miércoles, 3 de agosto de 2022

MELANOMA : CAUSAS, PREVENCIÓN Y EFECTO PROTECTOR DEL CAFÉ

 

                          

                                        

Cortesía Adrián Rodríguez, consumado barista

    En las últimas décadas se está observando un aumento preocupante de la incidencia de melanoma cutáneo, probablemente debido a un incremento de las horas de exposición solar por motivos estéticos y lúdicos. Parece que este deseo humano por broncear la piel en aras a conseguir un manipulado canon de belleza no parece complacerle a nuestra superficie cutánea, pues nos castiga dando asiento a tumores malignos, de los cuales los melanomas son los que más muertes ocasionan (80% del total), a pesar de ser los menos frecuentes (4% del total).

  Es fácil entender que las medidas de prevención primaria más efectivas para reducir la tasa de incidencia de estos tumores son las tendentes a protegernos de las temibles radiaciones ultravioletas por los métodos que han demostrado eficacia comprobada y que, luego, recordaremos. Además, este artículo servirá también para revelar la posible capacidad protectora de las radiaciones solares y, por tanto, preventiva de melanoma de un método un tanto insólito a tal efecto: el consumo regular de café.

   

                             Importancia de los cánceres de piel

 

  Los  tumores malignos de piel tienen la triste fama de ser los más frecuentes en el mundo: el carcinoma basocelular, el de mayor prevalencia, caracterizado por un desarrollo lento, no tendente a invadir en profundidad ni  a propagarse a distancia (metastatizar); el carcinoma escamoso o epidermoide, menos frecuente y con mayor capacidad de invasión local. Sin embargo, la piel también puede experimentar mutaciones malignas en las células que producen la protectora melanina, los melanocitos, originando de esta forma el melanoma maligno o invasivo. Su nombre ya nos dice mucho: su capacidad de invadir tanto localmente, en profundidad, como a distancia, a los ganglios linfáticos y a otros órganos. Obviamente este temible tumor es el responsable de la inmensa mayoría de las muertes atribuibles a cánceres cutáneos.

 

          Datos españoles

 

     El año 2016 alumbró la más completa revisión sobre la incidencia y mortalidad del cáncer de piel en España. 1 Los autores, dermatólogos y oncólogos de diversas servicios españoles (Lugo, Vigo, Córdoba, Madrid y Girona) y de Europa (Interdisciplinary Research Institute, Université libre de Bruxelles), seleccionaron 32 trabajos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (ARC). Tras emplear un riguroso aparato estadístico, comprobaron que la tasa de incidencia de melanoma fue de 8,7 casos por 100.000 personas año. Claramente menor que la de los otros tumores malignos de piel: la del carcinoma basocelular fue de 113/100.000 personas años (cuando consideran un solo tumor por persona) hasta 253/100.000 personas (cuando se cuentan varios tumores por persona) mientras que la incidencia de carcinoma basocelular fue de 38 casos por 100.000 habitantes año.

    En cuanto a la tasa de mortalidad, el melanoma se lleva la palma, pues fue más del doble que la de los otros tumores malignos de piel ( 2,17 por 100.000 personas año frente a 1/100.000 personas/año, casi toda ella dependiente de  un subgrupo de alto riesgo de la variedad de carcinoma epidermoide).

    Además, según el Registro Nacional de Melanoma Cutáneo,3 la edad media en que se diagnostica este tumor maligno son los 57 años, siendo el tipo clínico-patológico más frecuente el melanoma de extensión superficial (62,6%), tanto en varones como en mujeres, seguido del melanoma nodular (16,8% de los casos),  y, aunque es más prevalente en las mujeres, tiende a ser más agresivo en los varones, pues sufren más formas nodulares y de mayor espesor, con mayor capacidad de extenderse por vía sanguínea a otros órganos (metástasis), sobre todo, a partir de los 41 años.

              

               Comparación internacional

  

    Estas cifras españolas son netamente inferiores a las observadas en los países del norte de Europa, pues su tasa de incidencia es de 19 casos nuevos de melanoma por 100.000 habitantes,  el doble que las nuestras. La diferencia es aún mayor cuando comparamos nuestras cifras con las de EE.UU (más de 20 casos por 100.000 personas año) y, sobre todo, con Nueva Zelanda y Australia (más de 60 casos por 100. 000 personas año).

    La tasa de incidencia más alta se observa, pues, en países con intensa irradiación solar y cuya población blanca no es nativa de los mismos, como así acontece en Nueva Zelanda, USA, Australia y Sudáfrica.

    En los últimos veinte años se ha apreciado un notable aumento de la incidencia mundial de este tumor maligno (de un 3% a un 7%), como así se ha constatado en los registros de cáncer de Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos. En Europa se diagnostican unos 60.000 nuevos casos al año.

