Cortesía de Jaime Alejos, campeón de España de cata de café (SCA 2019) |
Consumo regular de
café: Reducción riesgo de fibrilación auricular
A la luz de los conocimientos
científicos actuales, el consumo regular de café no incrementa el riesgo de
desarrollar fibrilación auricular, arritmia cardíaca más frecuente, y sus
temibles complicaciones, sino al contrario, tiende a reducir el riesgo de una y
de otras.
Concepto
Según la guía de diagnóstico y
tratamiento de la fibrilación auricular (FA), elaborada conjuntamente por la
Sociedad Europea de Cardiología y por la Sociedad Europea de Cirugía
cardiovascular, la fibrilación auricular es un trastorno del ritmo
cardiaco caracterizado por un aumento desmesurado de la frecuencia cardiaca
(taquiarritmia) por activación eléctrica auricular descoordinada y, por ello,
contracción ineficaz de las aurículas (taquiarritmia supraventricular). Puede
ser sintomática o subclínica y asintomática.1
Para el diagnóstico
es imprescindible objetivar, en un electrocardiograma de 12 derivaciones o, en
su defecto, en un trazado electrocardiográfico
de una derivación mantenido durante 30 o más segundos, los signos
identificativos de esta arritmia: ausencia de ondas P (indicativas de
contracción auricular) u ondas P no discernibles junto a intervalos RR
(complejos de contracción y despolarización ventricular) absolutamente
irregulares (siempre que no haya trastorno de la conducción
aurículoventricular).
La aurícula
izquierda suele dilatarse y fibrosarse , lo que hace que funcione precariamente
(disfunción auricular), por el desarrollo
de una verdadera miocardiopatía auricular, con retraso en la conducción
electromecánica.
Importancia
La fibrilación
auricular es una enfermedad de notable trascendencia porque es muy prevalente,
ocasiona una relevante morbimortalidad y comporta un gasto económico excesivo.
La prevalencia de
la FA en adultos es de un 2−4% 2 y se prevé que aumente 2,3 veces,
por la mayor longevidad de la población
general y por el esfuerzo por diagnosticar precozmente casos de FA subclínica. El riesgo de FA a lo largo de la vida se ha
estimado en 1 de cada 3 individuos de origen europeo a una edad índice de 55
años.3
En cuanto a la
gravedad respecta, es preciso decir que esta arritmia es responsable de complicaciones severas: embolias cerebrales (ictus isquémicos), insuficiencia
cardiaca, deterioro cognitivo o/y demencia, hospitalización, mala calidad de
vida y muerte.
Ictus
El ictus acontece por el frecuente
desarrollo de trombos en el interior de una aurícula incapaz de contraerse
efectivamente, que cuando salen del corazón y viajan por la sangre (émbolo)
acceden a las carótidas y, a continuación, a las arterias cerebrales, donde
causarán un infarto cerebral, al obstruir la luz arterial.
Este ictus
cardioembólico es grave, muy recurrente y, con cierta frecuencia, mortal u
ocasiona permanente discapacidad.
Entre los diversos
predictores de ictus en estos pacientes, destaca la dilatación de la aurícula
izquierda, presencia de un trombo en la orejuela de la aurícula, (ambos
visibles en un ecocardiograma), una
anatomía particular de esta última (en “ala de pollo”).
Cuando se sospeche
un ictus, la resonancia magnética cerebral será crucial para su identificación.
Disfunción del ventrículo izquierdo e
insuficiencia cardiaca
Los pacientes que sufren fibrilación
auricular tienen un mayor riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca (mayores
tasas de incidencia y proporción de prevalencia) que los que no la padecen,
pues la disfunción del ventrículo izquierdo , por diversos mecanismos, es un
hecho muy común en estos enfermos. Además, al compartir factores de
riesgo, suelen coexistir ambos procesos,
cuando no fomentan exacerbaciones recíprocas, lo cual resulta en una mortalidad
significativamente mayor que la observada cuando una de estas enfermedades opera sin la otra.4
Hospitalización
El 30% de los pacientes con
fibrilación auricular ingresan en un centro hospitalario una vez al año y el
10% se alojan en el hospital, al menos, dos veces, el doble de lo acontecido con la población
que no sufre esta arritmia, con buen ajuste por edad y sexo (37,5 % frente al
17,5%, respectivamente).5
Estos
pacientes ingresan tanto por alteraciones cardiovasculares (49%) como no
cardiovasculares (43%) , incluso por hemorragias (8%, usualmente por sangrado
provocado por mal control de la anticoagulación.
