viernes, 1 de julio de 2022

ASOCIACIÓN ENTRE EL CONSUMO REGULAR DE CAFÉ Y UNA REDUCCION DE LAS TASAS DE MORTALIDAD TOTAL Y ESPECÍFICA POR CAUSAS (Segunda parte)

 

Cortesía Adrián Fernández, maestro barista, con una copa de café recién infusionado

               Consumo regular de café: Reducción tasas de mortalidad total y específica

   A la luz de los conocimientos científicos actuales, el consumo regular de café se asocia con una reducción tanto de la tasa total de muerte cuanto de la tasa especifica de mortalidad por las principales causas de enfermar y morir en el mundo: cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, digestivas, metabólicas, cirrosis, diabetes, entre otras.

   Esta contundente afirmación se nutre de los hallazgos de numerosos estudios observacionales prospectivos publicados en revistas de prestigio por grupos de investigadores procedentes de casi todos los continentes (Europa, Asia, América, Oceanía).

    En las siguientes líneas voy a resumir los resultados de una parte de los principales artículos científicos internacionales, publicados en los últimos dos años, sobre todo, durante el 2021, que han constatado este hecho: asociación inversa entre el consumo habitual de café y la mortalidad total y específica.

  Digo últimos 2 años porque los de los años anteriores los analizamos exhaustivamente en la entrada anterior. Se trata de ilustrar con estudios fidedignos, muy recientes, lo anteriormente mencionado. Como veréis, en todo momento menciono las fuentes bibliográficas, que plasmo al final de este contenido, pues se trata de informar rigurosamente, huyendo de la especulación y de la palabrería vacua y engañosa, que tanto mal ha hecho y hace, alimentando dogmas y prejuicios sobre éste y otros temas.

   

                                  Estudio prospectivo italiano (febrero 2021)

   Empecemos con un estudio prospectivo, publicado en febrero del 2021 en una revista de prestigio (The Journal of Nutrition), en el que se observó, tras estudiar a 20.487 italianos (hombres y mujeres, de 35 a 94 años), durante 8 años, una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la tasa de muerte por todas las causas, especialmente por enfermedades cardiovasculares: 28% con 3 a 4 espressos diarios, con respecto a los no bebedores y a los que consumen menos de una taza diaria (espresso).1

    

                                     Estudio prospectivo japonés (marzo 2021)

      El siguiente artículo que selecciono se publicó un mes más tarde, en marzo del 2021 (Stroke), también con resultados fructíferos para los amantes del café.

      Se trata de otro estudio prospectivo, en el que se valoró una muestra muy representativa, 46.213 japoneses, de 40 a 79 años de edad (478 supervivientes de ictus, 1214 supervivientes de infarto agudo de miocardio y 44.521 sin historia previa de infarto de miocardio ni ictus),  durante 8 años, al cabo de los cuales se apreció una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la mortalidad por todas las causas,  tanto en las personas sin antecedentes de infartos de miocardio ni ictus (14%, con 1 taza café/dia; 18%, con  ≥2 tazas al día) como en los supervivientes de infarto agudo de miocardio (39% de disminución mortalidad total en bebedores de ≥2 tazas diarias de café), con respecto a los no bebedores de café.2

                                

                                      Estudio prospectivo español (abril 2021)

    Un mes más tarde, en abril 2021, se publicó otro estudio prospectivo (Nutrients), el Estudio de Nutrición de Valencia (España), en el que tras controlar y seguir a 1.567 participantes, de 20 o más años de edad, durante 18 años, vuelven a revelar una asociación inversa entre el consumo de café y la mortalidad por todas las causas, así como por cáncer.3

  Efectivamente, en comparación con el no consumo, el consumo de café de una o menos tazas por día se asoció con una reducción del 27% en la mortalidad por todas las causas, y el consumo de más de una taza / día (rango 2-6.5 tazas / día) se asoció con una reducción del 44% en la mortalidad por todas las causas. Además, el consumo de más de una taza de café al día también se asoció con una reducción del 59% en la mortalidad por cáncer después de 18 años de seguimiento.


                                   Estudio prospectivo de Corea del Sur (abril 2021)

   También en abril del 2021 se publicó otro estudio prospectivo (Science) con resultados similares a los anteriores. En este caso, se trata de una población de Corea del Sur, constituida por 173.209 personas, evaluadas durante 9 años, tras los cuales apreciaron cómo los que consumieron más de tres tazas diarias de café se beneficiaron con un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas: 21% (HR: 0,79: Intervalo de confianza al 95%: 0,66 a 0,95). Además, el consumo de tres tazas diarias se asoció con una reducción de la tasa de muerte por procesos cardiovasculares: 38%.4

    

    Revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta: café y reducción mortalidad en diabéticos (mayo 2021)

       Prosigamos. Ahora, valorando el consumo de café en una población muy vulnerable, de gran riesgo cardiovascular, la constituida por diabéticos. Veámoslo, pues.

   Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta de estudios observacionales longitudinales internacionales que han evaluado la asociación entre el consumo de café y la mortalidad en diabéticos, publicada en mayo del 2021 (Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases).5

   Pues bien, tras aplicar un riguroso aparato estadístico, como en todos estos estudios, comprobaron que el consumo regular de café, 4 tazas diarias, por parte de personas con diabetes tipo 2, se asociaba con una significativa reducción de las tasas de muerte: por todas las causas, un 21% (HR: 0.79; IC 95%: 0.72 a 0.87; n = 10 estudios); un 32% por coronariopatías (infarto agudo de miocardio, angina de pecho...); un 40% de disminución de la tasa de mortalidad cardiovascular, con respecto a los diabéticos no bebedores de café.