 

                       

                              Causas

     Tanto la Sociedad Española de Oncología (SEOM) como la Asociación Española contra el Cáncer (aecc) coinciden con otras sociedades científicas internacionales, como la prestigiosa Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS), en su apreciación sobre los principales factores de riesgo de desarrollar melanoma. Pues bien, a lo largo de las siguientes líneas vamos a intentar describirlos:

1.      Exposición a la luz ultravioleta

 

     En el momento actual la comunidad científica internacional no duda de que el principal factor de riesgo de melanoma se identifica con la exposición a los rayos ultravioleta (UV), especialmente con la exposición excesiva al sol y a otras fuentes artificiales, como las lámparas solares y las camas bronceadoras. Efectivamente, los rayos UV deterioran tanto el ADN de las células de la piel como para promover el crecimiento descontrolado y maligno de las mismas.

                     Tipos de rayos UV

     Según la Asociación Americana contra el Cáncer, de los tres tipos de rayos ultravioletas, dos son los que realmente llegan a afectarnos, los UVA y los UVB, pues los UVC no penetran en nuestra atmósfera. De los realmente dañinos, los UVB tienen más energía que los UVA, pues son capaces de dañar directamente el ADN (Ácido Desoxirribonucleico), por lo que son los máximos responsables de las quemaduras solares y de la mayoría de los cánceres de piel.

   Los rayos UVA tampoco son inocentes, dado que envejecen a las células de la piel e incluso pueden también dañar su ADN. Por ello, son responsables tanto de las arrugas como de la génesis de algunos tipos de cáncer. Tengamos, pues, cuidado con las camas bronceadoras, puesto que emiten grandes cantidades de estos rayos UVA que, como estamos diciendo, incrementan el riesgo de cáncer de piel.

                  

     Investigaciones recientes están vislumbrando la seria posibilidad de que la exposición a la citada radiación ultravioleta pueda originar melanomas de perfil diferente. Así, en algunos casos estarían asociados a exposiciones desmedidas durante la infancia y la adolescencia, causantes en muchos casos de quemaduras solares, lo que empezaría a dañar el ADN de los melanocitos desde tan temprana edad. De esta forma se iniciaría una especie de lenta ruta hacia la aparición de melanomas muchos años después. De ahí viene un término que empieza a popularizarse: “La piel tiene memoria”. Algo de esto debe de suceder para que estos tumores malignos aparezcan frecuentemente en el tronco y en las piernas de adultos que usualmente tienen cubiertas tales superficies cutáneas. Sin embargo, en otros casos los melanomas aparecen en el cuello, rostro y brazos, zonas habitualmente expuestas a la radiación ultravioleta, pues no están cubiertas por ropa.

     Además de los citados perfiles de desarrollo de melanomas hay que mencionar otros un tanto diferentes, pues aparecen en superficies donde la exposición solar ha sido mínima o inexistente, como los originados en las palmas de las manos, las plantas de los pies, en superficies mucosas internas como la boca y la vagina, e incluso los que aparecen debajo de las uñas.

    


Lunar o nevus


2.      Lunares

 

       Un lunar o nevus es un tumor pigmentado de carácter benigno. La mayoría de ellos no se transformarán nunca en un melanoma, aunque una persona con muchos lunares (50 o más) tiene más riesgo de que alguno pueda experimentar tal transformación maligna. Usualmente los nevus  no aparecen en los bebés en el momento de su nacimiento sino que tienden a aparecer en la infancia y al inicio de la vida adulta.  Son, pues, menos frecuentes los nevus de carácter congénito, bien grandes, de mayor riesgo, o pequeños. En ambos casos es bueno que los ciudadanos sepan los signos de atipia, es decir, los cambios que experimenta un lunar cuando empieza a malignizarse. Pero eso lo dejaremos para después, cuando hablemos de las medidas de prevención secundaria.

 

     En cualquier caso, las tres cuartas partes de los melanomas aparecen de novo, esto es, sin asentar sobre lunares preexistentes.

 

3.      Características personales que predisponen a desarrollar melanomas

       A nadie se le escapa que el color de la piel ayuda a establecer el riesgo de melanoma. Es evidente que la aparición de este tumor es mucho más frecuente en personas de raza blanca, con menos cobertura de melanocitos productores de la protectora melanina, que en los de  raza negra. Entre los de tez blanca el riesgo varía según sea su fototipo, el cual depende de la capacidad de broncearse, del color de la piel, de los cabellos, así como del de los ojos. Cuando una persona tiende a sufrir fácilmente quemaduras solares es porque tiene un fototipo bajo y, por consiguiente, más riesgo de melanoma. Pero, ¿cuáles son los fototipos característicos en nuestra latitud? Pues son cuatro. Veámoslos:

-        Las personas del fototipo I son de ojos azules, cabello pelirrojo y piel pecosa. Con estos ingredientes es fácil entender  que tiendan a quemarse siempre, pues su capacidad para broncearse es nula.

-        Los del fototipo II tienen el cabello rubio, la piel blanca en invierno y los ojos azules o verdes. En consecuencia, su capacidad para broncearse es poca, aunque mayor que los del grupo anterior, por lo que suelen sufrir quemaduras solares más esporádicamente.

-        Los sujetos del fototipo III son de cabello castaño, de ojos marrones o grises y de piel morena en invierno.  Por todo ello, tienen buena capacidad para broncearse y raramente se queman por el sol.

