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sábado, 9 de julio de 2022

REDUCCIÓN DE ARRITMIAS CARDIACAS MEDIANTE EL CONSUMO REGULAR DE CAFÉ: ¿ES POSIBLE?

 

Cortesía de Jaime Alejos, campeón de España de cata de café (SCA 2019)


             Consumo regular de café: Reducción riesgo de fibrilación auricular

    A la luz de los conocimientos científicos actuales, el consumo regular de café no incrementa el riesgo de desarrollar fibrilación auricular, arritmia cardíaca más frecuente, y sus temibles complicaciones, sino al contrario, tiende a reducir el riesgo de una y de otras.


            Concepto

   Según la guía de diagnóstico y tratamiento de la fibrilación auricular (FA), elaborada conjuntamente por la Sociedad Europea de Cardiología y por la Sociedad Europea de Cirugía cardiovascular, la fibrilación auricular es un trastorno del ritmo cardiaco caracterizado por un aumento desmesurado de la frecuencia cardiaca (taquiarritmia) por activación eléctrica auricular descoordinada y, por ello, contracción ineficaz de las aurículas (taquiarritmia supraventricular). Puede ser sintomática o subclínica y asintomática.1

 Para el diagnóstico es imprescindible objetivar, en un electrocardiograma de 12 derivaciones o, en su defecto,  en un trazado electrocardiográfico de una derivación mantenido durante 30 o más segundos, los signos identificativos de esta arritmia: ausencia de ondas P (indicativas de contracción auricular) u ondas P no discernibles junto a intervalos RR (complejos de contracción y despolarización ventricular) absolutamente irregulares (siempre que no haya trastorno de la conducción aurículoventricular).

   La aurícula izquierda suele dilatarse y fibrosarse , lo que hace que funcione precariamente (disfunción auricular),  por el desarrollo de una verdadera miocardiopatía auricular, con retraso en la conducción electromecánica.


Importancia

  La fibrilación auricular es una enfermedad de notable trascendencia porque es muy prevalente, ocasiona una relevante morbimortalidad y comporta un gasto económico excesivo.

   La prevalencia de la FA en adultos es de un 2−4% 2 y se prevé que aumente 2,3 veces, por la  mayor longevidad de la población general y por el esfuerzo por diagnosticar precozmente casos de FA subclínica.  El riesgo de FA a lo largo de la vida se ha estimado en 1 de cada 3 individuos de origen europeo a una edad índice de 55 años.3

     En cuanto a la gravedad respecta, es preciso decir que esta arritmia es responsable de  complicaciones severas:  embolias cerebrales (ictus isquémicos), insuficiencia cardiaca, deterioro cognitivo o/y demencia, hospitalización, mala calidad de vida y muerte.


         Ictus

        El ictus acontece por el frecuente desarrollo de trombos en el interior de una aurícula incapaz de contraerse efectivamente, que cuando salen del corazón y viajan por la sangre (émbolo) acceden a las carótidas y, a continuación, a las arterias cerebrales, donde causarán un infarto cerebral, al obstruir la luz arterial.

    Este ictus cardioembólico es grave, muy recurrente y, con cierta frecuencia, mortal u ocasiona permanente discapacidad.

    Entre los diversos predictores de ictus en estos pacientes, destaca la dilatación de la aurícula izquierda, presencia de un trombo en la orejuela de la aurícula, (ambos visibles en un ecocardiograma),  una anatomía particular de esta última (en “ala de pollo”).

    Cuando se sospeche un ictus, la resonancia magnética cerebral será crucial para su identificación.

 

     Disfunción del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardiaca

       Los pacientes que sufren fibrilación auricular tienen un mayor riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca (mayores tasas de incidencia y proporción de prevalencia) que los que no la padecen, pues la disfunción del ventrículo izquierdo , por diversos mecanismos, es un hecho muy común en estos enfermos. Además, al compartir factores de riesgo,  suelen coexistir ambos procesos, cuando no fomentan exacerbaciones recíprocas, lo cual resulta en una mortalidad significativamente mayor que la observada cuando  una de estas enfermedades opera sin la otra.4

   

      Hospitalización

      El 30% de los pacientes con fibrilación auricular ingresan en un centro hospitalario una vez al año y el 10% se alojan en el hospital, al menos, dos veces,  el doble de lo acontecido con la población que no sufre esta arritmia, con buen ajuste por edad y sexo (37,5 % frente al 17,5%, respectivamente).5

    Estos pacientes ingresan tanto por alteraciones cardiovasculares (49%) como no cardiovasculares (43%) , incluso por hemorragias (8%, usualmente por sangrado provocado por mal control de la anticoagulación.


 Calidad de vida y estado funcional

   Aunque el 60% de los pacientes con FA tienen un deterioro significativo de la calidad de vida y de la tolerancia al ejercicio, sólo el 17% tiene síntomas incapacitantes.

   Se ha observado que los jóvenes, las mujeres y los que sufren concomitantemente otros procesos crónicos (comorbilidad) son los que tienen peor calidad de vida.

    También se ha comprobado que situaciones de ansiedad y depresión , muy prevalentes en estos pacientes, son las que más contribuyen a limitar la calidad de vida.


   Deterioro cognitivo/demencia

     En un reciente protocolo de consenso de expertos se ha constatado que esta arritmia puede originar deterioro cognitivo, que oscila desde cuadros leves a demencia, debido a pequeños y repetidos ictus isquémicos asintomáticos o con síntomas evidentes, incluso por otras causas no bien identificadas.

   En diversos estudios de resonancia magnética cerebral se ha evidenciado que la FA se asocia con el doble de riesgo de isquemia cerebral asintomática.6

  

      Mortalidad

     Esta prevalente arritmia cardiaca se asocia con un aumento del riesgo de muertes por todas las causas en hombres (1,5 veces) y en mujeres (el doble). Parece que tal hecho está muy vinculado a las graves comorbilidades que tienen estos pacientes: tumores malignos, insuficiencia cardiaca, infección y sepsis, en tanto que la mortalidad por ictus sólo fue del 6,5%.