   Estudio prospectivo Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y Singapur (septiembre 2021)


   Saltemos ahora a septiembre del 2021, para referir la cosecha de otro estudio asiático, el correspondiente a un Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y Singapur, que incluyeron a 248.050 hombres y a 280.454 mujeres, pertenecientes a 12 estudios prospectivos. ¿Qué fue lo que descubrieron? Pues que los hombres y mujeres que bebían, al menos, 5 tazas diarias de café tenían un menor riesgo de muerte por todas las causas: 24% y un 28%, respectivamente. Igualmente, apreciaron asociaciones inversas entre el consumo de café y la mortalidad específica por enfermedad cardiovascular y por cáncer.6 Nada que a estas alturas no sepamos ya.


     Estudio prospectivo europeo: consumo de café asociado con menor mortalidad y mejor estructura y función del corazón (octubre 2021)


    El siguiente artículo que elijo se publicó el 14 de octubre del 2021 en la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología (European Heart Journal).7 Me parece especialmente interesante. Veamos por qué.

   Los autores, investigadores británicos y búlgaros, tras evaluar a 468.629 individuos de la cohorte BIOBANK del Reino Unido (edad media 56,2 ± 8,1 años, 44,2% varones), durante 11 años de seguimiento, observaron que el consumo de 1 a 3 tazas de café al día se asociaba con una reducción de la mortalidad total (12%), mortalidad cardiovascular (17%) y de la incidencia de ictus (21%), con respecto a los no bebedores.

   Además, el estudio del corazón de 30.650 participantes, mediante resonancia magnética, reveló mejor estructura y función cardiaca en los bebedores de café de 0,5 a 3 tazas diarias y en los que bebían más de 3 tazas al día versus no bebedores de café.

    Como habéis apreciado, en este estudio no sólo estudiaron a un número notable de personas (casi medio millón), durante un tiempo relevante (11 años), sino que, además, evaluaron en un grupo importante de los mismos (30.065) la estructura y función de su corazón con un método diagnóstico fiable, la resonancia magnética, con magníficos resultados, dado que los bebedores de café tenían un corazón más saludable, lo que concuerda con otros estudios que han mostrado como el consumo regular de café se asocia a una reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca, uno de los más relevantes publicado recientemente, en abril del 2021 (Nutrients).

  Mucho podríamos hablar y escribir sobre el gran efecto cardiovascular exhibido por el café, incluidos efectos antihipertensivos y antiarrítmicos, según lo constatado en rigurosos estudios científicos. Aunque esos temas y otros muchos, verdaderas bondades del café, los dejaremos para otros artículos o contenidos de esta columna, que ahora se estrena.


              Otro estudio prospectivo de Corea de Sur (noviembre 2021)

      Otro estudio asiático se publicó el 15 de noviembre del 2021 (International Journal of Food Sciences and Nutrition).8

  Se trata de dos cohortes de Corea del Sur, que incluyen a 192.222 participantes, donde se vuelve a constatar como el consumo regular de café se asocia con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas: 16% [HR (IC del 95%) = 0,84 (0,77-0,92), para ≥3 tazas / día de consumo de café en comparación con los no bebedores. También observan reducción de las muertes cardiovasculares, respiratorias y diabetes.


    Valoración de la asociación entre el consumo de café con azúcar, sin azúcar y con edulcorantes y la mortalidad total, por procesos cardiovasculares y por cáncer (mayo 2022)

      Para no aburrir al personal, voy a concluir el recorrido por esta serie de estudios prospectivos, que han revelado una asociación inversa entre el consumo regular de café y la mortalidad total y específica, con un estudio prospectivo, publicado muy recientemente, el 31 de mayo del 2022 (Annals of Internal Medecine), ciertamente original, pues, por primera vez, valoran una gran variable: el azúcar o edulcorantes añadidos al café. (9)

Así, tras seguir a 171 616 participantes (edad media, 55,6 años [SD, 7,9]), durante 7 años, observan una asociación entre diversos consumos de café sin añadir azúcar (>0 a 1,5, >1,5 a 2,5, >2,5 a 3,5, >3,5 a 4,5 y >4,5 tazas/día) y significativas reducciones de las tasas de mortalidad total, que oscilan de un 16% (>1,5 a 2,5 tazas/día) hasta un 29% (de 2,5 a 4,5 tazas diarias), pasando por un 23% (con más de 4,5 tazas diarias).

También apreciaron una significativa reducción de las tasas de mortalidad por procesos cardiovasculares y por cáncer asociada al consumo de café sin azúcar.

Cuando evaluaron el consumo de café con azúcar también apreciaron que se asociaba con una reducción de la mortalidad total, cardiovascular y por cáncer, pero sólo fue estadísticamente significativa con consumos de 1,5 a 3,5 tazas diaria (31% a 28% respectivamente).

Sin embargo, no constataron tal boyante asociación con el consumo de café endulzado artificialmente.

A mi entender, es tal la riqueza en micronutrientes saludables del café que sus efectos saludables no se pierden al añadir azúcar al café (espero que sea poca cantidad), aunque sí cuando se añaden ultraprocesados como los edulcorantes artificiales.


               ¿Cuál es la cantidad de cafés diarios que más reduce la mortalidad?

    Pues después de analizar gran parte de los estudios científicos publicados en la última década que han valorado este aspecto, diré que 3 a 5 tazas diarias es la cantidad de café que en mayor grado reduce la tasa de muerte por todas las causas. De un 11% a un 28%, según el estudio.

   Aunque también es cierto que la reducción de la mortalidad empieza a verse a partir de una dosis diaria (un 8%).


            ¿Se observa lo mismo con café descafeinado?

       Excepto el gran efecto neuroprotector del café, que sólo se aprecia con café integro, con cafeína, la mayor parte del resto de efectos saludables se aprecian también con café descafeinado, aunque en algunos procesos o enfermedades, en menor grado.


              ¿Con qué tipos de cafés se aprecian resultados tan saludables?