-        Los ciudadanos del fototipo IV son de cabello negro, de ojos marrones o negros, y de piel morena racial. Con esta combinación de rasgos es fácil comprender que se trata del colectivo con más resistencia a las radiaciones ultravioletas, dado que su capacidad para broncearse es muy buena y prácticamente nunca sufren quemaduras solares.

-         

4.      Antecedentes familiares o personales de melanoma

   

   Hasta el 10% de las personas que sufren melanomas tienen antecedentes familiares con el mismo problema. Es complejo discernir entre un proceso adquirido o medioambiental, como lo es el compartir la misma afición por broncearse, o un proceso hereditario, esto es, por una mutación genética.

    Las personas que ya han sufrido un melanoma tienen más riesgo de sufrir otro que los que nunca lo han padecido.

 

5.      Xeroderma pigmentoso

Los individuos que tienen esta enfermedad genética disponen de unas células cutáneas absolutamente incapaces de reparar los daños ocasionados por la radiación ultravioleta. Por desgracia para ellos el riesgo de desarrollar un melanoma en edades precoces de la vida es muchísimo mayor que en la población general: 2000 veces superior.

         

                                    MEDIDAS PREVENTIVAS  

 

     Primero vamos a analizar las medidas que pueden contribuir a reducir la tasa de incidencia, esto es, de nuevos casos de melanoma (prevención primaria). Después describiremos las medidas tendentes a diagnosticar precozmente este tumor maligno, como cuando, por ejemplo, acaba de surgir y aún no ha rebasado la membrana basal de la epidermis (carcinoma in situ), con el propósito de extirparlo absolutamente y conseguir una curación total (prevención secundaria).

 

             Medidas de prevención primaria

 

   Dado que el factor de riesgo más reconocido de desarrollar este proceso maligno tiene que ver con un hábito que, a todas luces, resulta nocivo, cual es la exposición a los rayos ultravioleta, será preciso ejercer una buena labor de educación para la salud para convencer a la población de que debe protegerse de tal exposición. Precisamente, éste es uno de los doce consejos del  Código Europeo Contra el Cáncer (octubre 2014) para prevenir los tumores malignos en Europa.3  Un año más tarde, en diciembre del 2015, se publicó en una revista científica de prestigio (Cancer Epidemiology) una exhaustiva revisión sobre el tema (Ultraviolet Radiation and Cancer), elaborada por investigadores participantes en el desarrollo de este código. 4

   En realidad, todo se reduce a limitar la exposición solar natural durante las horas de más insolación, manteniéndose a la sombra; emplear ropa protectora y cremas anti solares; evitar absolutamente broncearse por medios artificiales como las camas bronceadoras y lámparas solares. Además, habrá que proteger especialmente a los niños, pues está comprobado que las exposiciones solares durante la infancia elevan mucho el riesgo ulterior de melanoma en la vida adulta.

En este sentido, me complace mucho la sencillez y la fuerte carga pedagógica empleada por la Asociación Americana contra el Cáncer cuando aconseja a los ciudadanos en los siguientes términos:

 

·        Limite su exposición a los rayos ultravioleta

    La forma más efectiva de reducir el riesgo de melanoma es protegerse de la exposición a los rayos UVB, por lo tanto, cumpla con las medidas de protección contra el sol al estar al aire libre.

 

·        Busque la sombra

   Mantenerse a la sombra es una de las mejores medidas para limitar la exposición a la radiación ultravioleta.

 

·        ¡Póngase, úntese, colóquese…y use!

    Si va a gozar un tiempo al aire libre, esta popular frase le ayudará a recordar algunos de los pasos clave para protegerse efectivamente contra los rayos ultravioleta:

o   ¡Póngase una camisa!

o   ¡Úntese con crema protectora contra el sol!

o   ¡Colóquese un sombrero!

o   ¡Use lentes de sol para proteger los ojos y la piel sensible en torno a éstos!

 

·        Evite las camas bronceadoras y las lámparas de sol

    En contra de lo que creen bastantes personas, las camas bronceadoras y solarios son muy perjudiciales, dado que los rayos UVA que emiten pueden causar daños cutáneos a largo plazo y, en consecuencia, contribuir al desarrollo de cáncer de piel. El riesgo de melanoma es especialmente relevante cuando la gente se expone, antes de cumplir los 30 años de edad,  a tales sistemas artificiales de bronceado.

·        Proteja a los niños del sol

    Los niños requieren un cuidado especial, pues tienden a pasar más tiempo al aire libre y, por consiguiente, pueden quemarse más fácilmente. Los padres y los cuidadores deben protegerlos de la excesiva exposición solar, siguiendo los pasos descritos previamente. Además, es de especial trascendencia informar a nuestros infantes sobre los daños ocasionados por la exposición excesiva al sol, con objeto de que se motiven para adoptar conductas protectoras de tal irradiación.

 

                       Fotoprotectores

    Llegado este punto me parece adecuado resaltar que las cremas protectoras del sol, tanto las de naturaleza química como las pantallas físicas, deben ser realmente efectivas, con protección alta, de 50 (filtra el 50% de la radiación, pero no más), que protejan realmente contra las radiaciones ultravioleta A y B, fotoestables, renovándose, al menos, cada dos horas. No valen ridículas protecciones, por un ingenuo temor a no conseguir el grado de bronceado deseado. ¡Porca miseria! Esa creencia es una causa frecuente de mala y escasa protección contra las radiaciones ultravioletas.