Calidad de vida y estado funcional
Aunque el 60% de los pacientes con FA
tienen un deterioro significativo de la calidad de vida y de la tolerancia al
ejercicio, sólo el 17% tiene síntomas incapacitantes.
Se ha observado que
los jóvenes, las mujeres y los que sufren concomitantemente otros procesos
crónicos (comorbilidad) son los que tienen peor calidad de vida.
También se ha comprobado que situaciones de
ansiedad y depresión , muy prevalentes en estos pacientes, son las que más
contribuyen a limitar la calidad de vida.
Deterioro cognitivo/demencia
En un reciente protocolo de consenso de
expertos se ha constatado que esta arritmia puede originar deterioro cognitivo,
que oscila desde cuadros leves a demencia, debido a pequeños y repetidos ictus
isquémicos asintomáticos o con síntomas evidentes, incluso por otras causas no
bien identificadas.
En diversos
estudios de resonancia magnética cerebral se ha evidenciado que la FA se asocia
con el doble de riesgo de isquemia cerebral asintomática.6
Mortalidad
Esta prevalente arritmia cardiaca se asocia
con un aumento del riesgo de muertes por todas las causas en hombres (1,5
veces) y en mujeres (el doble). Parece que tal hecho está muy vinculado a las
graves comorbilidades que tienen estos pacientes: tumores malignos,
insuficiencia cardiaca, infección y sepsis, en tanto que la mortalidad por
ictus sólo fue del 6,5%.
Por ello, si
queremos reducir la mortalidad en estos pacientes deberemos tratar con cierta
efectividad las otras enfermedades que padecen, además de asegurar una buena
anticoagulación (para evitar embolias cerebrales) y un correcto tratamiento de
la insuficiencia cardiaca.
Así, en el
protocolo de consenso de la Sociedad Europea de Cardiología (2020) se
aconseja la estrategia ABC (Atrial
fibrillation Better Care) de atención integral de la FA (denominada la vía
ABC: «A», anticoagulación/prevención del ictus; «B», buen control de los
síntomas; «C», control de los factores de riesgo cardiovascular y las
comorbilidades), pues comporta una reducción del riesgo de muerte por todas las
causas, menor incidencia de la variable compuesta de ictus/sangrado
mayor/muerte cardiovascular y primera hospitalización, con respecto a la
estrategia estándar.
El
que tenga interés en el tema, le aconsejo que lea detenidamente el citado
protocolo de consenso.
Causas
Si queremos prevenir efectivamente la fibrilación auricular, será preciso identificar y tratar las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas (comorbilidades) que incrementan el riesgo de sufrir esta prevalente arritmia, a saber: insuficiencia cardiaca, diabetes mellitus, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC), síndrome de apneas e hipopneas del sueño, hipertensión arterial, enfermedad valvular y la insuficiencia renal crónica, sin soslayar problemas hormonales, como el hipertiroidismo7, entre otros.
¿El consumo de café cómo incide
en el desarrollo de fibrilación auricular?
Pues como decíamos al principio, a medida que
se van publicando estudios de relevante rigor científico, se está comprobando
que el consumo regular de café no parece aumentar el riesgo de fibrilación
auricular, sino al contrario, tiende a disminuirlo. Vamos a analizarlos en las
siguientes líneas.
Estudios científicos
que han revelado una asociación inversa entre el consumo de café y la
fibrilación
Café, cafeína y riesgo de hospitalización por
arritmias
En el 2011 se publicó el primer estudio de
base comunitaria o poblacional que evaluó la asociación entre el consumo
regular de café y un amplio repertorio de arritmias cardíacas.8
Los autores del estudio, Arthur L Klatsky y colegas (Kaiser Permanente Division of Research in
Oakland) se propusieron comprobar si el consumo regular de café
incrementaba o no el riesgo de desarrollar arritmias cardiacas de cierta
gravedad, como las que requieren un ingreso hospitalario (Northern
California Comprehensive Health Care Study). Para ello, estudiaron a
130.054 personas, en las que se había recabado previamente información sobre su
consumo de café, de las cuales 3137 ingresaron por sufrir una arritmia (el 48%
por fibrilación auricular).