  Por ello, si queremos reducir la mortalidad en estos pacientes deberemos tratar con cierta efectividad las otras enfermedades que padecen, además de asegurar una buena anticoagulación (para evitar embolias cerebrales) y un correcto tratamiento de la insuficiencia cardiaca.

    Así, en el protocolo de consenso de la Sociedad Europea de Cardiología (2020) se aconseja  la estrategia ABC  (Atrial fibrillation Better Care) de atención integral de la FA (denominada la vía ABC: «A», anticoagulación/prevención del ictus; «B», buen control de los síntomas; «C», control de los factores de riesgo cardiovascular y las comorbilidades), pues comporta una reducción del riesgo de muerte por todas las causas, menor incidencia de la variable compuesta de ictus/sangrado mayor/muerte cardiovascular y primera hospitalización, con respecto a la estrategia estándar.

   El que tenga interés en el tema, le aconsejo que lea detenidamente el citado protocolo de consenso.


Causas

   Si queremos prevenir efectivamente la fibrilación auricular, será preciso identificar y tratar las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas (comorbilidades) que incrementan el riesgo de sufrir esta prevalente arritmia, a saber:  insuficiencia cardiaca, diabetes mellitus, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC), síndrome de apneas e hipopneas del sueño, hipertensión arterial, enfermedad valvular y la insuficiencia renal crónica, sin soslayar problemas hormonales, como el hipertiroidismo7, entre otros.



               ¿El consumo de café cómo incide en el desarrollo de fibrilación auricular?

     Pues como decíamos al principio, a medida que se van publicando estudios de relevante rigor científico, se está comprobando que el consumo regular de café no parece aumentar el riesgo de fibrilación auricular, sino al contrario, tiende a disminuirlo. Vamos a analizarlos en las siguientes líneas.


Estudios científicos que han revelado una asociación inversa entre el consumo de café y la fibrilación

 

     Café, cafeína y riesgo de hospitalización por arritmias

 En el 2011 se publicó el primer estudio de base comunitaria o poblacional que evaluó la asociación entre el consumo regular de café y un amplio repertorio de arritmias cardíacas.8

Los autores del estudio, Arthur L Klatsky y colegas (Kaiser Permanente Division of Research in Oakland) se propusieron comprobar si el consumo regular de café incrementaba o no el riesgo de desarrollar arritmias cardiacas de cierta gravedad, como las que requieren un ingreso hospitalario (Northern California Comprehensive Health Care Study). Para ello, estudiaron a 130.054 personas, en las que se había recabado previamente información sobre su consumo de café, de las cuales 3137 ingresaron por sufrir una arritmia (el 48% por fibrilación auricular).

   Pues bien, tras utilizar el correspondiente aparato estadístico (modelos de riesgos proporcionales de Cox con 8 covariables), observaron una reducción de un 20% del riesgo de hospitalización por arritmia entre los que consumían 4 o más tazas de café al día (HR:  0,8 (IC, 0,7-0,9; p = 0,002), con respecto a los no bebedores de café, en tanto que en los que bebían de 1 a 3 tazas diarias apreciaron una reducción de un 10% del riesgo, pero sin alcanzar plena significación estadística (HR: 0,9 (IC, 0,8-1,0; p = 0,2).

   No obstante, cuando se consideró el consumo de café como variable continua, se apreció una reducción del riesgo del 3% por cada taza adicional (HR: 0,97 (IC, 0,95-0,99; p = 0,001).

  Estos resultados se mantuvieron tanto en los sujetos sin procesos cardiovasculares como en los que los sufrían.

    De igual forma, analizaron el consumo de cafeína y el riesgo de hospitalización por arritmias en 198 ingresados, por esta causa, de un total de 11.679 participantes investigados.    

    Así, tras controlar el número de tazas de café por día, apreciaron que la ingesta total de cafeína se relacionó inversamente con el riesgo (HR cuartil más alto vs más bajo = 0,6; p = 0,03).

   “En una gran cohorte, el consumo de café y cafeína están inversamente relacionados con el riesgo de hospitalización por arritmias, especialmente fibrilación auricular y otras arritmias supraventriculares. Aunque estos datos observacionales no establecen causalidad, es altamente improbable que la ingesta moderada de cafeína aumente el riesgo de arritmia”, concluyeron los autores de la investigación.

   Este estudio ha sido bastante trascendente por ser el primero que ha hecho tambalear  informes previos, que vinculaban el café con un incremento del riesgo de arritmias, de dudosa rigurosidad científica.

  Otra serie de estudios revelaron, en cambio, una reducción del riesgo de fibrilación auricular entre los consumidores habituales de café, pero tal asociación no llegó a alcanzar la significación estadística.9,10

      

                       Metaanálisis de estudios observacionales

    En octubre del 2013 se publicó (Heart) una revisión sistemática y meta-análisis de estudios observacionales (6 prospectivos y uno de casos y control) que reveló un cierto papel antiarrítmico de la cafeína, dado que los autores del estudio, Caldeira y colegas (Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa) no apreciaron que la cafeína incrementara el riesgo de fibrilación auricular, sino al contrario, su consumo moderado reducía un 13% el riesgo de sufrir esta arritmia, la más prevalente  (OR 0.87; 95% CI 0.80 to 0.94; I(2)=39% , tras analizar estudios de alta calidad, con escasa heterogeneidad 11, que incluyeron un total de 115.993 participantes.

   Posteriormente, en abril del 2014 volvió a publicarse otro metaanálisis  de estudios prospectivos (seis), dosis-respuesta, que incluyó a 228.465 participantes, con resultados concordantes al previo, dado que los autores del mismo, Min Cheng y colegas (Beijing, China), observaron una reducción de un 6% del riesgo de fibrilación auricular por cada 300mg diarios de consumo de cafeína, usualmente ingerida (regularmente) formando parte del café. 12

   Sin embargo, un año más tarde, se publicó (Journal of the American Heart Association) un metaanálisis de 6 estudios prospectivos, efectuado por Larsson y colegas, en el que no hallaron asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de fibrilación auricular, ni positiva ni inversa, ni aumentaba el riesgo ni lo reducía, respectivamente, tras comparar la categoría de mayor consumo de café con la de menor consumo (RR: 0,96; IC 95%: 0.80‐1.08)13.