 

Medidas de prevención secundaria

         Durante la Campaña Euromelanoma 2016, auspiciada por la Fundación Piel Sana , encuadrada dentro de la AEDV, se ha insistido en un mensaje: “ Una mancha que cambia, puede cambiar tu vida. Consulta al dermatólogo”.



     Efectivamente, una medida efectiva de prevención secundaria consiste en la revisión de los lunares. Bueno, antes considero crucial no alarmar al personal. Por ello, enfatizaré que los lunares son inicialmente tumores benignos y, en gran parte de las personas, permanecerán como tales durante toda su vida. No obstante, es conveniente consultar al dermatólogo cuando se observa un lunar nuevo, inusual, o cuando apreciemos cambios en un lunar conocido. Pero, ¿en qué tenemos que fijarnos?,  ¿qué signos son preocupantes?, ¿qué nos ayudará a distinguir un lunar normal de un melanoma? Para contestar a estas preguntas me basaré en la regla del ABCDE descrita por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Describámosla:


 - Asimetría: cuando la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.

- Bordes irregulares: cuando los bordes son desiguales, borrosos o dentados.

- Colores: es un signo de alarma la aparición de colores rojizos, azulados y blanquecinos  sobre las lesiones de color negro.

- Diámetro: cuando el lunar es mayor de 6 mm o apreciamos que aumenta de tamaño.

- Evolución: cuando el lunar experimenta cambios evolutivos en color, tamaño, sangrado…

    Es preciso saber que el aspecto de todos nuestros lunares debe ser muy parecido, o sea con la misma forma y los mismos colores. Si apareciera una nueva lesión, diferente del resto, podría ser sospechosa. Es lo que se conoce como el signo del “Patito Feo”.

    En principio, es aconsejable efectuar una autoexploración mensual de los lunares distribuidos por nuestro cuerpo, especialmente cuando son múltiples. En el caso de observar alguno de los signos de alarma anteriormente mencionados habrá que solicitar una consulta al dermatólogo, a fin de que proceda a efectuar la correspondiente evaluación.

    En cualquier caso, es muy recomendable que las personas efectúen visitas periódicas al dermatólogo, aunque no se observe ningún signo de alarma, sobre todo si se trata de varones en la quinta década de la vida, pues, al menos en España, son los que presentan los melanomas de peor pronóstico, por su mayor grosor y por su predilección por las peligrosas formas de melanoma nodular.

 

        ¿El consumo regular de café puede tener un cierto efecto preventivo de desarrollar melanomas?   

 

  Desde hace décadas se sabe que la cafeína y otros compuestos del café, como el ácido clorogénico, potente antioxidante, y los diterpenos, cafestol y kawheol, así como la trigonelina exhiben in vitro, en experimentos con animales, un notable efecto protector de la piel frente a las radiaciones ultravioleta. En las siguientes líneas intentaré resumir varios estudios epidemiológicos y revisiones efectuadas en humanos, cuyos resultados parecen apuntar un significativo efecto preventivo del café sobre el desarrollo de este tumor maligno.

 

                                

                             Estudio prospectivos

 

      Estudio prospectivo sobre Dieta y Salud de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU

 

     Empezaremos con el estudio prospectivo sobre Dieta y Salud desarrollado por miembros de los Institutos Nacionales de Salud  de USA (NIH-AARP Diet and Health Study), cuya evaluación de los efectos del café, entre otros múltiples alimentos, sobre un amplio abanico de enfermedades está cosechando unos frutos muy jugosos. Con respecto a la posible asociación entre el consumo de café y el riesgo de melanoma cutáneo hubo que esperar hasta enero del 2015 para leer la correspondiente publicación en una revista de gran relieve (Journal of the National Cancer Institute) 5. Intentemos analizarla.

    Responsables de los citados NIH estudiaron y siguieron a 447.357 blancos no hispanos de Estados Unidos, de 50 a 71 años de edad, libres de cáncer al inicio del estudio, durante una media de 10,5 años. Al cabo de los cuales se diagnosticaron 2904 nuevos casos de melanoma. Tras emplear el correspondiente aparato estadístico (regresión proporcional de Cox, entre otras técnicas), comprobaron que las personas que habían referido beber más café (cuestionarios de frecuencia de alimentos)  mostraban una asociación inversa con el melanoma maligno. De esta suerte, los bebedores de 4 o más tazas de café al día veían reducido en un 20% el riesgo de desarrollar melanoma, cuando se los comparaba con los no bebedores (HR: 0,80; 95% CI: 0,68 a 0,93). Además, se pudo precisar que tales beneficios sólo se observaban en los que consumían café con cafeína (HR:0,75,  95% CI: 0,64 a 0,89), pero no en los que lo tomaban descafeinado.