     En la mayor parte de los estudios no especifican la especie de café utilizada (arabica o canephora/robusta), ni la forma de prepararlo (con cafeteras de filtro, como la Chemex o la V60, con “cafeteras convencionales”…) ni la cantidad por taza (por ejemplo, un espresso tiene, usualmente, 8 gramos de café en 30 ml de agua a 90-92 grados centígrados), ni la calidad del mismo, aunque no creo que ningún estudio se haya hecho valorando sólo cafés de especialidad, pues, en tal caso, no sólo las características organolépticas de aroma y sabor son muy superiores al resto, sino posiblemente sus efectos saludables, por poseer más antioxidantes.


                ¿A qué pueden atribuirse los efectos saludables del café?

     De entrada, quiero dejar muy claro que el café no es sólo cafeína, pues es muy rico en polifenoles, flavonoles, diterpenos, de gran potencia antioxidante, como la trigonelina, que durante el tueste se transforma en una vitamina, la niacina, prebióticos, como los arabinogalactanos que incrementan la síntesis de beneficiosas bacterias intestinales.

    No olvidemos que envejecemos porque nos oxidamos.  Aprovecho este momento para decir que la cafeína, además de su reconocido efecto antagonista de los receptores de adenosina A 2, también ejerce efectos antioxidantes, aunque son los polifenoles del café los responsables del gran efecto antioxidante del mismo.

    Así, según un estudio publicado en 2006 en la revista oficial de la Sociedad Americana de Nutrición (American Journal of Clinical Nutrition), entre los 50 alimentos más ricos en antioxidantes, el café ocupa el sexto lugar, por su gran riqueza en ácido clorogénico del grano verde (5 cafeoilquínico). Además, algo que no tantos saben, es que durante el tueste se producen una serie de compuestos (melanoidinas, fenilindanos y pirocatecol) que exhiben aún mayor potencia antioxidante que la dependiente del ácido clorogénico del grano verde.9

  Incluso, durante el 2020, se publicaron dos excelentes estudios que demostraron que tales productos (sobre todo, el pirocatecol), tras un estrés celular inicial, activan sistemas de transcripción (factor eritroide nuclear dos), que contribuyen a incrementar la producción celular de sistemas enzimáticos antioxidantes, de efectos antiinflamatorios y reparadores de anomalías del ADN. 10, 11

   ¡Ojo! Estamos hablando de que el café puede proteger nuestro material genético, como se ha apreciado en, al menos, tres estudios experimentales, mostrando que, tras su consumo agudo ( a las pocas horas) o prolongado (tras un mes), se reduce el número total de roturas espontáneas del ADN con respecto a los del grupo control.12-14

    En otros estudios, se ha observado como el consumo regular de café se ha asociado con una cierta capacidad para frenar el acortamiento acelerado de los extremos de los cromosomas (telómeros).15,16

¿Sabéis lo que pueden significar estos estudios? Pues que el consumo de café puede afectar favorablemente a nuestro reloj biológico, haciendo que nuestra edad biológica sea menor que la cronológica, casi parecido a lo que inequívocamente hacen el ejercicio físico regular y una dieta saludable como la Dieta Mediterránea, todo lo contrario de lo que promueven el tabaco, la obesidad o el estrés.

   Tampoco quiero soslayar otra vía que podría explicar parte de los efectos saludables del café: el aumento de la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal (billones de microorganismos), con predominio de las bacterias y levaduras de efectos antinflamatorios con respecto a las que ejercen efectos proinflamatorios, cuidando así el eje intestino-cerebro el eje intestino-corazón. 17,18

                       

                                      Cambio de paradigma

  De esta forma, empezamos a ver una transición en la valoración de esta bebida universal, pues, si antes se destilaba un profundo dogmatismo, al considerarla como poco saludable, que se heredaba de una generación a otra, no sólo de profanos sino también de profesionales sanitarios, ahora, desde hace poco más de una década,  la evidencia científica está demostrando que el consumo regular de café es uno de los estilos de vida más saludables que existen, prácticamente al nivel de la práctica regular de ejercicio físico, aeróbico y de fuerza, y de una dieta saludable, a base de productos frescos y de temporada, con predominio de fruta, verdura, pescado, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, entre otros saludables alimentos.


        Mimemos, admiremos y promocionemos a los caficultores y a los baristas

   Pero sería muy aconsejable que el café fuera de gran calidad, con una caficultura esmerada que, a poder ser, alumbrara cafés de más de 80 puntos en la escala de cata internacional, o sea, cafés de especialidad, que, luego, deben tostarse óptimamente para que en los domicilios o en las cafeterías de todo el mundo sean preparados con técnica barista o, mejor, por baristas, extraordinarios profesionales, con profundo conocimiento de cata, tueste (muchos son magníficos tostadores), con gran dominio de las diversas técnicas de preparación del café, además de ejercer, muchos de ellos, de auténticos embajadores del café.

  Os confieso que suelo considerar a los baristas como proveedores de salud, pues con su  óptima forma de preparar el café hace que fructifiquen más fácilmente sus grandes efectos saludables.

   Personalmente, cuando diariamente preparo cafés de especialidad con la Chemex o la V60, al llegar a la preinfusión, momento en que parecen expandirse los gases del café, evoco emocionadamente a todos los caficultores del mundo, que con su esfuerzo y denuedo, a lo largo de todo el año, consiguen tan buenas cosechas. Luego, tras molerlo y prepararlo, huelo intensamente su aroma, relajándome verdaderamente, constatando lo publicado en un reciente artículo científico experimental, que reveló como el aroma del café reduce el nivel de estrés, con descenso del cortisol plasmático, disminución de la frecuencia cardiaca y mejor puntuación en una escala analógica visual, que valora el grado de ansiedad, con respecto a los que huelen otros aromas u olores.(20)

   A continuación, en boca, me gustan los cafés afrutados, con los que percibo bien la acidez del ácido cítrico y del ácido málico del café, para, inmediatamente después, notar un cuerpo sedoso y, finalmente, un postgusto prolongado, con sabores muy diversos, tantos como sus orígenes y cosechas: a frutos del bosque (grosellas, arándanos, moras, fresas y frambuesas), a frutos secos (avellanas, nueces o almendras, por ejemplo), a canela, a cacao, a miel…

  En fin, a mi entender, el consumo regular de café ocupa un escalón del pódium de los tres estilos de vida más saludables que existen, junto a los ya citados, actividad física regular (probablemente, el más saludable), y una dieta saludable, a base de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea o similar. Todos aquellos que se adhieran a tales estilos de vida se beneficiarán con un aumento de su esperanza de vida en buena salud y, tal vez, la esquiva felicidad les sea más fiel.