    En otro metaanálisis de estudios observacionales, más reciente (Cardiology, 2018), con valoración dosis-respuesta, observaron que el riesgo de fibrilación auricular era mayor entre los que consumían menos de dos tazas diarias de café (una media de 140 mg de cafeína por taza) que entre los que bebían mayores cantidades de café. Además, comprobaron una menor incidencia de esta arritmia cardiaca cuando los participantes consumían más de 436 mg diarios de cafeína (176.675 sujetos evaluados, de los que 9987 desarrollaron fibrilación auricular).

   “La incidencia de fibrilación auricular no aumenta con el consumo de café. De hecho, encontramos una menor incidencia de esta arritmia cuando el consumo de cafeína excedía los 436 mg / día. Por lo tanto, según la evidencia disponible, no existe una asociación entre la ingesta de cafeína y el riesgo de fibrilación auricular”, concluyeron los autores del metaanálisis, miembros del departamento de cardiología de varios hospitales clínicos de EEUU (New York y New Brunswick).14

       

              Estudios prospectivos de relieve

     En agosto del 2016, se publicó en la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología Preventiva (European Journal of Preventive Cardiology) un estudio observacional prospectivo que obtuvo resultados fructíferos para los amantes del café, pues reveló cómo un consumo moderado-alto de café se asociaba con una reducción del riesgo de acudir a urgencias o/y ingresar por sufrir una arritmia completa por fibrilación auricular (flutter incluido).15

   Los autores de la investigación (Dinamarca y EEUU), liderados por Elizabeth Mostofsky (Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard),  tras seguir durante 13, 5 años a 57.053 participantes (27.178 hombres y 29875 mujeres) de una cohorte conocida (The Danish Diet, Cancer and Health study), apreciaron cómo el consumo regular de café se asocia con una reducción del riesgo de sufrir fibrilación auricular,  especialmente entre los bebedores de 6 a 7 tazas de café diarias : 21% de disminución (HR: 0.79 (95% CI 0.64–0.98), con respecto a los no bebedores de esta bebida universal.

   Estos investigadores creen que el debatido efecto antiarrítmico del café es más probable que se deba a su riqueza en fitoquímicos de reconocidas propiedades antioxidantes, como el ácido clorogénico del grano verde, entre otros (niacina, diterpenos), a lo que habría que añadir los compuestos producidos durante el tueste (fenilindanos, melanoidinas y pirocatecol), que incrementan la potencia antioxidante, antiinflamatoria y reparadora de anomalías del ADN que la exhibida sólo por los compuestos del grano verde, como se ha comprobado en diversas investigaciones publicadas durante el 2020.16,17

    En abril del 2018, Casiglia y colegas (Universidad de Padua) revelaron (European Journal of Preventive Cardiology), tras estudiar a 1475 personas (hombres y mujeres), durante 12 años,  que un mayor consumo de cafeína (>165 mmol/día o > 320 mg/día) se asociaba con una significativa reducción de la incidencia de fibrilación auricular (HR: 0.249, IC: 95% 0.161–0.458, P < 0.01).18


 


  Consumo de café y riesgo de fibrilación auricular en el estudio de salud de los médicos (The Physicians Health Study)

   En agosto del 2019 se publicó en la revista oficial de la Sociedad Americana de Cardiología (Journal of the American Heart Association) un estudio prospectivo cuyo objetivo fundamental también fue evaluar una posible asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de fibrilación auricular.19

  Para ello, Bodar y colegas, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, tras estudiar una muestra de 18.960 médicos varones, de 66,1 años de media (The Physicians Health Study), durante nueve años, observaron un riesgo menor de fibrilación auricular entre los que bebían de 1 a 3 tazas diarias de café, en tanto que consumos inferiores a una taza y superiores a tres no se asociaron con el riesgo de sufrir una fibrilación auricular.

   En un análisis secundario no hallaron ninguna asociación significativa entre la ingesta dietética de cafeína y el riesgo de fibrilación auricular, por lo que creen que la relevante reducción del riesgo en el análisis primario podría ser atribuible a otros componentes del café, como polifenoles (ácido clorogénico) y otros fitoquímicos de notables efectos antioxidantes, amparándose en estudios previos que habían demostrado que los antioxidantes protegen contra la fibrilación auricular20, incluso en un metaanálisis de 23 estudios experimentales se había apreciado que la suplementación con antioxidantes perioperatorios previene la fibrilación auricular después de la cirugía cardíaca. 21

    Estos halagüeños resultados, concordantes, en parte, con otros estudios prospectivos y metaanálisis. no impidieron que Bodar y colegas analizaran otros estudios con resultados opuestos a los suyos.

   Así, 18 años antes, en noviembre 2001, Wilhelmsen y colegas (universidad de Göteborg, Suecia), revelaron un incremento del riesgo del 24% de sufrir fibrilación auricular con un consumo de café que oscilaba de 1 a 4 tazas diarias, entre los 7495 participantes, seguidos durante 25 años. Sin embargo, los investigadores de Harvard están convencidos de que estos resultados discordantes con los suyos se deben a que Wilhelmsen y colegas no habían controlado verdaderos factores de confusión, salvo la edad, muy prevalentes en su estudio, dado que los integrantes de su muestra tenían factores de alto riesgo de fibrilación auricular, como tabaquismo activo, hipercolesterolemia e hipertensión arterial, que no habían ajustado previamente. 22

   También analizaron otro estudio prospectivo con resultados contrarios a los obtenidos por ellos. Se trata de un estudio prospectivo, publicado 9 años antes (2010), llevado a efecto por miembros de la misma Facultad de Medicina que la suya (Universidad de Harvard, Boston), en el que, tras estudiar a las participantes de una conocida muestra ( The Women's Health Study), apreciaron cómo las que consumían de 2 a 3 tazas diarias de café tenían un 36% más de riesgo de fibrilación auricular (HR: 1,36; IC 95%: 1,12-1,65). 23

   En este último caso, Bodar y colegas creen que tales resultados, absolutamente opuestos a los suyos, podrían deberse a ciertas diferencias de género o/y a una superior prevalencia de tabaquismo activo entre las mujeres de este estudio con respecto a los varones del suyo: 12,3% versus 3,5%, respectivamente.