    Estos autores, capitaneados por Erikka Loftifield, revelaron que la reducción del riesgo de melanoma se aprecia en sus formas invasivas, no en los carcinomas in situ. Quizá como consecuencia de una supuesta capacidad del café para frenar la progresión de estos tumores malignos.

    También destacaron que su estudio es el que ha gozado de la mayor cohorte de personas (casi medio millón) y, por ende, del de mayor incidencia de melanoma (2904 casos nuevos), seguidos y evaluados durante una década (4.329.044 personas-año de seguimiento). Ambas características (muestra muy representativa durante un largo tiempo de observación) hacen que las conclusiones obtenidas puedan ser proyectadas a la población general. Además, controlaron exhaustivamente todas las variables de confusión (tabaco, alcohol, actividad física, ingesta de carnes rojas, verduras, pescado…) que pudieran falsificar los resultados.

   Siguiendo con sus reflexiones, Erikka y colegas llegaron a criticar las conclusiones de otro gran estudio prospectivo sobre la relación entre la ingesta de cafeína y el cáncer de piel (publicado en julio 2012), cual fue el desarrollado por miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en su gran muestra de profesionales de la salud  (51.529 varones médicos, dentistas…) y enfermeras (121.700), pues al cabo de 20 años de seguimiento observaron una significativa reducción del riesgo del cáncer más frecuente de piel, el carcinoma basocelular, entre la cohortes de mujeres y de hombres que bebían más tres tazas de café al día (21% y 10% de reducción, respectivamente), cuando eran comparados con las personas que no bebían café o lo hacían mínimamente (menos de una taza al mes), sin embargo, no apreciaron ninguna reducción del riesgo de melanoma.6 Pues bien, los del Instituto Nacional del Cáncer cuestionaron a los de Harvard porque en los resultados de éstos sólo aparecieron 737 melanomas, cuatro veces menos que los suyos (2904 casos), lo que hace que el poder estadístico sea sensiblemente menor y, por lo tanto, insuficiente para demostrar una verdadera asociación (en este caso, inversa).

    Los citados investigadores del NIH (Erikka y colegas) concluyen diciendo: “Un mayor consumo de café se asocia con una moderada reducción del riesgo de melanoma maligno en esta gran cohorte de ciudadanos de USA. En consecuencia, está justificado efectuar nuevos estudios que valoren la ingesta de café y sus principios activos, especialmente la cafeína, con el riesgo de desarrollar melanoma.”

            

 


Adrián Rodríguez lateando

                           

 

      Nuevo estudio prospectivo con las muestras de profesionales sanitarios de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard

 

  En noviembre del 2016, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard publicaron los resultados de otro estudio prospectivo en el que también evaluaron la asociación entre el consumo de  café, cafeína y riesgo de melanoma, con resultados fructíferos para los amantes del café.7

    Para ello, se valieron de sus tres cohortes de profesionales sanitarios (89 220 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras II (1991-2009), 74 666 mujeres en el Estudio de Salud de Enfermeras I(1980-2008) y 39 424 hombres en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (1986-2009). 2008), pero contando, en este ocasión, con un número superior de pacientes diagnosticados de melanoma que en el estudio antes mencionado6: 2254 casos. Además, siguieron a los participantes durante más tiempo (4 años más) y tuvieron en cuenta las categorías del sitio del cuerpo (cabeza/cuello/extremidades versus tronco) de los tumores.

      

    De esta manera, el poder estadístico aumentó notablemente, tanto como para que los resultados fueran diferentes: una mayor ingesta total de cafeína (≥393 mg/día) se asoció con un menor riesgo de melanoma: 22% (HR = 0,78, IC del 95 % = 0,64, 0,96; P tendencia = 0,048), con respecto a una menor ingesta (<60 mg/día)

    Tal boyante asociación aún fue más robusta en las mujeres que en los hombres, pues consumos mayores de cafeína (≥393 mg/día ) se asociaron con reducciones del riesgo de melanoma del 30% y del 6%, respectivamente, con respecto a menores consumos (<60 mg/día).

   Por otra parte, tal asociación fue más evidente para los melanomas que aparecen en sitios del cuerpo con mayor exposición solar continua (cabeza, cuello y extremidades) que para los que se desarrollan en partes del cuerpo con una menor exposición solar  (tronco que incluye hombro, espalda, cadera, abdomen y tórax): 29% y 10%, respectivamente.

   Esta significativa reducción del riesgo de melanoma se observó de forma similar en los bebedores de café con cafeína, pero no en los que bebían café descafeinado.

        

  El consumo de café y el riesgo de melanoma maligno en el estudio Norwegian Women and Cancer (NOWAC)

 

    Unos meses antes, en julio del 2016, se publicaron los resultados de un estudio prospectivo noruego, en el que, por primera vez, valoraron la asociación entre el riesgo de melanoma con varios tipos de consumo de café: café total, filtrado, instantáneo y hervido.8

   Así, los autores del estudio, Marko Lukic y colegas (The Arctic University of Norway), tras seguir a más de 172 000 mujeres, durante 16 años, apreciaron asociaciones entre el consumo bajo-moderado (>1–3 tazas/día) y el moderado-alto (>3-5 tazas/día) de café filtrado con reducciones significativas del riesgo de sufrir melanoma (lo sufrieron 726): 20% y 23%, respectivamente.