                                                             Dr. Félix Martín Santos

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Bibliografía:

1.      Daily Coffee Drinking Is Associated with Lower Risks of Cardiovascular and Total Mortality in a General Italian Population: Results from the Moli-sani Study. Emilia Ruggiero, Augusto Di Castelnuovo, Simona Costanzo, Mariarosaria Persichillo, Amalia De Curtis, Chiara Cerletti, Maria Benedetta Donati, Giovanni de Gaetano, Licia Iacoviello, Marialaura Bonaccio, for the Moli-sani Study Investigators. The Journal of Nutrition, Volume 151, Issue 2, February 2021, Pages 395–404, https://doi.org/10.1093/jn/nxaa365.

2.      Green Tea and Coffee Consumption and All-Cause Mortality Among Persons With and Without Stroke or Myocardial Infarction. Masayuki Teramoto, Isao Muraki, Kazumasa Yamagishi, Akiko Tamakoshi, Hiroyasu Iso. 2021https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.120.032273Stroke. 2021;52:957–965.

3.      Coffee Consumption and All-Cause, Cardiovascular, and Cancer Mortality in an Adult Mediterranean Population. Nutrients 2021, 13(4), 1241.  Laura Torres-Collado, Laura María Compañ-Gabucio, Sandra González-Palacios, Leyre Notario-Barandiaran 1,2,3,Alejandro Oncina-Cánovas, Jesús Vioque  and Manuela García-de la Hera. https://doi.org/10.3390/nu13041241. Received: 17 March 2021 / Revised: 4 April 2021 / Accepted: 7 April 2021 / Published: 9 April 2021.

 

4.      Coffee Consumption and the Risk of All-Cause and Cause-Specific Mortality in the Korean Population. Seong-Ah, Li-JuanTan, SangahShin. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics. Volume 121, Issue 11, November 2021, Pages 2221-2232.

 

5.      Coffee consumption and cardiovascular diseases and mortality in patients with type 2 diabetes: A systematic review and dose–response meta-analysis of cohort studies. Hossein Shahinfar, Ahmad Jayedi, Tauseef A.Khan, Sakineh Shab-Bidar. Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases. Volume 31, Issue 9, 26 August 2021, Pages 2526-2538.

 

6.      Coffee and tea consumption and mortality from all causes, cardiovascular disease and cancer: a pooled analysis of prospective studies from the Asia Cohort Consortium. Sangah Shin, Jung Eun Lee, Erikka Loftfield, Xiao-Ou Shu, Sarah Krull Abe, Md Shafiur Rahman, Eiko Saito, Md Rashedul Islam, Shoichiro Tsugane, Norie Sawada. International Journal of Epidemiology, dyab161, https://doi.org/10.1093/ije/dyab161. Published: 01 September 2021.

 

7.      Association of daily coffee consumption with cardiovascular health – results from the UK Biobank. J Simon, K Fung, Z Raisi-Estabragh, N Aung, M Y Khanji, M Kolossvary, B Merkely, P B Munroe, N C Harvey, S K Piechnik ... European Heart Journal, Volume 42, Issue Supplement_1, October 2021, ehab724.2416, 14 October 2021.

 

8.      Association of coffee drinking with all-cause and cause-specific mortality in over 190,000 individuals: data from two prospective studies. Hyun Jeong Cho, Icon,Jin Young Yoo,  An Na Kim,Sungji Moon, Jeoungbin,Inah Kim. International Journal of Food Sciences and Nutrition. 15 Nov 2021.

 

9.      Association of Sugar-Sweetened, Artificially Sweetened, and Unsweetened Coffee Consumption With All-Cause and Cause-Specific Mortality. A Large Prospective Cohort Study. Dan Liu, MD,   Zhi-Hao Li, MD,   Dong Shen, MD,   Pei-Dong Zhang, MD. Annals Of Internal Medicine, 31 May 2022.

 

10.   Content of redox-active compounds (ie, antioxidants) in foods consumed in the United States. Bente L Halvorsen, Monica H Carlsen, Katherine M Phillips, Siv K Bøhn, Kari Holte, David R Jacobs, Jr, Rune Blomhoff. The American Journal of Clinical Nutrition, Volume 84, Issue 1, July 2006, Pages 95–135, https://doi.org/10.1093/ajcn/84.1.95.

 

11.   Health Effects of Coffee: Mechanism Unraveled? by Hubert Kolb, Kerstin Kempf and Stephan Martin. Nutrients 2020, 12(6), 1842, 20 june 2020.

 

12.   Pyrocatechol, a component of coffee, suppresses LPS-induced inflammatory responses by inhibiting NF-κB and activating Nrf2. Megumi Funakoshi-Tago, Yusuke Nonaka, Kenji Tago, Mika Takeda, Yuma Ishihara, Ami Sakai, Mari Matsutaka, Kenji Kobata & Hiroomi Tamura. Scientific Reports volume 10, Article number: 2584 (2020).

 

13.   Consumption of a dark roast coffee blend reduces DNA damage in humans: results from a 4-week randomised controlled study. Dorothea Schipp, Jana Tulinska, Maria Sustrova, Aurelia Liskova, Viera Spustova, Miroslava Lehotska Mikusova, Zora Krivosikova, Katarina Rausova, Andrew Collins, Vaineta Vebraite, Katarina Volkovova, Eva Rollerova, Magdalena Barancokova & Sergey Shaposhnikov. European Journal of Nutrition volume 58, pages3199–3206 (2019).