   Llegado a este punto, es preciso decir que un mes antes de publicar este notable estudio prospectivo (el de Bodar y colegas), en julio del 2019, se publicó un estudio de randomización mendeliana en el que, tras analizar los datos (estudio de asociación de todo el genoma: genome-wide association study) de 588 190 personas (65 446 casos y 522 744 no casos), no lograron demostrar una relación causal entre el consumo de café y el riesgo de fibrilación auricular, o sea, ni aumentaba el riesgo ni lo disminuía. Aunque utilizaron como variables instrumentales nueve polimorfismos de un solo nucleótido asociados con el consumo de café, quizá sea cuestión de acertar con la tecla, pues gran parte de los estudios observacionales están constatando un relevante efecto antiarrítmico del café.24


Estudios prospectivos españoles: SUN y PREDIMED 

  A continuación, referiré nuevos estudios prospectivos que están revelando una asociación entre el consumo regular de café y una reducción del riesgo de fibrilación auricular, como el publicado en marzo 2020 en la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología Preventiva. En realidad, se trata de dos grandes estudios prospectivos españoles, el SUN, acrónimo de Seguimiento de Universidad de Navarra (18,983 participantes controlados durante 10,3 años) y el prestigioso “Prevención con Dieta Mediterránea” o PREDIMED, (6479 personas seguidas durante 4,4 años),  en el que observan una asociación entre un consumo de 1 a 7 tazas de café semanales  y una reducción de un 47% del riesgo de fibrilación auricular, con respecto a los no bebedores de café. Lo que no observan cuando el consumo es mayor.25


    Aunque en el SUN no apreciaron asociación alguna entre ambas variables, en el metaanálisis de ambos estudios, PREDIMED y SUN, apreciaron una reducción de un 40% del riesgo de fibrilación auricular entre los consumidores de 1 a 7 tazas de café a la semana (HR: 0,60; IC 95%: 0,44-0,82), sin que observaran heterogeneidad alguna.

     Es preciso mencionar que estos investigadores españoles clasificaron el consumo de café en tres categorías: tres o menos tazas al mes, la de menor consumo; 1 a 7 tazas semanales, la de consumo intermedio; más de una taza diaria, la de mayor consumo.


 

    Nuevas evidencias: Consumo de café e incidencia de taquiarritmias, con valoración metabolización cafeína y aleatorización mendeliana

   El 19 de julio del 2021 se publicó en JAMA un estudio prospectivo, llevado a efecto por investigadores de la Universidad de California, cuyos resultados han dado un gran espaldarazo al efecto antiarrítmico del café.

  Efectivamente, estos autores evaluaron y siguieron durante 4,5 años, a 386.258 participantes (52,3 %, mujeres), a fin de ver cuál era el impacto del consumo de café en la incidencia de cualquier arritmia cardiaca (fibrilación auricular, flutter auricular, taquicardia supraventricular, taquicardia ventricular, extrasístoles auriculares y extrasístoles ventriculares).

Además, analizaron los polimorfismos genéticos responsables del metabolismo de la cafeína (7 polimorfismos genéticos y otro restringido exclusivamente al CYP1A2 rs762551), para ver la influencia de diversas concentraciones de cafeína en el ritmo cardíaco. También efectuaron un estudio de aleatorización mendeliana para ver si la cafeína causa o no fibrilación auricular, como se afirmaba en algunos estudios.

   Pues bien, tras diagnosticar 16976 arritmias cardíacas, durante los 4,5 años de seguimiento, se comprobó que cada taza de café consumida, adicionalmente, se asociaba con una reducción del 3% del riesgo de arritmias (índice de riesgo [HR], 0,97; IC del 95%, 0,96-0,98; P < .001), independientemente de cómo fuera la metabolización de la cafeína, lo que resultó aleccionador.

   En cuanto al tipo de arritmia respecta, la reducción del riesgo fue igual para la fibrilación auricular y flutter auricular: 3% con cada taza de café bebida; un poco más para la taquicardia supraventricular, un 4% de disminución.

  El estudio de aleatorización mendeliana, que utilizó estas mismas variantes genéticas, no reveló una asociación significativa entre las propensiones subyacentes a un metabolismo diferente de la cafeína y el riesgo de arritmia incidente. Esto sugiere que son otros integrantes del café los responsables del efecto antiarrítmico, como antes referimos.

   “En este estudio de cohorte prospectivo, un mayor consumo de café se asoció con un menor riesgo de arritmias cardíacas, sin evidencia de que el metabolismo de la cafeína mediado genéticamente afectara esa asociación. La aleatorización mendeliana no proporcionó evidencia de que el consumo de cafeína estuviera asociado con arritmias”, concluyeron los autores de este extraordinario estudio, uno de los más completos que se han publicado hasta ahora.

 

 Apuntes finales

   En fin, a medida que se publican artículos científicos de rigurosidad contrastada sobre el impacto del café en la salud humana, más efectos saludables van apareciendo, lo que permite desmontar ciertos dogmas, muy arraigados no sólo en la cultura popular sino en medios sanitarios, transmitidos de unos a otros sin un sólido bagaje científico. De esta forma, hemos ido comprobando que el consumo regular de café se asocia a una reducción de la tasa de muerte total y de la tasa específica de las principales causas de enfermar y morir en el mundo: cardiovasculares, respiratorias, neurodegenerativas, metabólicas, cirrosis, ciertos cánceres, entre otras. En lo que al corazón respecta, el efecto protector exhibido por el café es de gran calado, pues su consumo habitual incide favorablemente sobre la salud de nuestras arterias, reduciendo o/y enlenteciendo el desarrollo de arteriosclerosis y sus temibles complicaciones (angina e infartos de miocardio y cerebrales), mejora la función cardiaca y, en contra de lo pensado, exhibe un efecto antihipertensivo y antiarrítmico.