 Sin embargo, no observaron una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de café total, instantáneo o hervido y el riesgo de melanoma maligno en ninguna de las categorías de consumo.

   ¡Ojo! el café obtenido con cafeteras de filtro (V 60, Chemex, aeroprés, sifón) carece de los saludables diterpenos del café (cafestol y kawheol), por lo que si los resultados de este estudio se reprodujeran, atribuiríamos mayoritariamente el efecto protector cutáneo a la cafeína, sin soslayar al resto de antioxidantes del café, actuando conjuntamente con la cafeína, que también exhibe efectos antioxidantes (sinergismo por potenciación).  Además, el consumo regular de descafeinado no se asocia con una reducción del riesgo de melanoma.

 

    Consumo de café, té y melanoma: resultados de la investigación prospectiva europea sobre el cáncer y la nutrición (EPIC)

 

    En febrero del 2017, se publicó un prestigioso estudio prospectivo multicéntrico europeo, el EPIC (The European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), en el que, desde hace más de 20 años, se está controlando a medio millón de personas, pertenecientes a 10 países europeos, incluyendo España, con resultados fructíferos para los amantes del café: asociación inversa entre su consumo y el riesgo de melanoma.9

    Los responsables del estudio, tras estudiar a 476.160 participantes, durante 15 años, en los que diagnosticaron 2.712 casos de melanoma, apreciaron como el consumo de café con cafeína se asoció con una reducción del 69% del riesgo de melanoma entre los hombres (HR para el cuartil más alto de consumo frente a no consumidores 0,31, IC del 95 % 0,14–0,69), pero no entre las mujeres (HR 0,96, IC del 95 % 0,62–1,47), lo que sorprende, pues, hasta ahora, la mayoría de estos estudios están revelando asociaciones inversas robustas entre el consumo de café y la reducción del riesgo de melanoma entre las mujeres, al igual que en los metaanálisis, que luego veremos.

    En cambio, tanto el consumo de té como el de café descafeinado no se asociaron con el riesgo de melanoma ni en hombres ni en mujeres.

  

 

      Metaanálisis de estudios observacionales

 

      En enero del 2016, se publicaron los resultados de un metaanálisis de estudios observacionales que versaron sobre el tema, que fueron concordantes con los resultados anteriores: el consumo de café con cafeína reduce significativamente (19%) el riesgo de desarrollar melanoma. 10 Veámoslo.

   Los autores revisaron bases de datos internacionales (PubMed y MEDLINE) sobre estudios observacionales que valoraron la citada relación entre el consumo de café y melanoma. De esta forma seleccionaron dos estudios de casos y controles (846 melanomas y 843 controles) y cinco estudios de cohorte (de 844.246 personas seguidas durante un tiempo prolongado se diagnostican 5737 nuevos casos de melanoma). Tras el correspondiente análisis llegaron a observar que los que bebían más café tenían un riesgo relativo del 0,81 (CI: 0,68-0,97), esto es, veían reducido en un 19% el riesgo de desarrollar melanoma, cuando se los comparaba con los no bebedores de café. Además, la relación dosis-respuesta permitía precisar que con cada taza de café con cafeína se reducía el riesgo un 4,5 %.

   También comprobaron que el café descafeinado no ofrecía tales ventajas. Aunque lo más curioso de su estudio fue observar que las únicas que se beneficiaban del consumo de café eran las damas, puesto que en los varones no apreciaron reducciones significativas del citado riesgo. Como tal hecho no les pareció muy lógico, se atrevieron a atribuirlo al mayor consumo de alcohol y tabaco por parte de los varones que consumían más café.  Creen, en consecuencia, que el efecto protector del café sobre la piel sometida a las radiaciones ultravioletas pudiera diluirse en los hombres por asociarse a estos dos potentes carcinógenos: alcohol y tabaco.

     Los autores de esta revisión concluyen afirmando: “Nuestro metaanálisis  revela que el consumo de café con cafeína puede tener efectores quimio-preventivos de melanoma maligno, pero no el café descafeinado. Sin embargo, se requieren más estudios prospectivos y experimentales para confirmar estos hallazgos.”

 

       Metanálisis dosis-respuesta de estudios prospectivos de cohortes

 

   En junio del 2018, se publicó en una revista especializada (International Journal of Food Sciences and Nutrition) un metaanálisis dosis-respuesta de estudios prospectivos cuyo objetivo principal también fue evaluar una asociación entre el consumo de café y el riesgo de melanoma.11

    Los autores del mismo (polacos e italianos), tras seleccionar siete estudios, que comprendían 1 418 779 participantes y 9211 casos de melanoma, observaron que cada taza adicional de café consumida se asoció con una reducción del 3 % en el riesgo de melanoma (RR 0,97; IC del 95 %: 0,95–0,99).

    “Nuestros hallazgos sugieren que la ingesta de café puede estar inversamente asociada con la incidencia de melanoma. Sin embargo, se necesitan más estudios que exploren también el papel de los factores de confusión para explicar la heterogeneidad entre los estudios”, concluyeron los investigadores.