 

14.   Eur J Nutr. 2015 Feb;54(1):149-56. doi: 10.1007/s00394-014-0696-x. Epub 2014 Apr 17. Consumption of a dark roast coffee decreases the level of spontaneous DNA strand breaks: a randomized controlled trial. Bakuradze T, Lang R, Hofmann T, Eisenbrand G, Schipp D, Galan J, Richling E.

15.   Mol Nutr Food Res. 2016 Mar;60(3):682-6. doi: 10.1002/mnfr.201500668. Epub 2015 Dec 29. Coffee consumption rapidly reduces background DNA strand breaks in healthy humans: Results of a short-term repeated uptake intervention study. Bakuradze T, Lang R, Hofmann T, Schipp D, Galan J, Eisenbrand G, Richling E.

16.   Coffee Consumption Is Positively Associated with Longer Leukocyte Telomere Length in the Nurses’ Health Study  J. Nutr.  July, 2016 146: 7 1373-1378; first published online June 8, 2016.      doi:10.3945/jn.116.230490. Jason J Liu, Marta Crous-Bou, Edward Giovannucci, and Immaculata De Vivo.

17.   Caffeine consumption and telomere length in men and women of the National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES). Nutrition & Metabolism201714:10. January 2017. Larry A. Tucker.

18.   Jaquet M, Rochat I, Moulin J, Cavin C, Bibiloni R. Impact of coffee consumption on the gut microbiota: a human volunteer study. Int J Food Microbiol 2009; 130: 117–21.

19.    Coffee drinkers have healthier gut microbiotas, Medical News Today. October 30. 2019.

20.   The calming effect of roasted coffee aroma in patients undergoing dental procedures. Praewpat Pachimsawat, Kanlayanee Tangprasert & Nattinee Jantaratnotai. Scientific Reports volume 11, Article number: 1384 (2021).


martes, 28 de junio de 2022

CONSUMO REGULAR DE CAFÉ: REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DEPRESIÓN MENTAL

 




    Rigurosos estudios científicos están revelando que el consumo regular de café se asocia con una reducción del riesgo de desarrollar depresión mental, una verdadera prioridad de salud pública por su alto coste económico y por deteriorar la salud en su triple dimensión: física, mental y social.

    Es crucial priorizar estrategias preventivas de esta enfermedad, sobre todo de prevención primaria (reducen la tasa de incidencia de la misma), sin soslayar la prevención secundaria (diagnóstico precoz de los casos existentes y tratamiento efectivo de los mismos), pues es muy frecuente1, genera una gran discapacidad2 y comporta una gran carga económica3.

   A pesar de este triste panorama, en nuestra mano está reducir sensiblemente el riesgo de desarrollarla mediante la adopción de estilos de vida saludables, como la práctica regular de actividad física, la adhesión a una dieta saludable, como la Dieta Mediterránea y por el consumo regular de café, gran protagonista de este contenido.

      En las siguientes líneas vamos a analizar los principales estudios prospectivos que han revelado una asociación entre el consumo de esta bebida universal y una reducción del riesgo de depresión.


            The Kuopio Ischaemic Heart Disease Risk Factor Study

    Este estudio finlandés, publicado en agosto del 2010, fue el primer estudio prospectivo que reveló una asociación inversa entre el consumo diario de café y la depresión mental.4

  Los autores de la investigación, Ruusunen y colegas,  tras estudiar a 2232 varones (media de 53 años), durante 17 años, observaron que tanto los bebedores ligeros de café (< 375 ml/día) como los grandes bebedores (> 813 ml/d ) experimentaban una sensible reducción del riesgo de depresión severa (49 pacientes hospitalizados): un 72% y un 77%, respectivamente, con respecto a los no bebedores.

   Lo que comprobaron, por primera vez, fue que los varones que consumían más café, superior a 8 tazas diarias (> 813 ml/d), eran los que se beneficiaban con una mayor reducción del riesgo de sufrir depresión grave, de ingreso hospitalario (RR: 0, 23, IC 95%: 0,06-0,83). Aunque también los bebedores moderados (4 a 8 tazas) y ligeros (menos de 4 tazas al día), sufrían menos riesgo de depresión severa: 55% y 72%, respectivamente.

    Sin embargo, no apreciaron que el consumo de té se asociara con una reducción del riesgo de depresión (RR: 1,19; IC 95%: 0,54-2,23).

   Tras ajustar las variables de confusión que podrían aumentar o reducir el riesgo de depresión, comprobaron que los que bebían más café, fumaban más e ingerían menos ácido fólico dietético, déficit vitamínico que se asocia a un aumento del riesgo de esta enfermedad mental. 5 Pues bien, a pesar de ello, el consumo de café no dejó de asociarse con una reducción del riesgo citado.


Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard: The Nurses' Health Study

    La investigación llevada a cabo por miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, publicada en septiembre del 2011 en una revista de prestigio (Archives of Internal Medicine), fue el primer estudio prospectivo que reveló una asociación entre el consumo de café en mujeres y una reducción significativa del riesgo de depresión (2607 casos incidentes). Sin embargo, tanto el café descafeinado como otras fuentes de cafeína diferentes al café no lograron reducir tal riesgo.6

   Los responsables del estudio, Michel Lucas y colegas, después de controlar epidemiológicamente a 50.739 mujeres (63 años de media), durante 10 años, observaron que el riesgo de sufrir depresión fue sensiblemente menor entre las que bebían 2 o 3 tazas diarias de café:  15% menos (RR: 0,85;  IC 95% 0,75-0,95%). Además, la reducción aún fue mayor entre las que bebían 4 o más tazas/día: 20% (0,80 IC 95%: 0,64-099), versus las que consumían 1 o menos cafés / semana.