Pues bien, tras
utilizar el correspondiente aparato estadístico (modelos de riesgos
proporcionales de Cox con 8 covariables), observaron una reducción de un 20%
del riesgo de hospitalización por arritmia entre los que consumían 4 o más
tazas de café al día (HR: 0,8 (IC,
0,7-0,9; p = 0,002), con respecto a los no bebedores de café, en tanto que en
los que bebían de 1 a 3 tazas diarias apreciaron una reducción de un 10% del riesgo,
pero sin alcanzar plena significación estadística (HR: 0,9 (IC, 0,8-1,0; p =
0,2).
No obstante, cuando
se consideró el consumo de café como variable continua, se apreció una
reducción del riesgo del 3% por cada taza adicional (HR: 0,97 (IC, 0,95-0,99; p
= 0,001).
Estos resultados se
mantuvieron tanto en los sujetos sin procesos cardiovasculares como en los que los
sufrían.
De igual forma,
analizaron el consumo de cafeína y el riesgo de hospitalización por arritmias
en 198 ingresados, por esta causa, de un total de 11.679 participantes
investigados.
Así, tras
controlar el número de tazas de café por día, apreciaron que la ingesta total
de cafeína se relacionó inversamente con el riesgo (HR cuartil más alto vs más
bajo = 0,6; p = 0,03).
“En una gran
cohorte, el consumo de café y cafeína están inversamente relacionados con el
riesgo de hospitalización por arritmias, especialmente fibrilación auricular y
otras arritmias supraventriculares. Aunque estos datos observacionales no
establecen causalidad, es altamente improbable que la ingesta moderada de
cafeína aumente el riesgo de arritmia”, concluyeron los autores de la
investigación.
Este estudio ha
sido bastante trascendente por ser el primero que ha hecho tambalear informes previos, que vinculaban el café con
un incremento del riesgo de arritmias, de dudosa rigurosidad científica.
Otra serie de
estudios revelaron, en cambio, una reducción del riesgo de fibrilación
auricular entre los consumidores habituales de café, pero tal asociación no
llegó a alcanzar la significación estadística.9,10
Metaanálisis
de estudios observacionales
En octubre del
2013 se publicó (Heart) una revisión sistemática y meta-análisis de
estudios observacionales (6 prospectivos y uno de casos y control) que reveló
un cierto papel antiarrítmico de la cafeína, dado que los autores del estudio,
Caldeira y colegas (Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa) no
apreciaron que la cafeína incrementara el riesgo de fibrilación auricular, sino
al contrario, su consumo moderado reducía un 13% el riesgo de sufrir esta
arritmia, la más prevalente (OR 0.87;
95% CI 0.80 to 0.94; I(2)=39% , tras analizar estudios de alta calidad, con
escasa heterogeneidad 11, que incluyeron un total de 115.993
participantes.
Posteriormente, en
abril del 2014 volvió a publicarse otro metaanálisis de estudios prospectivos (seis),
dosis-respuesta, que incluyó a 228.465 participantes, con resultados
concordantes al previo, dado que los autores del mismo, Min Cheng y colegas
(Beijing, China), observaron una reducción de un 6% del riesgo de fibrilación
auricular por cada 300mg diarios de consumo de cafeína, usualmente ingerida (regularmente)
formando parte del café. 12
Sin embargo, un año
más tarde, se publicó (Journal of the American Heart Association) un
metaanálisis de 6 estudios prospectivos, efectuado por Larsson y colegas, en el
que no hallaron asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de
fibrilación auricular, ni positiva ni inversa, ni aumentaba el riesgo ni lo
reducía, respectivamente, tras comparar la categoría de mayor consumo de café
con la de menor consumo (RR: 0,96; IC 95%: 0.80‐1.08)13.
