoto, Isao Muraki, Kazumasa Yamagishi, Akiko Tamakoshi, Hiroyasu Iso. 2021https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.120.032273Stroke. 2021;52:957–965.

3.      Coffee Consumption and All-Cause, Cardiovascular, and Cancer Mortality in an Adult Mediterranean Population. Nutrients 2021, 13(4), 1241.  Laura Torres-Collado, Laura María Compañ-Gabucio, Sandra González-Palacios, Leyre Notario-Barandiaran 1,2,3,Alejandro Oncina-Cánovas, Jesús Vioque  and Manuela García-de la Hera. https://doi.org/10.3390/nu13041241. Received: 17 March 2021 / Revised: 4 April 2021 / Accepted: 7 April 2021 / Published: 9 April 2021.

 

4.      Coffee Consumption and the Risk of All-Cause and Cause-Specific Mortality in the Korean Population. Seong-Ah, Li-JuanTan, SangahShin. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics. Volume 121, Issue 11, November 2021, Pages 2221-2232.

 

5.      Coffee consumption and cardiovascular diseases and mortality in patients with type 2 diabetes: A systematic review and dose–response meta-analysis of cohort studies. Hossein Shahinfar, Ahmad Jayedi, Tauseef A.Khan, Sakineh Shab-Bidar. Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases. Volume 31, Issue 9, 26 August 2021, Pages 2526-2538.

 

6.      Coffee and tea consumption and mortality from all causes, cardiovascular disease and cancer: a pooled analysis of prospective studies from the Asia Cohort Consortium. Sangah Shin, Jung Eun Lee, Erikka Loftfield, Xiao-Ou Shu, Sarah Krull Abe, Md Shafiur Rahman, Eiko Saito, Md Rashedul Islam, Shoichiro Tsugane, Norie Sawada. International Journal of Epidemiology, dyab161, https://doi.org/10.1093/ije/dyab161. Published: 01 September 2021.

 

7.      Association of daily coffee consumption with cardiovascular health – results from the UK Biobank. J Simon, K Fung, Z Raisi-Estabragh, N Aung, M Y Khanji, M Kolossvary, B Merkely, P B Munroe, N C Harvey, S K Piechnik ... European Heart Journal, Volume 42, Issue Supplement_1, October 2021, ehab724.2416, 14 October 2021.

 

8.      Association of coffee drinking with all-cause and cause-specific mortality in over 190,000 individuals: data from two prospective studies. Hyun Jeong Cho, Icon,Jin Young Yoo,  An Na Kim,Sungji Moon, Jeoungbin,Inah Kim. International Journal of Food Sciences and Nutrition. 15 Nov 2021.

 

9.      Association of Sugar-Sweetened, Artificially Sweetened, and Unsweetened Coffee Consumption With All-Cause and Cause-Specific Mortality. A Large Prospective Cohort Study. Dan Liu, MD,   Zhi-Hao Li, MD,   Dong Shen, MD,   Pei-Dong Zhang, MD. Annals Of Internal Medicine, 31 May 2022.

 

10.   Content of redox-active compounds (ie, antioxidants) in foods consumed in the United States. Bente L Halvorsen, Monica H Carlsen, Katherine M Phillips, Siv K Bøhn, Kari Holte, David R Jacobs, Jr, Rune Blomhoff. The American Journal of Clinical Nutrition, Volume 84, Issue 1, July 2006, Pages 95–135, https://doi.org/10.1093/ajcn/84.1.95.

 

11.   Health Effects of Coffee: Mechanism Unraveled? by Hubert Kolb, Kerstin Kempf and Stephan Martin. Nutrients 2020, 12(6), 1842, 20 june 2020.

 

12.   Pyrocatechol, a component of coffee, suppresses LPS-induced inflammatory responses by inhibiting NF-κB and activating Nrf2. Megumi Funakoshi-Tago, Yusuke Nonaka, Kenji Tago, Mika Takeda, Yuma Ishihara, Ami Sakai, Mari Matsutaka, Kenji Kobata & Hiroomi Tamura. Scientific Reports volume 10, Article number: 2584 (2020).

 

13.   Consumption of a dark roast coffee blend reduces DNA damage in humans: results from a 4-week randomised controlled study. Dorothea Schipp, Jana Tulinska, Maria Sustrova, Aurelia Liskova, Viera Spustova, Miroslava Lehotska Mikusova, Zora Krivosikova, Katarina Rausova, Andrew Collins, Vaineta Vebraite, Katarina Volkovova, Eva Rollerova, Magdalena Barancokova & Sergey Shaposhnikov. European Journal of Nutrition volume 58, pages3199–3206 (2019).

 

14.   Eur J Nutr. 2015 Feb;54(1):149-56. doi: 10.1007/s00394-014-0696-x. Epub 2014 Apr 17. Consumption of a dark roast coffee decreases the level of spontaneous DNA strand breaks: a randomized controlled trial. Bakuradze T, Lang R, Hofmann T, Eisenbrand G, Schipp D, Galan J, Richling E.

15.   Mol Nutr Food Res. 2016 Mar;60(3):682-6. doi: 10.1002/mnfr.201500668. Epub 2015 Dec 29. Coffee consumption rapidly reduces background DNA strand breaks in healthy humans: Results of a short-term repeated uptake intervention study. Bakuradze T, Lang R, Hofmann T, Schipp D, Galan J, Eisenbrand G, Richling E.

16.   Coffee Consumption Is Positively Associated with Longer Leukocyte Telomere Length in the Nurses’ Health Study  J. Nutr.  July, 2016 146: 7 1373-1378; first published online June 8, 2016.      doi:10.3945/jn.116.230490. Jason J Liu, Marta Crous-Bou, Edward Giovannucci, and Immaculata De Vivo.

17.   Caffeine consumption and telomere length in men and women of the National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES). Nutrition & Metabolism201714:10. January 2017. Larry A. Tucker.

18.   Jaquet M, Rochat I, Moulin J, Cavin C, Bibiloni R. Impact of coffee consumption on the gut microbiota: a human volunteer study. Int J Food Microbiol 2009; 130: 117–21.

19.    Coffee drinkers have healthier gut microbiotas, Medical News Today. October 30. 2019.

20.   The calming effect of roasted coffee aroma in patients undergoing dental procedures. Praewpat Pachimsawat, Kanlayanee Tangprasert & Nattinee Jantaratnotai. Scientific Reports volume 11, Article number: 1384 (2021).


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