     El consumo de café se evaluó mediante cuestionario de frecuencia de alimentos (bianualmente), en tanto que el de depresión no fue objetivado por informes de alta hospitalaria, como en los 49 casos graves del estudio finlandés, sino que fue referido por los pacientes. Se entiende que el alto número de diagnósticos de depresión (2607), diagnosticados a partir de los dos primeros años de iniciar el seguimiento, correspondieron a casos de menor gravedad, controlados ambulatoriamente.


          INSTITUTO NACIONAL DEL CANCER EEUU. NIH-AARP Diet and Health Study

     Esta investigación, publicada en abril del 2014 en PLOS ONE, tuvo el mérito de ser el primer estudio prospectivo que reveló una asociación entre el consumo de café y una reducción del riesgo de depresión, tanto en hombres como en mujeres, aunque pareció penalizar a los bebedores de refrescos azucarados, sobre todo, con edulcorantes artificiales, como la sucralosa y la sacarina, pues en ellos aumentó sensiblemente el riesgo de la citada depresión.7

    Los autores de este trabajo, Xuguang Guo, Neal D. Fredman y colegas, tras seguir la evolución de 263.923 personas de ambos sexos (41% mujeres), durante 12 años,  diagnosticaron 11.311 casos de depresión, apreciando una asociación inversa entre el consumo de café (≥4 tazas/d) y el riesgo de depresión (9% de reducción): 0,91 (IC 95%: 0,84-0,98) vs no bebedores.

   Lo que llamó la atención fue observar una ligera reducción del riesgo de depresión entre los que bebían café descafeinado (4 o más tazas/día versus ninguna: HR: 0,88; IC 95%: 0,78-1).

  ¡Ojo! en este estudio, la adición de edulcorantes artificiales al café se asoció con un aumento del riesgo de depresión, aunque no cuando se añadió azúcar o miel.

   Además, los que bebían ≥4 latas/día de refrescos azucarados tenían un 30% más de riesgo de depresión mental que los que no bebían ninguna. RR: 1,30 IC 95: 1,17-1,44.

    Para reducir el sesgo de causalidad inversa, empezaron a registrar los casos de depresión a partir de los cuatro años de iniciado el estudio, por si ya hubiera algún caso de depresión subclínica.


Cortesía Adrián Rodríguez, reputado barista. Nuberu.Valladolid





                      PROYECTO SUN (Seguimiento Universidad de Navarra)

   Este estudio, publicado en septiembre del 2018 en Nutrients, fue el primero que comprobó una asociación inversa entre el consumo de café y la depresión, pero ajustando o controlando una variable de confusión que, por sí sola, reduce significativamente el riesgo de depresión: la Dieta Mediterránea. De esta suerte, pudieron revelar que el café es un factor protector independiente.8

   Los responsables del estudio, liderados por Adela L. Navarro y Miguel Ángel Martínez González, siguieron a  14.413 personas (36 años de media), durante 10 años, al cabo de los cuales observaron una asociación entre el consumo regular de café (al menos 4 tazas/día) y una reducción del 63% del riesgo de depresión (HR: 0,37 IC 95% 0,15-0,95), versus menos de 1 taza diaria, independientemente de consumir o no una Dieta Mediterránea, como antes dijimos. No apreciaron una relación dosis-respuesta.

   También revelaron que el café descafeinado no reducía el riesgo, como previamente se había observado en la muestra de enfermeras de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. En cambio, en la muestra del Instituto Nacional del Cáncer, el consumo de café descafeinado reducía ligeramente el riesgo de depresión.

  Como en los demás estudios longitudinales, el consumo de café fue referido por los miembros de la muestra, contestando un cuestionario de frecuencia de alimentos, en tanto que los nuevos casos de depresión sólo se contabilizaron si los pacientes reunieron dos condiciones: un diagnóstico validado por un médico y la subsiguiente prescripción y toma de antidepresivos.

   También para reducir el sesgo de la causalidad inversa, empezaron a contabilizar los nuevos diagnósticos de depresión a partir de los dos años de iniciada la investigación.


                                                       Metaanálisis

    En las siguientes líneas vamos a analizar dos metaanálisis de estudios epidemiológicos observacionales, que han valorado la asociación entre el consumo regular de café y el riesgo de depresión, el primero, de autoría china; el segundo, de autores italianos y polacos. Ambos, publicados en el 2016.

   En ambos se han incluido los tres estudios prospectivos publicados previamente, el finlandés, del 2010, y los dos estadounidenses, el del 2011, de la Escuela de salud Pública de la Universidad de Harvard, y el del 2014, del Instituto Nacional del Cáncer. Obviamente, el notable estudio español (SUN) no pudo incluirse, por publicarse dos años más tarde.


                     Metaanálisis chino

    Longfei Wang y colegas, tras evaluar 11 estudios observacionales, que incluyeron 330. 677 participantes, constataron que el consumo de café se asoció con una reducción del 25% del riesgo de depresión (RR: 0,75;  IC 95%: 0,62- 0,91).9

   Además, apreciaron una relación dosis-respuesta, esto es, una asociación lineal entre el consumo de café y el riesgo de depresión (14.506 casos de depresión): un 8% de reducción con cada aumento en una taza de café diaria (RR: 0,92; IC 95%: 0,87-0,97).

      Cuando lo que analizaron fue la cafeína apreciaron, tras evaluar 7 estudios observacionales (38.223 participantes), una asociación entre el consumo de cafeína y una reducción del 28% de riesgo de depresión (RR: 0,72; IC 95% 0,52-0,99).

Sin embargo, no apreciaron asociación lineal: el riesgo de depresión se redujo más rápido e intensamente con un consumo de cafeína > 68 mg/d e < 509 mg/d.