En otro
metaanálisis de estudios observacionales, más reciente (Cardiology, 2018),
con valoración dosis-respuesta, observaron que el riesgo de fibrilación
auricular era mayor entre los que consumían menos de dos tazas diarias de café
(una media de 140 mg de cafeína por taza) que entre los que bebían mayores
cantidades de café. Además, comprobaron una menor incidencia de esta arritmia
cardiaca cuando los participantes consumían más de 436 mg diarios de cafeína (176.675
sujetos evaluados, de los que 9987 desarrollaron fibrilación auricular).
“La incidencia de fibrilación
auricular no aumenta con el consumo de café. De hecho, encontramos una menor
incidencia de esta arritmia cuando el consumo de cafeína excedía los 436 mg /
día. Por lo tanto, según la evidencia disponible, no existe una asociación
entre la ingesta de cafeína y el riesgo de fibrilación auricular”, concluyeron
los autores del metaanálisis, miembros del departamento de cardiología de
varios hospitales clínicos de EEUU (New York y New Brunswick).14
Estudios prospectivos de relieve
En agosto del 2016, se publicó en la revista
oficial de la Sociedad Europea de Cardiología Preventiva (European
Journal of Preventive Cardiology) un estudio observacional
prospectivo que obtuvo resultados fructíferos para los amantes del café, pues
reveló cómo un consumo moderado-alto de café se asociaba con una reducción del
riesgo de acudir a urgencias o/y ingresar por sufrir una arritmia completa por
fibrilación auricular (flutter incluido).15
Los autores de la
investigación (Dinamarca y EEUU), liderados por Elizabeth Mostofsky (Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Harvard),
tras seguir durante 13, 5 años a 57.053 participantes (27.178 hombres y
29875 mujeres) de una cohorte conocida (The
Danish Diet, Cancer and Health study), apreciaron cómo el consumo regular
de café se asocia con una reducción del riesgo de sufrir fibrilación
auricular, especialmente entre los
bebedores de 6 a 7 tazas de café diarias : 21% de disminución (HR: 0.79 (95% CI
0.64–0.98), con respecto a los no bebedores de esta bebida universal.
Estos
investigadores creen que el debatido efecto antiarrítmico del café es más
probable que se deba a su riqueza en fitoquímicos de reconocidas propiedades
antioxidantes, como el ácido clorogénico del grano verde, entre otros (niacina,
diterpenos), a lo que habría que añadir los compuestos producidos durante el
tueste (fenilindanos, melanoidinas y pirocatecol), que incrementan la potencia
antioxidante, antiinflamatoria y reparadora de anomalías del ADN que la
exhibida sólo por los compuestos del grano verde, como se ha comprobado en
diversas investigaciones publicadas durante el 2020.16,17
En abril del 2018,
Casiglia y colegas (Universidad de Padua) revelaron (European Journal of
Preventive Cardiology), tras estudiar a 1475 personas (hombres y mujeres),
durante 12 años, que un mayor consumo de
cafeína (>165 mmol/día o > 320 mg/día) se asociaba con una significativa
reducción de la incidencia de fibrilación auricular (HR: 0.249, IC: 95%
0.161–0.458, P < 0.01).18
Consumo de café y riesgo de fibrilación
auricular en el estudio de salud de los médicos (The Physicians Health
Study)
En
agosto del 2019 se publicó en la revista oficial de la Sociedad Americana de
Cardiología (Journal of the American Heart
Association) un estudio prospectivo cuyo objetivo fundamental también fue
evaluar una posible asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de
fibrilación auricular.19
Para ello, Bodar y colegas, investigadores de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, tras estudiar una muestra
de 18.960 médicos varones, de 66,1 años de media (The Physicians Health
Study), durante nueve años, observaron un riesgo menor de fibrilación
auricular entre los que bebían de 1 a 3 tazas diarias de café, en tanto que
consumos inferiores a una taza y superiores a tres no se asociaron con el
riesgo de sufrir una fibrilación auricular.