   

   


  

                             Hipótesis más plausibles

       Existen múltiples estudios en animales de experimentación que prueban que la cafeína tiene un efecto preventivo de desarrollar melanoma. Veamos algunos:

-        La cafeína reduce los daños por quemaduras solares en la epidermis de ratones de laboratorio. 12, 13

-        Aplicaciones tópicas o locales de cafeína aumenta la apoptosis o suicidio de las células de ratones dañadas por radiaciones ultravioleta (UVB), pero no afecta a las células sanas, no dañadas por las citadas radiaciones. Quiere  esto decir que la cafeína favorece la destrucción de las células dañadas, para que así no sufran transformaciones malignas. 14

-        La administración de cafeína incrementa la eliminación de células cuyo ADN ha resultado dañado por las radiaciones UVB, también de ratones. 15

-        La cafeína reduce las metástasis pulmonares y reduce el desarrollo tumoral de células de melanomas. 16 

-        Administraciones orales y tópicas de cafeína inhiben el desarrollo cancerígeno inducido por las radiaciones UVB mediante la absorción de las mismas, como si fuera una efectiva crema anti solar. 17

      Además de la cafeína, el café posee otros compuestos químicos de reconocido efecto antitumoral. Citemos algunos:

-        El ácido clorogénico (ácido 5-0 cafeoilquínico) y su metabolito activo, el ácido cafeíco son capaces de suprimir el desarrollo cancerígeno inducido por radiaciones UVB sobre células epidérmicas de ratones, merced a que inhibe a una enzima (ciclooxigenasa 2), que suele activarse en respuesta a la exposición a la citada radiación ultravioleta (UVB). 18

-        Estudios in vitro han demostrado que los diterpenos, cafestol y kawheol, inducen apoptosis (suicidio celular) y protegen del estrés oxidativo y daño del ADN. 19

-        Estudios in vivo han revelado que la aplicación tópica de diterpenos inhibe la inflamación en células epidérmicas. 20

-        Durante el tueste del café la trigonelina (alcaloide) se transforma en ácido nicotínico (vitamina B 3) y nicotinamida. Pues bien, un reciente estudio ha mostrado que la nicotínamida ejerce un efecto protector contra la carcinogénesis cutánea inducida por las radiaciones UVB sobre ratones así como también  evita la supresión del sistema inmune causada por las citadas radiaciones ultravioletas tanto en ratones como en humanos. 21

 

                  

           En fin, para no abrumar más con tantas hipótesis, concluiremos diciendo que rigurosos estudios epidemiológicos parecen mostrar una asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de melanoma maligno, que puede traducirse en una reducción de hasta un 20% del riesgo de desarrollar el citado cáncer.

     En lo que a mí respecta, cada vez estoy más convencido de que los estilos de vida que más pueden contribuir a incrementar la esperanza de vida en buena salud se identifican con la práctica de ejercicio físico regular, con una alimentación saludable,  a base de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea y con el consumo regular y prolongado de café natural, a poder ser de especialidad, cafeto arábica,  bien tostado y preparado con buena técnica barista. Si, además, somos capaces de tejer una saludable red social  es más probable que la esquiva felicidad nos acompañe durante gran parte de nuestra existencia.  

 

                                                                   Dr. Félix Martín Santos

 

 

Bibliografía:

1 Incidencia y mortalidad del cáncer cutáneo en España: revisión sistemática y metaanálisis. Actas Dermo-Sifiliográficas. 2016. Tejera Vaquerizo et al. Http://dx.doi.org/10.1016/j.ad.2015. 12.008.

2 Registro nacional de melanoma cutáneo. Características del tumor en el momento del diagnóstico: 15 años de experiencia. The Spanish National Cutaneous Melanoma Registry. Tumour characteristics at Diagnosis: 15 Years of Experience L. Ríosa, E. Nagoreb, J.L. Lópezc, P. Redondod, R.M. Martíe, R. Fernández-de-Misaf, B. Soler   Actas Dermosifiliogr.2013;104:789-99 DOI: 10.1016/j.ad.2013.02.003

3   European Code Against Cancer: 12 ways to reduce your cancer risk.  International Agency for Research on Cancer. World Health Organization. October 2014

4  Greinert, R., de Vries, E., Erdmann, F., Espina, C., Auvinen, A., Kesminiene, A. et al.European Code against Cancer 4th Edition: ultraviolet radiation and cancer. Cancer Epidemiol. 2015;  39: S75–S83

 5  Coffee Drinking and Cutaneous Melanoma Risk in the NIH-AARP Diet and Health Study

Erikka Loftfield, Neal D. Freedman, Barry I. Graubard, Albert R. Hollenbeck, Fatma M. Shebl,Susan T. Mayne and Rashmi Sinha. JNCI J Natl Cancer Inst (2015) 107(2)

 

6  Increased caffeine intake is associated with reduced risk of basal cell carcinoma of the skin. Cancer Res. 2012;72(13):3282–3289. Song F, Qureshi AA, Han J.