                       Metaanálisis italo-polaco

    Poco después, Giuseppe Grossi y colegas, efectuaron un metaanálisis de 12 estudios observacionales (346.913 participantes, con 8.146 casos de depresión), en el que también revelaron una asociación entre un mayor consumo de café y un menor riesgo de depresión: 24% (0,76; IC 95%: 0,64-0,91), versus menor consumo.10

  Sin embargo, ellos no pudieron demostrar una relación dosis-respuesta, sino en J: el mayor efecto protector se observó con un consumo diario de 400 ml de café.


Espresso de café de especialidad (más de 80 puntos en la escala de cata)

 

                                               Café y suicidio

     Cuando la depresión mental alcanza cotas de gran severidad no es inusual que el paciente tenga ideaciones suicidas, que, en demasiados casos acaban prosperando hasta la muerte (autolisis).  Pues bien, diversos estudios observacionales han mostrado una relación inversa entre café y suicidio. Veámoslos.


       Estudio pionero

   En marzo de 1996, miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, efectuaron el primer estudio prospectivo sobre el tema, con resultados esperanzadores para las amantes del café. Empleo el género femenino porque la muestra estaba constituida exclusivamente por mujeres, la famosa cohorte de enfermeras.

   Pero ¿qué fue lo que realmente observaron? Pues después de estudiar a 86.626 mujeres, durante 10 años, observaron una asociación entre el consumo de café y una notable reducción del riesgo de depresión: 66%, con 2-3 tazas diarias; 58%, con ≥4 tazas diarias, con respecto a las no bebedoras. 11

 

     Café, cafeína y suicidio. Resultados de tres grandes estudios prospectivos

     Hubo que esperar casi 20 años para disponer de otra excelente investigación sobre el tema,  que también fue llevada a cabo por miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

    Efectivamente, Michel  Lucas y colegas, en julio del 2013, revelaron, tras evaluar a 43,599 varones (The Health Professionals Follow-up Study:HPFS, 1988–2008), 73,820 mujeres (The Nurses’ Health Study: NHS, 1992–2008), y otras 91,005 mujeres ( The NHS II ;1993–2007),  una asociación entre el consumo de café y una disminución del riesgo de suicidio (277 casos).

 

   Exactamente, ellos mostraron que consumos de 2-3 tazas diarias de café se asociaron con una reducción del 45% del riesgo de suicidio (RR: 0,55, IC 95%: 0,38-0,78), en tanto que la reducción fue del 53% para los que bebían ≥ 4 tazas diarias  (RR: 0,47 IC 95%: 0,27-0,81; p < 0.001), con respecto a los que bebían ≤ 1 taza semanal.12

 

 

  

                Estudio coreano: Relaciones entre el consumo de café y la ideación suicida

    En junio del 2019, se publicó en una revista especializada (Journal of Affective Disorders) un estudio observacional coreano que versó sobre este aspecto, con resultados fructíferos para los que disfrutan bebiendo café.

   Los responsables de esta investigación, Park H y colegas, tras análizar  una cohorte de 80.173 personas (The Kangbuk Samsung Cohort Study) revelaron, tras ajustar los principales factores de confusión, una asociación entre un consumo de 1-4 tazas diarias de café, en mujeres, y una reducción significativa del riesgo de suicidio. Sin embargo, no observaron lo mismo en varones.

 


                                                 Hipótesis plausibles

     A la luz de los conocimientos científicos recientes, el efecto antidepresivo asociado con el consumo regular de café parece deberse a la acción conjunta de la cafeína y los antioxidantes que contiene el café. Aunque la presencia de la primera es crucial en el efecto neuroprotector exhibido por esta bebida universal, su sola acción no parece suficiente, pues también se requiere el efecto antioxidante y antiinflamatorio de los polifenoles (ácido clorogénico, ácido cafeico…), flavonoles (quercetina), incluso los diterpenos, cafestol y kawheol.


        Efecto neuroprotector de la cafeína

    El efecto antidepresivo y, en general, neuroprotector de la cafeína es atribuible a que se opone a la acción de la adenosina A2 por ser un antagonista de sus receptores, impidiendo, así, que esta última sustancia inhiba la neurotransmisión dopaminérgica y serotoninérgica. En consecuencia, tanto la concentración de serotonina como de dopamina, reconocidos estimulantes, no se vería mermada, sino al contrario.14-16

   Además, también se ha observado que la cafeína aumenta la plasticidad de las neuronas CA2 del hipocampo. 17

      

        Efecto antioxidante del café

      Los significativos efectos antiinflamatorios y antioxidantes exhibidos por el café podrían neutralizar la inflamación de bajo grado que opera en la depresión mental.18

      Pero ¿a qué se atribuyen los efectos antioxidantes y antiinflamatorios del café? Pues a su riqueza en polifenoles, como el ácido clorogénico y ácido cafeíco, flavonoides, como la quercetina, además de las melanoidinas y, sobre todo, los fenilindanos19  y del pirocatecol, obtenidos durante el tueste, de mayor potencia antioxidante. Por otra parte, los diterpenos del café, el cafestol y el kawheol, tienen relevantes efectos antiinflamatorios.

   Actualmente sabemos que la reducción de la tasa de muerte total y específica por las enfermedades más prevalentes (cardiovasculares, ictus, diabetes, cirrosis, ciertos tumores…) atribuible al consumo regular de café, según diversos estudios prospectivos y metaanálisis de los mismos, se observa tanto con café con cafeína como sin ella (descafeinado),20-28 lo que sugiere un verdadero efecto protector atribuible a otros compuestos diferentes a la cafeína, como los citados anteriormente, de notable potencia antioxidante y antiinflamatoria.

   Sin embargo, el efecto neuroprotector del café, reduciendo el riesgo de depresión mental y de las dos enfermedades neurodegenerativas más prevalentes, Parkinson y Alzheimer, requiere forzosamente la presencia de cafeína. Aunque no sola, sino actuando conjuntamente, sinérgicamente, con otros compuestos del café, como el ácido clorogénico y los fenilindanos ya citados.