    Bibliografía

1.      Guía ESC 2020 sobre el diagnóstico y tratamiento de la fibrilación auricular, desarrollada en colaboración de la European Association of Cardio-Thoracic Surgery (EACTS).Gerhard Hindricks, Tatjana Potpara, Nikolaos Dagres, Elena Arbelo, Jeroen J. Bax, Carina Blomström-Lundqvist, Giuseppe Boriani, Manuel Castella1, Gheorghe-Andrei Dan, Polychronis E. Dilaveris, Laurent Fauchier, Gerasimos Filippatos, Jonathan M. Kalman, Mark La Meir, Deirdre A. Lane, Jean-Pierre Lebeau, Maddalena Lettino, Gregory Y.H. Lip, Fausto J. Pinto, G. Neil Thomas, Marco Valgimigli, Isabelle C. Van Gelder, Bart P. Van Putte, Caroline L. Watkins.

2.      E.J. Benjamin, P. Muntner, A. Alonso, M.S. Bittencourt, C.W. Callaway, A.P. Carson, A.M. Chamberlain, A.R. Chang, S. Cheng, S.R. Das, F.N. Delling, L. Djousse, ElkindMSV, J.F. Ferguson, M. Fornage, L.C. Jordan, S.S. Khan, B.M. Kissela, K.L. Knutson, T.W. Kwan, D.T. Lackland, T.T. Lewis, J.H. Lichtman, C.T. Longenecker, M.S. Loop, P.L. Lutsey, S.S. Martin, K. Matsushita, A.E. Moran, M.E. Mussolino, M. O’Flaherty et al. American HeartAssociation Council on Epidemiology and Prevention Statistics Committee andStroke Statistics Subcommittee. Heart disease and Stroke statistics - 2019update: a report from the American Heart Association. Circulation, 139 (2019), pp. e56-e528.

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6.      N. Dagres, T.-F. Chao, G. Fenelon, L. Aguinaga, D. Benhayon, E.J. Benjamin, T.J. Bunch, L.Y. Chen, S.-A. Chen … A. Shantsila. European Heart Rhythm Association (EHRA)/Heart Rhythm Society (HRS)/AsiaPacific Heart Rhythm Society (APHRS)/Latin American Heart Rhythm Society(LAHRS) expert consensus on arrhythmias and cognitive function: what is thebest practice?. EP Europace, 20 (2018), pp. 1399-1421

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8.      Coffee, Caffeine, and Risk of Hospitalization for Arrhythmias. Arthur L Klatsky, Amatul S Hasan, Mary Anne Armstrong, MA, Natalia Udaltsova, and Cynthia Morton. Perm J. 2011 Summer; 15(3): 19–25. Published online Summer 201.

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10.   Coffee consumption and mortality after acute myocardial infarction: the Stockholm  Ahlbom A, Ahnve S, Janszky I. Am Heart J. 2009 Mar; 157(3):495-501.

11.   Caldeira D., Martins C., Alves L.B., Pereira H., Ferreira J.J. and Costa J. : "Caffeine does not increase the risk of atrial fibrillation: a systematic review and meta-analysis of observational studies". Heart 2013; 99: 1383.

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20.   Violi F, Pastori D, Pignatelli P, Loffredo L. Antioxidants for prevention of atrial fibrillation: a potentially useful future therapeutic approach? A review of the literature and meta‐analysis. Europace. 2014; 16:1107–1116.

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26.     JAMA. July 19, 2021. Coffee Consumption and Incident Tachyarrhythmias. Reported Behavior, Mendelian Randomization, and Their Interactions. Eun-jeong Kim, ; Thomas J. Hoffmann; Gregory Nah, et al

 



martes, 28 de junio de 2022

CONSUMO REGULAR DE CAFÉ E HIPERTENSIÓN ARTERIAL: ROMPAMOS PREJUICIOS Y DOGMAS

 

Cortesía Jorge Fabra, maestro barista, preparando café con la Sifón

    Hallazgos científicos recientes están revelando que el consumo regular de café no se asocia con un aumento del riesgo de hipertensión arterial, sino al contrario, tiende a reducirlo, lo que unido a un manifiesto efecto cardiovascular protector, con disminución tanto de la tasa de muerte  específica por procesos cardiovasculares, cuanto del riesgo de desarrollarlos (prevención primaria), hacen muy aconsejable su ingesta regular, unas 4 a 5 tazas diarias.

       En las siguientes líneas vamos a conceptuar y a valorar la importancia de la hipertensión arterial.

 

               Concepto de hipertensión arterial

      Según la guía de manejo de hipertensión arterial de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y de la Sociedad Europea de Hipertensión(ESH), publicada en agosto del 2018 en European Heart Journal, se considera que una persona tiene hipertensión arterial cuando su presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mmHg o/y su presión arterial diastólica es igual o superior a 90 mmHg,111. Esto es, mantiene la misma definición que en guías precedentes,2 a pesar de que en noviembre del 2017, la guía americana redujera sensiblemente tales cifras, pues consideró hipertensas a las personas con cifras > 130/80 mmHg,3 lo que suscitó el subsiguiente debate.

 

          Importancia de la hipertensión arterial

    La hipertensión arterial es una enfermedad muy importante porque es muy frecuente, comporta una alta gravedad y mortalidad, por ser un gran factor de riesgo de procesos cardiovasculares (coronariopatías e ictus, entre otros) y por causar directamente procesos en ciertos órganos dianas (retina, corazón, riñón y vasos sanguíneos), además de comportar un extraordinario coste directo e indirecto.

   Según el riguroso y fiable estudio Di@bet.es, la prevalencia de hipertensión arterial en España es muy alta,  pues la sufren el 42,6% de la población adulta  de edad ≥ 18 años, más los varones (49,9%) que las mujeres (37,1%). Además se observó un notable infradiagnóstico, dado que el 37,4% de los hipertensos aún no lo saben. 4

   En este estudio también llamó la atención la gran prevalencia de hipertensión arterial entre los prediabéticos (67,9%) y diabéticos (79,4%), muchos con sobrepeso u obesidad, de forma que  estos reconocidos factores de riesgo cardiovascular parecen aliarse para incrementar el riesgo y muerte por infartos de miocardio e ictus.

    Otro hallazgo de este excelente estudio epidemiológico fue que el grado de control de hipertensión arterial deja mucho que desear, pues sólo el 30% de los hipertensos están bien controlados. Por todo ello, consideran crucial desarrollar y promocionar campañas poblacionales de prevención, detección y tratamiento de la hipertensión arterial.