En un análisis secundario no hallaron
ninguna asociación significativa entre la ingesta dietética de cafeína y el
riesgo de fibrilación auricular, por lo que creen que la relevante reducción
del riesgo en el análisis primario podría ser atribuible a otros componentes
del café, como polifenoles (ácido clorogénico) y otros fitoquímicos de notables
efectos antioxidantes, amparándose en estudios previos que habían demostrado
que los antioxidantes protegen contra la fibrilación auricular20,
incluso en un metaanálisis de 23 estudios experimentales se había apreciado que
la suplementación con antioxidantes perioperatorios previene la fibrilación
auricular después de la cirugía cardíaca. 21
Estos
halagüeños resultados, concordantes, en parte, con otros estudios prospectivos
y metaanálisis. no impidieron que Bodar y colegas analizaran otros estudios con
resultados opuestos a los suyos.
Así, 18 años antes, en noviembre 2001, Wilhelmsen y colegas (universidad de Göteborg, Suecia),
revelaron un incremento del riesgo del 24% de sufrir fibrilación auricular con
un consumo de café que oscilaba de 1 a 4 tazas diarias, entre los 7495
participantes, seguidos durante 25 años. Sin embargo, los investigadores de
Harvard están convencidos de que estos resultados discordantes con los suyos se
deben a que Wilhelmsen y colegas
no habían controlado verdaderos factores de confusión, salvo la edad, muy
prevalentes en su estudio, dado que los integrantes de su muestra tenían
factores de alto riesgo de fibrilación auricular, como tabaquismo activo,
hipercolesterolemia e hipertensión arterial, que no habían ajustado
previamente. 22
También analizaron otro estudio prospectivo
con resultados contrarios a los obtenidos por ellos. Se trata de un estudio
prospectivo, publicado 9 años antes (2010), llevado a efecto por miembros de la
misma Facultad de Medicina que la suya (Universidad de Harvard, Boston), en el
que, tras estudiar a las participantes de una conocida muestra ( The Women's Health Study), apreciaron
cómo las que consumían de 2 a 3 tazas diarias de café tenían un 36% más de
riesgo de fibrilación auricular (HR: 1,36; IC 95%: 1,12-1,65). 23
En este último caso, Bodar y colegas creen
que tales resultados, absolutamente opuestos a los suyos, podrían deberse a
ciertas diferencias de género o/y a una superior prevalencia de tabaquismo
activo entre las mujeres de este estudio con respecto a los varones del suyo:
12,3% versus 3,5%, respectivamente.
Llegado a este punto, es preciso decir que
un mes antes de publicar este notable estudio prospectivo (el de Bodar y
colegas), en julio del 2019, se publicó un estudio de randomización mendeliana
en el que, tras analizar los datos (estudio de asociación de todo el genoma: genome-wide
association study) de 588 190 personas (65 446 casos y 522 744 no casos),
no lograron demostrar una relación causal entre el consumo de café y el riesgo
de fibrilación auricular, o sea, ni aumentaba el riesgo ni lo disminuía. Aunque
utilizaron como variables instrumentales nueve polimorfismos de un solo nucleótido
asociados con el consumo de café, quizá sea cuestión de acertar con la tecla,
pues gran parte de los estudios observacionales están constatando un relevante
efecto antiarrítmico del café.24
Estudios prospectivos españoles: SUN y PREDIMED
A continuación, referiré nuevos estudios
prospectivos que están revelando una asociación entre el consumo regular de
café y una reducción del riesgo de fibrilación auricular, como el publicado en
marzo 2020 en la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología
Preventiva. En realidad, se trata de dos grandes estudios prospectivos
españoles, el SUN, acrónimo de Seguimiento de Universidad de Navarra (18,983
participantes controlados durante 10,3 años) y el prestigioso “Prevención con
Dieta Mediterránea” o PREDIMED, (6479 personas seguidas durante 4,4 años), en el que observan una asociación entre un
consumo de 1 a 7 tazas de café semanales
y una reducción de un 47% del riesgo de fibrilación auricular, con
respecto a los no bebedores de café. Lo que no observan cuando el consumo es
mayor.25
Aunque en el SUN no apreciaron asociación
alguna entre ambas variables, en el metaanálisis de ambos estudios, PREDIMED y
SUN, apreciaron una reducción de un 40% del riesgo de fibrilación auricular
entre los consumidores de 1 a 7 tazas de café a la semana (HR: 0,60; IC 95%:
0,44-0,82), sin que observaran heterogeneidad alguna.