Consumo de café: reducción de marcadores inflamatorios y aumento de los antiinflamatorios

  En marzo del 2019 se publicó en la revista oficial de la Sociedad Americana de Nutrición (The American Journal of Clinical Nutrition) un estudio cuyos resultados son concordantes con lo mencionado en el punto anterior: el consumo regular de café, tanto con cafeína como descafeínado, se asocia con una relevante reducción de los marcadores biológicos proinflamatorios y con un aumento de los antiinflamatorios.

    Los autores del estudio, miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, estudiaron a integrantes de dos muestras de profesionales sanitarios: 15.551 mujeres (Nurses' Health Study) y 7397 hombres (Health Professionals Follow-Up Study), a los que, antes de proceder a extraerles una muestra de sangre, se les recogió información sobre sus hábitos dietéticos, además de cerciorarse de que no padecían  diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer en el momento de la citada extracción sanguínea.

   La regresión lineal multivariable se utilizó para calcular la diferencia porcentual de concentraciones de biomarcadores, a fin de comparar a los bebedores de café con los no bebedores, después de ajustarse para una variedad de factores demográficos, clínicos y de estilo de vida.

   Pues bien, en comparación con los no bebedores, los participantes que bebieron 4 tazas de café diarias tuvieron concentraciones más bajas de una serie de marcadores verdaderamente proinflamatorios: péptido C, IGFBP-3, estrona, estradiol total, estradiol libre, leptina, CRP, IL-6, receptor de factor de necrosis tumoral soluble (sTNFR-2) . En tanto que se beneficiaron con la presencia en su suero de mayores concentraciones de marcadores antiinflamatorios: globulina de unión a hormonas sexuales (SHBG), testosterona total (7,3% en mujeres y 5,3% en hombres), adiponectina total y adiponectina HMW.

    Estos boyantes resultados se observaron tanto en los que bebieron café íntegro, con cafeína, como en los que bebieron cuatro tazas de descafeinado, lo que confirma el gran efecto saludable de los polifenoles, flavonoles, diterpenos, trigonelina, entre otros compuestos presentes en el café, de reconocido efecto antioxidante y antiinflamatorio.

          Impacto favorable del café en la microbiota intestinal

     Es preciso referir que la microbiota del intestino grueso es uno de los ecosistemas más habitados del planeta, pues alberga unos 10 billones de bacterias más sus correspondientes bacteriófagos (virus que perviven en su interior), por lo que actualmente se la está identificando como un órgano independiente, con variadas funciones.

       Desde hace unos años se están publicando numerosos estudios científicos que muestran cuán importante es mantener una flora bacteriana saludable, que contribuya a reforzar la barrera intestinal evitando el paso al torrente sanguíneo de numerosos tóxicos y endotoxinas, netamente proinflamatorias, producidas por bacterias patógenas, que podrían aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares (eje microbiota intestino-corazón), neurodegenerativas y mentales (eje microbiota - intestino-cerebro), intestinales crónicas (eje intestino-intestino).

   Así, cuando hay una disbiosis o empobrecimiento de la microbiota intestinal se ha observado una mala modulación de la respuesta al estrés, de la función inmune, así como de la neurotransmisión y neurogénesis.30

      Pues bien, a finales de octubre del 2019, en el curso del Congreso Nacional de Gastroenterología, celebrado en San Antonio (Texas), organizado por el Colegio Americano de Gastroenterología, dos investigadores revelaron que un mayor consumo de café (cuando menos, 82,9 mg diarios de cafeína, o sea, un espresso o más) se asocia con una flora microbiana intestinal más rica (Odoribacter, Dialister, Fusicatenibactor, Alistipes, Blautia y varias cepas de Lachnospiraceae) y saludable, con aumento de la concentración de bacterias con marcado carácter antiinflamatorio (Faecalibacterium y Roseburia)  y reducción de algunas bacterias dañinas (Erysipelatoclostridium ramosum), netamente proinflamatorias, con respecto a los que consumían una cantidad diaria inferior (<82,9 mg/cafeína).31

   A esta conclusión llegaron tras efectuar 97 biopsias de mucosa intestinal mediante la realización de colonoscopia a 34 participantes. La identificación bacteriana se efectuó con métodos microbiológicos fiables y rigurosos (estudio del ADN bacteriano y secuenciación del rRNA, 16 segundos).

    De esta forma, los consumidores habituales de café podrían tener una microbiota intestinal más diversa y saludable, que contribuiría a reducir la inflamación de bajo grado que opera en las enfermedades más prevalentes, incluida la depresión mental.

      Concordante con esto último se sabe que el trasplante de microbiota intestinal de pacientes con depresión a ratones carentes de microbiota se asoció con comportamientos similares a la depresión mental en comparación con el trasplante y colonización de “microbiota saludable”, procedente de personas sanas (controles sanos).32

    Hay que destacar que el efecto protector de la microbiota asociado al consumo de café ya se había observado en estudios anteriores, como los llevados a efecto por Jaquet y colegas, que revelaron (2009) cómo beber 3 tazas diarias de café, durante tres semanas, se vinculaba con un aumento de la actividad y concentración intestinal de especies bacterianas altamente saludables, como las de Bifidobacterium, en las 16 personas que participaron en el estudio. 33

   Más tarde, en mayo del 2020, se publicó un trabajo, llevado a efecto por miembros de la Universidad de Oviedo en el que se abunda en tales hechos, pues observaron un aumento de saludables bacterias intestinales (Bacteroides-Prevotella-Porhyromonas) en los bebedores de café, con respecto a los no bebedores. 34



     En fin, a la luz de los conocimientos científicos actuales, el consumo diario de café es un estilo de vida tan saludable como la práctica de actividad física y una dieta a base de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea, pues todos ellos contribuyen no sólo a reducir el riesgo de depresión mental, sino también a disminuir las tasas de muerte total y específica por las principales causas de enfermar y morir en el mundo.

                                                                                   Dr. Félix Martín


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