 

   A continuación, vamos a efectuar un recorrido por los estudios científicos más relevantes que han estudiado la asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de hipertensión arterial.

 

          Consumo regular de cafeína y riesgo de hipertensión arterial en mujeres

   Empezaremos con un notable estudio prospectivo, el efectuado por miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, publicado en noviembre del 2005 (JAMA), en el que, tras estudiar a 155 594 enfermeras, durante 12 años, comprobaron que el consumo regular de café no se asociaba con un incremento del riesgo de hipertensión arterial, sin embargo, las bebidas con cola, azucarada o no, lo aumentaban significativamente. 5

        

Revisión y metaanálisis de estudios observacionales y experimentales

     En diciembre del 2012 se publicó en Journal of Hypertension una revisión exhaustiva y metaanálisis de estudios de cohorte y experimentales que habían versado sobre el tema. Tras analizar 610 estudios epidemiológicos, seleccionaron 15, los que reunían los estrictos criterios de calidad y rigor científica establecidos , 10 experimentales y 5 de cohorte o prospectivos.

   Pues bien, los responsables de esta investigación, Steffen y colegas, de la prestigiosa Clínica Mayo, de Rochester, Minnesota (USA), no hallaron ninguna asociación estadísticamente significativa entre el consumo de café y el riesgo de hipertensión arterial, por lo que concluyeron su estudio afirmando: “Dada la calidad de la evidencia actualmente disponible, no se puede hacer una recomendación a favor o en contra del consumo de café en relación con la presión arterial y la hipertensión”.6

  

     Repercusión de este metaanálisis en la Guía Europea de Manejo de Hipertensión arterial del 2013

    Las conclusiones de este análisis de miembros de la citada Clínica Mayo fueron tenidas en cuenta en la elaboración de la Guía de Manejo de Hipertensión del año siguiente, pues al llegar al apartado de estilos de vida deseables, tanto para prevenir la hipertensión cuanto para tratarla, dejó de considerarse al café como un factor de riesgo, pues prácticamente transcribieron la misma afirmación de Steffen y colegas, antes mencionada.2

 


     Metaanálisis dosis-respuesta multinacional

    En agosto del 2017 se publicó en Nutrients un excelente metaanálisis dosis-respuesta de estudios observacionales, de carácter multinacional, pues participaron investigadores polacos, estadounidenses, italianos y españoles.

    Tras analizar los estudios epidemiológicos observacionales de carácter prospectivo más rigurosos, publicados hasta noviembre del 2016, seleccionaron 7 cohortes, que incluyeron 205.349 individuos y 44.120 casos de hipertensión. En el análisis no lineal, hubo una disminución significativa en el riesgo de hipertensión, un 9%  por siete tazas de café al día, mientras que, en la asociación lineal de dosis y respuesta, hubo una disminución del 1% en el riesgo de hipertensión por cada taza adicional de café por día.

   Estos resultados sorprendieron porque, por primera vez, el consumo de café pasó de exhibir un efecto neutro, según estudios anteriores, a un verdadero efecto protector de hipertensión arterial. Algo impensable hasta entonces.

  Cuando se procedió a analizar diversos subgrupos y variables de confusión, observaron que el tabaquismo activo debilitaba estos resultados, pues atenuaba el efecto protector del café sobre el lecho arterial. Dado que una parte importante de los bebedores habituales de café suelen ser también grandes fumadores, resulta crucial controlar bien esta variable de confusión, pues si no, puede falsear los resultados.

  También llamó la atención que los resultados más boyantes se obtuvieron en mujeres y en los estudios de EEUU, de duración y seguimientos mayores.

   Los responsables de este estudio atribuyeron los mayores beneficios del café en mujeres al hecho de que eran menos fumadoras que los varones.

   Una limitación en los artículos incluidos en este estudio es la falta de información sobre el tipo de café usado (por ejemplo, hervido, filtrado, etc.) y sobre la cantidad real de café usado en una taza. El tipo de café consumido por las cohortes de EE. UU podría ser diferente a la de los estudios europeos, al igual que la cantidad de café contenido en cada taza.

    Sin embargo, en comparación con los metaanálisis anteriores, este estudio incluyó una muestra más grande (39.078 individuos adicionales y 8257 casos incidentes más de hipertensión), un análisis de dosis-respuesta y pruebas para controlar posibles factores de confusión.

      

            

   Metaanálisis dosis-respuesta (café-hipertensión arterial) de estudios prospectivos de autores italianos

   En diciembre del 2017, se publicó en European Journal of Nutrition otro metaanálisis de estudios prospectivos que tuvo por objetivo evaluar una posible asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de hipertensión, con resultados francamente favorables para los amantes del café. [7] 

    Lanfranco D’ Elia y colegas, de la universidad de Nápoles, tras seleccionar cuatro estudios de cohorte, que aportaron 196.256 participantes de los que 41.184 fueron diagnosticados de hipertensión arterial durante el seguimiento, comprobaron que el consumo diario de una a dos tazas de café no se asociaba con un aumento del riesgo de hipertensión arterial. Además, se halló un efecto protector del café a partir de la ingesta de tres tazas diarias (RR = 0,97, IC del 95% = 0,94 a 0,99).

 

Otro metaanálisis dosis-respuesta de estudios prospectivos (autoría china)

  En enero del 2018 se publicó otra revisión exhaustiva y metaanálisis dosis-respuesta de estudios de cohorte. [8] 

   Los autores, Chen Xie y colegas, seleccionaron 10 estudios (de PubMed y Embase), que incluyeron 243.869 individuos y 58.094 casos incidentes de hipertensión arterial.

   Tras el correspondiente análisis, observaron que el consumo regular de café se asocia inversamente con el riesgo de hipertensión, también con una evidente relación dosis-respuesta: un 2% de reducción del riesgo con cada taza adicional de café consumido (RR: 0,98; IC 95%: 0,95-0,99). Esto es, un 3% para dos tazas [0.97 (95% CI 0.95–0.99)]; un 5% de disminución cuando se consumen 4 tazas diarias de café [ 0.95 (95% CI 0.91–0.99)]; un 8% de reducción con 6 tazas [ 0.92 (95% CI 0.87–0.98)]; y un 10%, con 8 tazas bebidas diariamente [ 0.90 (95% CI 0.83–0.97)].