 

7.  Caffeine Intake, Coffee Consumption, and Risk of Cutaneous Malignant Melanoma

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8. Coffee consumption and the risk of malignant melanoma in the Norwegian Women and Cancer (NOWAC) Study. Marko Lukic, Mie Jareid, Elisabete Weiderpass & Tonje Braaten

BMC Cancer volume 16, Article number: 562 (2016).

 

9. Coffee, tea and melanoma risk: findings from the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition. Saverio Caini,Giovanna Masala,Calogero Saieva,Marina Kvaskoff,Isabelle Savoye,Carlotta Sacerdote,Oskar Hemmingsson,Bodil Hammer Bech,Kim Overvad,Anne Tjønneland … Cancer epidemiology, 20 February 2017.

 

10. Caffeinated and decaffeinated coffee consumption and melanoma risk: a dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. Int J Food Sci Nutr. 2018 Jun;69 (4):417-426. Agnieszka Micek , Justyna Godos , Alessandra Lafranconi , Marina Marranzano , Andrzej Pajak.

 

11. Higher Caffeinated Coffee Intake Is Associated with Reduced Malignant Melanoma Risk: A Meta-Analysis Study Jibin Liu, Biao Shen, Minxin Shi, Jing Cai  PloS One 2016; 11; January 27

 

 12.  Zajdela F, Latarjet R (1978) Inhibition of skin carcinogenesis in vivo by caffeine and other agents. Natl Cancer Inst Monogr: 133–140.

 13.  Bowden GT, Fusenig NE (1980) Caffeine inhibition of postreplication repair of UV-damaged DNA in mouse epidermal cells. Chem Biol Interact 33: 101–113. pmid:7438289 doi: 10.1016/0009-2797(80)90047-2.  Lu YP, Lou YR, Li XH, Xie JG, Brash D, Huang MT, et al. (2000) 14. Stimulatory effect of oral administration of green tea or caffeine on ultraviolet light-induced increases in epidermal wild-type p53, p21(WAF1/CIP1), and apoptotic sunburn cells in SKH-1 mice. Cancer Res 60: 4785–4791. pmid:10987287

 15. Lu YP, Lou YR, Peng QY, Xie JG, Nghiem P, Conney AH. (2008) Effect of caffeine on the ATR/Chk1 pathway in the epidermis of UVB-irradiated mice. Cancer Res 68: 2523–2529. doi: 10.1158/0008-5472.CAN-07-5955. pmid:18381462

 

 16. Lentini A, Kleinman HK, Mattioli P, Autuori-Pezzoli V, Nicolini L, Pietrini A, et al. (1998) Inhibition of melanoma pulmonary metastasis by methylxanthines due to decreased invasion and proliferation. Melanoma Res 8: 131–137. pmid:9610865 doi: 

 17. Mechanisms of Caffeine-Induced Inhibition of UVB Carcinogenesis. Front Oncol. 2013;3:144. Conney AH,  Lu YP, Lou YR, et al.

 18. Caffeic acid, a phenolic phytochemical in coffee, directly inhibits Fyn kinase activity and UVB induced COX-2 expression. Carcinogenesis. 2009;30(2):321330. Kang NJ, Lee KW, Shin BJ.

  19 . Protective effects of kahweol and cafestol against hydrogen peroxide-induced oxidative stress and DNA damage. Toxicol Lett. 2007;173(2):8087.Lee KJ, Jeong. HG

20. Topical application of marine briarane-type diterpenes effectively inhibits 12-O-tradecanoylphorbol-13-acetate-induced inflammation and dermatitis in murine skin. J Biomed Sci. 2011;18:94. Wei WC, Lin SY, Chen YJ, et al.

  21.  Nicotinamide enhances repair of ultraviolet radiation-induced DNA damage in human keratinocytes and ex vivo skin. Carcinogenesis. 2013;34(5):11441149.  Surjana D, Halliday GM, Damian DL

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2 comentarios:

  1. Félix muy interesante tu trabajo, me ha gustado su estructura, el rigor científico, la abundancia de las fuentes utilizadas , la claridad de las explicaciones sobre los tipos de melanomas, factores de riesgo, radiaciones ultravioleta, su incidencia a través del paso del tiempo y considero muy útiles las medidas preventivas que nos indicas. Es especialmente gratificante leer la conclusión a la que han llegado los estudios prospectivos de que a "mayor ingesta de café menor riesgo de melanoma maligno". Félix gracias por invitarnos, de nuevo, a poner en práctica estilos de vida saludable.

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    1. Muchas gracias, Inmaculada, por tu generosa valoración. Los mejores momentos para tomar el sol (facilitar la formación de vitamina D) son los del alba y subsiguientes, evitando las horas centrales del día, a fin de evitar el daño cutáneo(quemaduras solares, cánceres de piel) y ocular (degeneración macular asociada a la edad, por ejemplo) causado por las radiaciones ultravioletas (A y B), por lo que se antoja crucial adoptar las medidas de protección explicadas en este artículo. Además, si la gente bebe regularmente café con cafeína muy probablemente se beneficie con una reducción adicional del riesgo de cáncer de piel, sobre todo, del melanoma.

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