Es preciso mencionar que estos
investigadores españoles clasificaron el consumo de café en tres categorías:
tres o menos tazas al mes, la de menor consumo; 1 a 7 tazas semanales, la de
consumo intermedio; más de una taza diaria, la de mayor consumo.
Nuevas evidencias: Consumo
de café e incidencia de taquiarritmias, con valoración metabolización cafeína y
aleatorización mendeliana
El 19
de julio del 2021 se publicó en JAMA un estudio prospectivo, llevado a efecto
por investigadores de la Universidad de California, cuyos resultados han dado
un gran espaldarazo al efecto antiarrítmico del café.
Efectivamente, estos autores evaluaron y
siguieron durante 4,5 años, a 386.258 participantes (52,3 %, mujeres), a fin de
ver cuál era el impacto del consumo de café en la incidencia de cualquier
arritmia cardiaca (fibrilación auricular, flutter auricular, taquicardia
supraventricular, taquicardia ventricular, extrasístoles auriculares y
extrasístoles ventriculares).
Además, analizaron
los polimorfismos genéticos responsables del metabolismo de la cafeína (7
polimorfismos genéticos y otro restringido exclusivamente al CYP1A2 rs762551),
para ver la influencia de diversas concentraciones de cafeína en el ritmo
cardíaco. También efectuaron un estudio de aleatorización mendeliana para ver
si la cafeína causa o no fibrilación auricular, como se afirmaba en algunos
estudios.
Pues bien, tras diagnosticar 16976 arritmias
cardíacas, durante los 4,5 años de seguimiento, se comprobó que cada taza de
café consumida, adicionalmente, se asociaba con una reducción del 3% del riesgo
de arritmias (índice de riesgo [HR], 0,97; IC del 95%, 0,96-0,98; P < .001),
independientemente de cómo fuera la metabolización de la cafeína, lo que
resultó aleccionador.
En cuanto al tipo de arritmia respecta, la
reducción del riesgo fue igual para la fibrilación auricular y flutter
auricular: 3% con cada taza de café bebida; un poco más para la taquicardia
supraventricular, un 4% de disminución.
El estudio de aleatorización mendeliana, que
utilizó estas mismas variantes genéticas, no reveló una asociación
significativa entre las propensiones subyacentes a un metabolismo diferente de
la cafeína y el riesgo de arritmia incidente. Esto sugiere que son otros
integrantes del café los responsables del efecto antiarrítmico, como antes
referimos.
“En este estudio de cohorte prospectivo, un
mayor consumo de café se asoció con un menor riesgo de arritmias cardíacas, sin
evidencia de que el metabolismo de la cafeína mediado genéticamente afectara
esa asociación. La aleatorización mendeliana no proporcionó evidencia de que el
consumo de cafeína estuviera asociado con arritmias”, concluyeron los autores
de este extraordinario estudio, uno de los más completos que se han publicado
hasta ahora.
Apuntes finales
En fin, a medida que se publican artículos
científicos de rigurosidad contrastada sobre el impacto del café en la salud
humana, más efectos saludables van apareciendo, lo que permite desmontar
ciertos dogmas, muy arraigados no sólo en la cultura popular sino en medios
sanitarios, transmitidos de unos a otros sin un sólido bagaje científico. De
esta forma, hemos ido comprobando que el consumo regular de café se asocia a
una reducción de la tasa de muerte total y de la tasa específica de las
principales causas de enfermar y morir en el mundo: cardiovasculares,
respiratorias, neurodegenerativas, metabólicas, cirrosis, ciertos cánceres,
entre otras. En lo que al corazón respecta, el efecto protector exhibido por el
café es de gran calado, pues su consumo habitual incide favorablemente sobre la
salud de nuestras arterias, reduciendo o/y enlenteciendo el desarrollo de
arteriosclerosis y sus temibles complicaciones (angina e infartos de miocardio
y cerebrales), mejora la función cardiaca y, en contra de lo pensado, exhibe un
efecto antihipertensivo y antiarrítmico.
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