       De nuevo, mostramos otra revisión de estudios prospectivos que no sólo no aprecia un aumento del riesgo de hipertensión arterial por consumir café, sino una verdadera reducción o, al menos, una asociación inversa, dosis-respuesta, o sea, un mayor consumo de café se asocia con un menor riesgo de hipertensión.

    Estudio prospectivo de autoría española

     En diciembre del 2017 se publicó en Clinical Nutrition, revista oficial de la sociedad Europea de Metabolismo y Nutrición clínica, el primer estudio prospectivo sobre la relación entre el consumo regular de café y la hipertensión arterial efectuado en una población mediterránea, de edad media, la correspondiente a la cohorte SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), constituida por graduados universitarios . [9] 

    Los autores del estudio, liderados por Miguel Ángel Navarro, estudiaron a 13.374 personas durante 9 años, al cabo de los cuales observaron que el consumo de café con o sin cafeína no se asoció significativamente con un aumento del riesgo de hipertensión arterial entre los 1575 participantes que  se tornaron hipertensos durante el tiempo de seguimiento. 

   Estos investigadores observaron un efecto protector del café sólo entre las mujeres,  dado que las que consumían dos o más tazas diarias de café se beneficiaban con una reducción del 26%  del riesgo de hipertensión versus las que no lo consumían, hallazgo ya observado en algún estudio previo. [10]

   Aunque lo más sorprendente de este estudio fue apreciar una mayor reducción del riesgo de hipertensión arterial entre las que se adherían menos a la Dieta Mediterránea: 42% de disminución (HR ≥ 2 tazas diarias versus ninguna: 0.58, 95% CI (0.41–0.82).

  Más evidencias

   En febrero 2021, se publicó un estudio prospectivo que reveló, tras seguir a 15.105 brasileños, durante 4 años, una asociación inversa entre el consumo de café (1-3 tazas diarias) y la hipertensión arterial exclusivamente en los nunca fumadores, (RR 0.79, 95% CI: 0.64-0.98). Datos que sugieren una relevante reducción del riesgo de hipertensión arterial: 21%, con el consumo de 1 a 3 tazas diarias. [11]

   Incluso en mujeres embarazadas el consumo regular de café no parece incrementar el riesgo de hipertensión arterial, sino al contrario, a tenor de lo reflejado en un estudio prospectivo, publicado en Nutrients en enero del 2021. [12]

  Efectivamente, tras estudiar a 85.533 mujeres embarazadas, observaron que 2 o más tazas diarias de café reducen significativa/ el riesgo de hipertensión arterial versus no bebedoras de café, en tanto que la cafeína lo elevaba ligeramente.

 

         ¿Cómo es que otros estudios revelaron una asociación entre café e hipertensión arterial?

     Aunque algún añejo metaanálisis de estudios experimentales de corta duración (de 1 a 12 semanas) ha apreciado que el consumo de altas dosis de cafeína (≥410 mg/día) podría elevar las cifras de presión arterial (2,04 mmHg de presión sistólica y 0,73 mmHg de diatólica), cuando el evaluado era el café (5 tazas diarias) se diluía o minimizaba la elevación de la presión arterial (1,22 mmHg de presión sistólica y 0,49 de diastólica),  con respecto al consumo de café descafeinado o al no consumo. [13] Ya entonces (2005) sospecharon que en la composición del café existían otros compuestos químicos que parecían neutralizar el efecto hipertensivo de la cafeína.

     Sin embargo, no existen estudios experimentales prospectivos prolongados, de años de seguimiento, que corroboren tal hecho.

   En cambio, sí existen bastantes estudios observacionales prospectivos de larga duración y metaanálisis de los mismos que aprecian un efecto neutro o incluso protector del café, con reducción dosis-respuesta del riesgo de hipertensión arterial, como hemos visto en este contenido. Son muy pocos los estudios, relativamente recientes, que no sean concordantes con este hecho, [14] casi siempre en evaluaciones de corta duración.

   De todas formas, un reciente estudio de aleatorización mendeliana (los que pretenden evitar los factores de confusión y la causalidad inversa) no ha hallado causalidad entre consumo regular de café y aumento riesgo hipertensión arterial (efecto neutro). Sin embargo, el alcohol, la obesidad y el insomnio incrementan el riesgo de hipertensión (causalidad). [15]

  

          ¿Por qué el consumo regular de café no parece aumentar el riesgo de hipertensión arterial y sí ejercer un efecto protector?

     Pues la riqueza del café en compuestos fenólicos se ha considerado el principal factor responsable de los efectos beneficiosos sobre la presión arterial mencionados anteriormente [16]. Los compuestos más estudiados son los ácidos clorogénicos, incluidos los metabolitos del ácido ferúlico, el ácido cafeico y el ácido quínico, que se ha informado que ejercen efectos antihipertensivos en estudios experimentales [17].

   Los principales mecanismos de acción se basan en la actividad antioxidante del ácido clorogénico, a través de su inhibición de la expresión y actividad de la NAD (P) H oxidasa y mediante la eliminación directa de los radicales libres [18].

   Además, se ha revelado que el ácido clorogénico estimula la producción de óxido nítrico por las células endoteliales, o sea, las de la íntima arterial, lo que sugiere que la integridad vascular, en particular el endotelio intacto, es esencial para que aquél exhiba un efecto reductor de la presión arterial [19,20].

    El hecho de que el ácido clorogénico sea capaz de incrementar la biodisponibilidad del óxido nítrico y de reducir el estrés oxidativo parece ser decisivo para inhibir la proliferación de músculo liso de los vasos sanguíneos y, por ende,  mitigar el engrosamiento y rigidez pared arterial, propio de la arteriosclerosis, así como a reducir la actividad de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) que, al bloquear al sistema renina-angiotensina-aldosterona, conseguiría reducir las cifras de presión arterial. [ 21-23].

     Acorde con ello, desde hace décadas empleamos fármacos para controlar la presión arterial, merced a su capacidad de inhibir a la citada enzima conversora de la angiotensina (IECA).

   Por otra parte, la gran presencia en el café de minerales y vitaminas  capaces de reducir las cifras de presión arterial, como el potasio, el magnesio, la vitamina E y la niacina,  se sumaría al efecto favorable de sus polifenoles. [16 y 24] 

    Aunque los hallazgos más prometedores se han publicado en febrero y junio del 2020 [25,26] y marzo 2022. [27)

     Se trata de varios estudios que han constatado efectos antioxidantes, antiinflamatorios, desintoxicantes y reparadores de anomalías del ADN por parte de una serie de productos obtenidos durante el tueste, sobre todo, el pirocatecol. Todo ello, gracias a su capacidad de activar factores de transcripción beneficiosos y saludables (factor eritroide nuclear 2) que potencian la síntesis de proteínas (enzimas) responsables de los efectos citados, en tanto que inhiben a factores de transcripción proinflamatorios (factor nuclear Kappa B: NFkB), reduciendo, así, potentes moléculas proinflamatorias como la IL-6, factor necrosis tumoral alfa (TNF-alfa).

    Es probable que estos mecanismos sean responsables, en parte, de la mejora de la función endotelial y de la elasticidad arterial mostrada por el café (consumo regular), observada en estudios observacionales y experimentales, que al reducir la rigidez arterial (arteriosclerosis) también contribuirían a reducir el riesgo de hipertensión, además de disminuir el riesgo cardiovascular global. [28-30]

   ¿Qué aconseja la actual guía europea de manejo de hipertensión arterial (2018)?

     En el apartado de cambios de estilos de vida para la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial, al llegar al punto del café refieren textualmente: “Aunque la cafeína ha mostrado que tiene un efecto presor agudo, el consumo de café, en cambio, se asocia con beneficios cardiovasculares, como se desprende de una revisión sistemática de estudios de cohorte prospectivo, que incluyó más de 1 millón de participantes y 36.352 eventos cardiovasculares”. [1] 

     Pero ¿a qué revisión se refieren? Pues a la que se publicó en Circulation, en febrero del 2014,  efectuada conjuntamente por miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard e investigadores de la Universidad Nacional de Singapur. [31] 

       Los autores de esta investigación, tras revisar 36 estudios de cohorte,  con una gran muestra de participantes (1 283 685), comprobaron que el consumo moderado de café se asoció con una reducción del riesgo de procesos cardiovasculares e ictus: un 15% con 3 a 5 tazas al día (RR: 0,85 IC 95%: 0,80-090); un 11% para un consumo medio de 1,5 tazas/día. Sin embargo esta asociación inversa no es lineal, pues con 6 o más tazas de café diarias no se observó descenso del riesgo, aunque tampoco aumentó.

       Más estudios que han revelado un efecto saludable del café, global y cardiovascular

      No obstante, después de esta revisión y metaanálisis referido en la actual guía europea de hipertensión arterial, se han publicado, a lo largo de sucesivos años, numerosos estudios prospectivos y metaanálisis que han comprobado un relevante efecto cardiovascular del café [32-49), cuyo análisis será motivo de otro artículo de este blog.

        Espaldarazo de la Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial

   La guía de la Asociación Internacional de Hipertensión Arterial del 2020 (mayo 2020) incluye, por primera vez, al café como una bebida saludable, de efecto antihipertensivo, citando un metaanálisis (2018), antes referido: 2% reducción riesgo/ taza café adicional. [50].

    A continuación, plasmo un vídeo sobre el efecto antihipertensivo del café, elaborado hace dos años, antes de que la propia Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial aconsejara beber café como una medida de efecto antihipertensivo. En él refiero una parte de lo aquí comentado.


     Antes de concluir este contenido me gustaría explicar un concepto más y referir un sueño personal.

   ¿Qué tal con cafés de especialidad preparados por baristas?

    Si estos boyantes resultados se han obtenido con cafés convencionales, me pregunto qué sucedería si los empleados y valorados fueran cafés de especialidad tostados y preparados por baristas.  Además de disfrutar de una delicadeza y exquisitez desconocida para el común de los mortales, posiblemente sus efectos saludables también serían mayores. Algo que habrá que demostrar alguna vez.

Cortesía de Jairo, brillante barista. Primero Café. Gijón


     Pero ¿qué es un café de especialidad?

    Los cafés de especialidad son los que obtienen una calificación superior a 80 puntos (en una escala de 100) mediante una Cata realizada por catadores certificados (Q Greader) por el Instituto Nacional del Café (Coffee Quality Institute).

    Estos cafés especiales ( variedad arabica) se distinguen por su exquisito sabor, su profundo y agradable aroma y por la ausencia de defectos. El proceso para obtenerlos es harto complejo, dado que deben optimizarse todas las fases de la producción: origen, recolección, secado, tueste y la preparación final.

                                              

    Según mi criterio, para conseguir tal optimización es crucial que sean baristas los que tuesten y preparen el café, los auténticos expertos del tema, certificados por la Sociedad de Cafés de Especialidad ( Specialty  Coffee Association: SCA), a los que califico como magos del café, verdaderos proveedores de salud porque con sus excelentes preparaciones de café contribuyen a incrementar nuestro nivel de salud.

    Uno de mis sueños es vivir la experiencia de cafetear, esto es, degustar exquisitos cafés de especialidad, preparados y servidos por baristas, distribuidos por las cafeterías de cualquier ciudad española, brindando con la taza (ristreto, espreso…) o en copa de vidrio (infusionados en cafeteras con filtro de papel, como la Chemex, la V 60 o la aeroprés) a la salud de todos.  A mi entender, ésta sería la mejor forma de alternar, pues incrementaría nuestra salud en su triple dimensión: física, mental y social.


    En fin, con este contenido he pretendido desmontar el dogma que atribuye al café un efecto hipertensor. Como hemos visto, el consumo regular de esta bebida universal en vez de elevar las cifras de presión arterial parece reducirlas, además de asociarse a una reducción de la tasa de muerte total y específica por procesos cardiovasculares, entre otras enfermedades crónicas.  

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Cáncer de boca: causas, prevención y efectos protectores del café

  Oscar de Toro Santos, maestro barista, preparando café con la Chemex    En los últimos años se está observando un incremento preocupante d...